No, lo sé, nos amas por iguales, eso hacen las mamás

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Capítulo 46

No, lo sé, nos amas por iguales, eso hacen las mamás

Desde aquella noche en casa todo marchaba de maravilla, la audiencia de liberación para Roberta no estaba ni cerca, sin embargo logramos muchos avances entre ellos ceder la propiedad del cabaret a Paulina, también me encontraba trabajando en casos que los amigos de Ernesto me pidieron expresamente a mi resolver, no eran muy difícil y me permitían seguir con mi rutina junto a los niños. La relación había avanzado, éramos cada vez más unidos, con Paulina pasaba lo mismo, volvíamos a parecer una familia, pero esta vez no dejaría que terminará. Todas las noches cenamos juntos, hacíamos dormir a los gemelos y después alguna excusa nos inventábamos para estar juntas, nos dábamos un baño juntas, a veces hacíamos el amor y otras solo dormíamos abrazadas.

Sabía que pronto debía decirles a los niños una parte de la verdad pero no me sentía lista, las demás madres me veían y susurraban entre sí, Mi nombre aparecía en la lista, sin embargo no me atrevía a entrar.

- De la Mora, grupo uno - alcance a escuchar, era mi pequeño sonreía, me abrazó, tenía una maqueta del sistema solar, me contó parte de lo que hizo, nos distrajimos tanto que no note cuando nombraron a mi pequeña, salió corriendo llorando, se aferró a mi cadera.

- Mi amor, ¿que pasa? - ella lloraba

- Vámonos Majo, vámonos - No tuve tiempo de reaccionar, la lleve a la camioneta, el llanto no paraba, los ayude a acomodarse, pero no dejaría que las cosas se detuviera ahí, hice una señal a Bruno antes de irme con la encargada. Me baje del auto, peine mi cabello y me dirigí hasta la puerta del establecimiento.

- Disculpe, quiero hablar con al directora, la niña vino llorando algo le pasó - Ella despegó la vista de la lista solo para verme de arriba a abajo y después volvió.

- Solo puede hablar con ella su madre, debe hacer cita.

- Usted no entiende, ella está llorando y su ropa tiene una mancha, además estoy en la lista.

- Señora, si no viene la madre no puede hacer nada, si me disculpa - Me ignoró por completo, debía marcarle a Paulina ya, pero una voz me hizo voltear, un par de señoras junto a mí hablaban.

- Como si eso fuera posible, por suerte no dejaron que eso se meta, pobre de nuestros niños y de esos niños- susurraban alto para que las escuchara.

- Al menos el niño salió normal- esto era increíble, podía permitir que dijeran lo que sea de mi, pero de mis hijos jamás -

- Disculpe - Todas me vieron, raro

- Que esos niños están descuidados ¿no ve?

- Si además, usted no se puede meter porque no es su madre, esa señora vaya a saber donde anda, siempre lo niños solos, ni padre tienen, es un horror, está gente no debería tener hijos si no puede con ellos - Estas señoras estaban insultando a mi familia, era el colmo, estaba segura, que una de sus hijas fue la culpable de que la mía estuviera llorando abrazando su coche, en un instante Bruno apareció junto a mi, con el ceño fruncido igual a Paulina.

- señoras, está señorita que ve aquí es mi mamá y la respeta, No le voy a permitir que le hable así, porque ella y mi madre nos aman y cuidan mucho- tomo mi mano muy fuerte y giró, me sonrió antes de acompañarme para caminar - Ya mamá vamos, está señora no está bien educada y hablan sin saber, Vamos mamita-

Estaba en shock, arranque por inercia y fuimos directo al centro comercial, Mar había dejado de llorar, no quería presionarla. Al llegar bajamos, ambos me tomaron de las manos, platicamos de lo que sea para tratar de distraer a Mar, sin embargo todos nos veian raro, los niños comenzaban a incomodarse así que solo compramos Helado, la vuelta fue tranquila, Mar cantaba y Bruno leía su nuevo cómic.

En casa nos sentamos a ver una película, era viernes y según Salomón debían tener recreación en casa antes de los deberes, era ahora o nunca.

- Mis niños, debo hablar con ustedes

- Majo no, no y no - Mar se negaba

- Mi amor, es importante, es algo sobre mi ¿ok? - Me miraban, a Bruno se le iluminaron los ojos -

- Tranquila Majo, ya sabemos - Mar parecía tan tranquila

- ¿Que ?

- Si, con Salo hablamos de las diferencias, algunas personas nacemos siendo mariposas y otras como tú, nacen siendo orugas, que poco a poco se convierten en mariposas.

- Y tu eres la más hermosa Mariposa del mundo - ambos me abrazaron y besaron la mejilla - Tanto que todos te tienen envidia por eso nos ven

- Si, porque eres hermosa, tus ojos, tu voz, tu corazón y lo mucho que nos amas

- Así como nosotros te amamos a ti - Trata de no llorar mis hijos sabían todo y me amaban, estaba tan agradecida por como Paulina los había educado.

El resto del tiempo la pasé jugando con Mar, deje que me pintara las uñas mientras Bruno leía, fue un desastre. Finalmente los tres jugamos algo que a bruno le agradaba y Mar siempre se sumaba, las luchas fueron las elegidas, armamos una especie de ring y Bruno se reía por mi particular cuidado con el pelo.

- Vamos mi niño- El dejo el libro y me siguió no muy convencido, les prepare unos sándwiches

- Bruno, sabes que te quiero ¿verdad?

- Y yo a ti Majo, mucho mucho.

- Y también quiero a tu hermana, me gusta pasar tiempo con ambos y hacer cosas distintas, ¿no te pone celoso? - recortaba las orillas como el siempre me pedía, era algo normal a mi, Puri era igual.

- no, nada de eso, ella es celosa de ti y yo de mi mami, ahora puedo pasar más tiempo con mi mami y Ella contigo.

- ¡qué vivo eres! No hay preferidos.

- no, lo sé, nos amas por iguales, eso hacen las mamás- El tomo los sándwiches y se fue, me dejó pérdida, tomé el celular y envie un mensaje a Pau, Bruno sabía todo.

Me ayudaron a preparar la cena, solo seríamos nosotros tres, Mar me dijo que unas niñas la molestan, me hizo no decirle nada a Pau, pero sabía que debimos hablar, no permitiría que lastimaran a mi niña.

Siempre túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora