Perdóname, perdón

405 27 0
                                    

Capítulo 49

Perdóname, perdón

Después de lo ocurrido en el acuario los niños se desanimaron un poco, nada les parecía para comer, sabía que Paulina perdería la paciencia, la abrace tanto ella como los niños se calmaron y optamos mejor por volver al centro comercial, comeríamos en un típico restaurante americano con área de juegos, una película y después a casa, esto era tan hermoso que temía que alguna vez terminará.

Cuando llegamos Paulina se tensó, sabía que no habían vuelto a este lugar desde que me fui, tomé más fuerte su mano y bese su mejilla, los niños rieron e hicieron lo mínimo, Bruno con ella y Mar conmigo, caminamos un poco antes de que se quejarán por el hambre, encontramos un bonito lugar mexicano que además tenía lugar para jugar, ordenamos y ellos no paraban de hablar.

-Mami, ¿Volveremos al acuario? Falta mucho aún por ver.

-Si si, queremos volver pero los cuatro juntos mamá - Bruno me veía a mi, Pau me hizo una seña para que respondiera.

- Si niños, volveremos, también al zoológico, los museos, el cine, todo lo que quieran.

Mis hijos eran felices, el amor de mi vida era Feliz y yo, no podía más, a la mitad del almuerzo ellos insistieron en jugar, Paulina los llevó, al volver sólo me besó, guiño el ojo y se fue, los veía jugar, tomaba fotos de todo, Mar me veía y mandaba besos, Bruno me sonreía, cuando Paulina volvió ellos lo hicieron, el resto del día seguimos ahí, recorrimos tiendas, compre cosas para los niños, Paulina me regañaba.

- Los estás consintiendo mucho María José.

- Son mis bebés Paulina- íbamos de la Mano mientras los niños vagaban por la juguetería número tres que visitamos ese día, la gente nos veía y a mi por primera vez, no me importaba.

-Si, pero no los acostumbres, me costó mucho que no sean niños mimados - y se notaba, Cada uno elegía sólo una cosa, legos, plastilina, coches pequeños y un set de química, también algunos libros para Bruno y cosas para colorear, aún estaba intrigada, Paulina cuidaba una bolsa Con su vida,incluso cuando entramos a la gran tienda de ropa ella nunca la dejo, se fue con los niños y yo aproveché para hacerle un regalo, lencería negra, amaba como se veía com ella, Mar llegó de sorpresa tras de mí y me apresure a esconderlo.

- ¿Qué es eso Majo?

- Un regalo para Mami.

- Hmm- Se alejó de mí, estaba molesta

-¿Que pasa mi amor?- la tomé entre mis brazos, ella ocultó su rostro en mi cuello.

- Ahora ya no me quieres, pasas más tiempo con Mami y te alejas para comprarle cosa.

- No mi amor, pero mami trabaja mucho y los cuida, ¿No crees que merece un regalo?

- Si, ella es la Mejor Mami del mundo, mi papá fue un tonto, pero ahora te tiene a ti y a nosotros, juntos somos una familia - Ella tenía razón fui una tonta.

Volvimos a casa de Paulina un poco tarde, los niños dormían en el asiento cuando su celular sonó.

- Hola mamá, Sí lo siento, ok, claro, estaremos ahí, si mamá, María José irá no te preocupes, claro yo les digo, nos vemos- No entendía, Ella no dijo más, en casa y con los niños despiertos ella nos habló

-Mañana habrá un almuerzo en casa de mi madre, nos espera al medio día, estarán todos.

-¿La Abu Roberta también? La extrañamos - Mi niña nos veía.

- No mi amor, ella está de viaje, pero volverá pronto, ¿Verdad Majo?

-Así es mi amor pronto.

A pesar del notorio cansancio de Paulina jugamos con ellos, preparamos la cena, no podía evitar besarla, en todo momento se veía hermosa, los niños nos veían y reían, de repente hablaban en su idioma, aprovechaba y la volvía a besar, quería quedarme aquí por siempre.

Acostamos a nuestros bebés entre besos y cuentos, me cerciore de que durmieran antes de volver a la sala, habíamos elegido una película de adultos para ver, sabía que Paulina necesitaba un tiempo para ella, nos hicimos las uñas y disfrutamos de un vino añejo,en cada ocasión la besaba, quería demostrarle todo el amor que le tenía.

- ¿Cuando hablaremos con ellos? -Estaba ya desesperada, quería que Mi niña lo supiera.

- Realmente no lo sé, Salo me dice que debe ser gradual pero si Bruno lo sabe no, no sé realmente qué hacer con Mar.

- Hoy me dijo Mamá.

- La oí amor, lo tiene completamente asimilado.

- Fuiste muy firme con esa madre.

- No puedo permitir que maltraten a mi hijos esas mujeres

- Me duele que le digas "huérfanos" a los niños ¿Tan poco vas a la escuela?

- ¡Majo! No puedo participar en todos los eventos, pero si voy a algunos.

- ¿Y cuál fue el último? -Me miró, su rostro se torno a enojó, tomó todo mal.

- Eres una idiota.

- No mi amor yo solo.

- ¿Sabes porque no pasó tiempo con ellos? Porque tú decidiste largarte, porque no te hiciste cargo de ellos y vivo trabajando para que tengan una educación básicas adecuadas - cada vez estaba más alterada y tenía razón,yo sólo pude llorar, esto era mi culpa.

- Perdóname, perdón- Me acerqué a besarla pero no me dejo, yo no entendí nada, pero ella tenía razón.

-No sabías y lo entiendo pero te pido que no me juzgues, hago lo que puedo con mis recursos.

- Perdón, ahora van a tener todo lo que quieran y necesiten. Si quieren podrías dejar hoy mismo de trabajar - Era lo mínimo que se merecía, después de todo, una familia y estabilidad.

- Majo, por favor. No te confundas - No la dejé terminar, la bese lento, con amor, la alce un poco y solo la dejé hablar entre besos.

- Déjame ayudarte con esto.

- Trabajo menos - se pegaba a mí, la sentía y corrían nuestras lágrimas.

- Haz lo que quieras, pero podemos pasar mucho más tiempo con ellos y nosotras. Tiempo para estar juntas y reencontrarnos como pareja una vez más.

- Ajam. - Y como estaba me la lleve a alzas a la mesa del comedor, su cuerpo era irresistible para mi y el mío para ella, al diablo la película, el vino y las uñas, lo único importante era ella y el amor que le quería demostrar.

Siempre túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora