Capitulo 88Cierra cuando te vayas y no vuelvas
No entendía qué estaba sucediendo solo que estaba corriendo tras Paulina, en bata, vi el auto desaparecer y no me quedó más que volver al apartamento destrozada, Claudia ya me esperaba para reconfortarme con un abrazo.
- Calma, ella necesita su espacio podrán hablar y resolver esto.
- No Claudia, no entiendes ella cree que tú y yo - hice una una seña tratando de afirmar, sin embargo se soltó a reír.
- No pasó nada María José, cuando llegue estabas ebria, medio desnuda y no parabas de llorar, decías cosas sin sentido -
No recordaba nada de eso, ella suspiró y tomó mi mano, nos dirigimos a la cocina, la cabeza me mataba al igual que mi corazón.
- Decías que Paulina lo había vuelto a hacer, te había engañado con Carlos, intenté de calmarte más de una vez -
- Tengo imágenes en mi cabeza, Pau y ese estúpido besándose, yo conduciendo, más nada, ¿Claudia no sé qué creer? la amo, pero no soportaría esto otra vez.
- No seas idiota, claro que ella no hizo tal cosa-
- ¿Tú cómo lo sabes? - me ofreció una taza de café y se sentó a mi lado.
- Dos días después de la fiesta de tus hijos ese tal Carlos me busco, no sé cómo me encontró pero cuando almorzaba se sentó junto a mi.
- ¿Porque no me dijiste antes? Ese sujeto puede ser peligroso.
- Porque me se cuidar mi amor, te decía, me preguntó sobre nuestra relación, quería ayuda para separarlas, él quiere quedarse con Paulina a toda costa, María José, tu mujer está en peligro.
- ¿Crees que es capaz de algo ?
- Por supuesto, ese hombre no es bueno, no me daba buena espina, me propuso armar un teatro, él le mostraría fotos comprometedoras, un falso anillo de compromiso e incluso un embarazo, claro que me negué, pero él lo haría con o sin mi.
- ¡Lo mató Claudia! ese tipo está destruyendo mi familia y yo colaboré. Espera, - lo dije acomodándome mi bata- ¿cómo llegamos a esto? ¿cómo es que tú y yo? -
- Te pones mal ebria, trataste de besarme, te desnúdate aún más, llorabas pidiendo perdón un segundo después, bebí un poco y me convenciste de quitarme la ropa, nos quedamos dormidas Majo, no pasó nada más. Creo que esta fue la primera vez que dormimos juntas y siendo amigas. - se carcajeaba
Debo aceptar que me tranquilice, quería buscarla, Claudia me convenció tomar un baño, me preparo el desayuno además de sugerirme que decirle.
- Hablaré con ella si es necesario, cuando sea y como sea, hoy mismo cambio mi vuelo-
De camino a casa solo pensaba en mi familia, cada momento que pasamos juntos, las risas, los llantos, los buenos y malos momentos también, el tiempo a solas con Pau, cada caricia, cada beso que se encontraba tatuado en mi piel. Hasta hace unos meses creí que jamás la tendría de nuevo junto a mi, ahora que lo estábamos no pretendía dejarla ir, 8 años lejos de su vida fueron suficientes para saber que debía permanecer siempre a su lado.
Aparque frente a casa, a pesar de no ser más de las 14 ha. todo era silencio, pude abrir sin dificultades pero el panorama no era para nada alentador, mis maletas estaban cerca de la puerta
- Creí que no tendrías la decencia de venir, que estarías a gusto con tu amante - apareció de la nada, entre las penumbras.
- amor por favor- su mirada era fría, no parecía haber llorado.
- ¿O yo era la amante? Eso ya no importa, no puedo pedirte que te vayas de mi vida pero si de mi casa, no quiero volver a hablar a no ser que se trate de mis hijos, no te quiero cerca de mi.
- Paulina tengo que explicarte, no es lo que parece - intenté acercarme pero ella se alejó violentamente-
- No, fui una estúpida al creer de nuevo en ti, cuando las señales estaban ahí, fui una estúpida al preocuparme por ti, por querer explicarte y buscar tu perdón pero ahora lo entendí. Vete María José, no quiero tener nada tuyo -Sobre mi equipaje había unos sobres - No saber de ti si no es a través de mi abogado, cierra cuando te vayas y no vuelvas. - se giró con destino a la habitación, quise seguirla pero estaba a punto de romper en llanto.
Con cuidado abrí el sobre, en su interior estaba la llave de la casa con aquel llavero donde nos veíamos los 4 con una gran sonrisa, también las llaves del coche que le regalé en su cumpleaños y la tarjeta de su abogado. Me senté en las escaleras y lloré, no pude contenerme más, podía escuchar los sollozos de Paulina, pero sabía que no resolvería nada ahora.
Tomé mis cosas y las subí a mi camioneta, conduje a la que debía ser nuestra casa, dos recuerdos se presentaron en mi mente: el cumpleaños de Paulina y el de mis niños, lo felices que fuimos ahí. Deje todo en el auto y entré directo a nuestra habitación, no se cuanto pase llorando abrazada a la almohada que conservaba el olor de su perfume, juraba que oía su voz, sentía su tacto cada vez que inhalaba apresuradamente. Me dormir deseando que todo fuera un sueño y al despertar ella estuviera ahí.
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Siempre tú
Fiksi PenggemarPaulina de la mora se enfrenta a una realidad, a una vida completamente nueva acompañada de sus hijos, pero el pasado vuelve a ella, ese pasado con perfume de mujer...