Capítulo 127
Mamá, ¿te gustó la sorpresa?
Poco después de recibir el año juntas volvimos a casa de mis padres, todos bebían y bailaban teníamos una atmósfera de paz que en una familia como la nuestra era casi imposible.
Comencé a sentirme muy cansada menos de una hora después aunque los niños y Majo no estaban muy de acuerdo volvimos a casa, ella ya estaba algo ebria y por ende tuve que conducir con precaución pues los niños se estaban quedando dormidos.
En casa no me preocupe mucho, ellos se despertaron y fueron directo a su habitación no sin antes despedirse de nosotras, subimos juntas besándonos y Majo se desplomó sobre nuestra cama, ello me dio tiempo para poder cerciorarme que los niños estaban dormidos el inicio de este embarazo estaba comenzando a manifestarse cada vez más, lo único que deseaba era dormir abrazada a Majo, pero al parecer ella se había adelantado. Sobre la cama estaba recostada boca abajo con la falda alzada quería hacer el menor ruido posible hasta que su voz me asustó.
- Pau, Pau
- ¿Que pasa Mi amor? estoy aquí - Me acerque hasta llegar a ver su rostro con sus hermanos ojos entrecerrados
- Cogeme mi amor - lo rogaba...
- Majo, estás borracha
- Un poco, pero te necesito, cogeme - Me hacía pucheros y pude notar que estaba masturbándose, bese su frente, sería una muy larga noche.
Le hice el amor hasta que quedó dormida en mis brazos, había dejado más de una marca en su cuerpo, ella era mía y yo suya. Luego de volver del baño me abrace con ella. Dejé vagar mi imaginación y me acordé de nuestra última fiesta juntas antes de separarnos fue año nuevo en Grecia, recordé los hermosos días en esa isla y se me clavó una duda en mi cabeza...
Los rayos del sol me habían sacado del hermoso sueño en el que me encontraba, la busque por toda la cama asustandome un poco al no sentirla a mi lado, con pesar abrir los ojos quería saber la hora que era pero me entretuvo la tarjeta que había en mi mesa de noche, "Te amamos" se encontraba escrito en la inconfundible letra de María José, junto a ello una foto de los tres, Mar y Bruno besando las mejillas de su madre, mi corazón se llenó de felicidad. Pude ver algunos pétalos de diferentes flores sobre el suelo y un listón de seda atada a la tarjeta, debía seguirlo con cuidado para que no me generara náusea. El listón seguía su camino hasta la puerta la cual abri, frente a mi el auto de Mar con una pequeña nota "abreme" de inmediato lo tome en mis manos e hice lo que me pedía, una pequeña caja de terciopelo negro se encontraba ahí, de una de las habitaciones salieron las razones de mi vida, los tres sonreían hermosamente, mis niños me abrazaron colgándose de mis piernas y ella estaba frente a mi.
- ¿Majo qué es esto?
- Gracias Paulina, tú me haz dado lo más hermoso y valioso que tengo en la vida, en menos de un año me regresaste las ganas de vivir, desde el día que te conocí supe que tú serías mi primer y único amor y ahora once años después con muchos obstáculos superados nuestro amor permaneció intacto ahora con los perdones otorgados y nuestra familia construida quiero volver a preguntarte - Quitó la pequeña caja de mis manos abriéndola - Paulina de la Mora, mi Paulina, Amor de mi vida, ¿quieres ser mi esposa? - Un gemido agudo salió de mis labios, estaba estática solo pude asentir, escuché como nuestros niños nos pedían un besos y me lo dió, nos dijimos todo con ese simple contacto, podía sentir nuestras lágrimas, eran sin duda de felicidad
- Te amo María José - permanecimos abrazados los cuatro por un par de minutos, era imposible pero podía jurar que sentí a mi bebé moverse de felicidad. Cuando nos alejamos ella colocó el anillo en mi dedo y volvió a besarme, los niños se susurraban algo dándonos nuestro espacio, pude ver de reojo cómo iban a nuestra habitación.
- Ve con ellos mi amor, ahora les llevó el desayuno -
- Pero Majo - le hice pucheros, no quería alejarme
- Pero nada, garbancito debe desayunar - me besó una última vez antes de desaparecer por el pasillo.
En la habitación los niños hablaban en su idioma, se percataron de mi presencia al instante.
- Mami ven - Bruno más meloso que de costumbre se pegaba a mi
- Mamá, ¿te gustó la sorpresa?-
- Si mi amor, fue hermoso
- Nosotros ayudamos en todo a Mami, ¿verdad Bruno?
- Sip, ella nos dijo que quería hacerlo igual que tú, pero como que le dió pena frente a los abuelos
- Ma, ¿mi mami había hecho esto antes? ¿El anillo era tan bonito? ¿Nos lo puedes enseñar?- Sabía que esta pregunta llegaría y no sabía cómo explicarles
- Niños, verán
-Mis amores recuerden que después de desayunar dejaremos que Mami tenga su espacio - Majo apareció por la puerta, con una gran bandeja con comida
- Si mamá - ambos respondían a coro, creí que se les olvidaría pero a mitad del destino volvieron a preguntar
- Mami, ¿entonces, el anillo?
- Si niños, ustedes saben que cuando Mamá se fue no sabía de ustedes
- Si
- Bueno yo no tenía mucho dinero, debía comprarles cosas a ustedes y tuve que venderlo - Trate de contener el llanto
- ¿Por nosotros? -Mar al igual que su madre me veía fijamente, estaban procesando todo
- Todo lo que hago siempre es por ustedes mi niños, nuestra antigua casa, ¿recuerda? Bueno se pagó con parte de ese anillo y luego bueno con mi trabajo. - ambos me abrazaron, me susurraban lo mucho que me querían, Majo se limitó a vernos.
Una vez terminado el desayuno los niños se fueron a su habitación, las sorpresas de Majo no terminaban.
- Mi amor yo - conocía esa cara, venía un perdón o una disculpa
- Te amo Paulina, voy a estar toda la vida arrepentida por lo que hice, pero te prometo que usaré hasta mi último respiro para demostrarte lo mucho que te amo, Gracias por ser la mejor madre que nuestros hijos podrían tener -
Si bien el pasado seguía doliendo, el presente y futuro parecían sonreírnos, estar ahí en los brazos de mi futura esposa con nuestros hijos corriendo por su habitación y nuestro pequeño formándose en mi interior hacía que todo lo que habíamos pasado valiera la pena.
♥Hasta mañana♥
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Siempre tú
FanfictionPaulina de la mora se enfrenta a una realidad, a una vida completamente nueva acompañada de sus hijos, pero el pasado vuelve a ella, ese pasado con perfume de mujer...