Capítulo 134
Calma mi cielo voy a llamar al médico
Me desperté, mi criatura estaba tranquila, no tenía ganas de vomitar, ni nada de náuseas, moría de hambre. Abrí las cortinas pero no completamente para que Majo disfrutara de su sueño. Baje y comencé a preparar el desayuno para mi familia, las chicas quisieron ayudar pero estaba feliz, nada me producía ascos.
Escuche a mi niña bajar rápido por las escaleras y me alarme
- mi cielito, las escaleras no se bajan corriendo - Decía mientras armaba una tortilla para Maria José y revolvía unos huevos para ellos en el sartén.
- Mami, mamá tiene fiebre
- ¿Que? - sequé mis manos con el repasador de la mesada
- Fui a darle besitos y estaba caliente y no pude despertarla.
- Está bien, ve y lávate los dientes y la cara.
Subí y mi chica estaba tapada, hervía y tiritaba. La movía y no reaccionaba, antes de recomponerme María José comenzó a temblar, se movía y comprendí que estaba convulsionando. En unos segundo la puse de costado abrazándola, hablándole a su oído, llame a emergencias explicando en susurros porque si mis hijos la vieran así se asustarían, prometieron estar en unos minutos, María me clavó los ojos fijamente y se calmó, comenzó a llorar y seguía tiritando de fiebre.
Tenía la mirada perdida cuando llegaron los médicos y me asuste.
- no es epiléptica - estaba muy segura de ello y enfatice
- No, lo sabemos. Pero la fiebre generó esta episodio. Acabo de inyectarla, dormirá y bajará la fiebre. Mantenerla tapada y con paños es importante. Una vez que despierte a la ducha y mucha agua o jugos frutales
- Está bien.
Rosario entretuvo a mis hijos en el jardín pero de todos modos querían ir con mamá, les expliqué que su madre dormía y estaba enferma. Mi padre vino a buscarlos y los llevaría a casa, no los quería aquí hasta que mi chica estuviera bien o consciente
- Mi vida ¿Cómo sigue Majo?
- Papá, no sabes que la pobre no despierta. Te hice un pequeño bolso con sus cosas porque no se cuando despertara o como estará
Comencé a llorar y abracé a mi papá, mis hijos salieron con Clarita y yo me escondí.
Me senté en el comedor y Rosario se sentó conmigo y tomamos café. Ayude a ordenar las cosas. Pedí ayuda a las chicas con las cajas de mi suegra, había dejado el Intercomunicador de los niños junto a Majo por si la escuchaba e iba cada tanto.
De la caja de Bruno y Mar. Tome unos vestidos, joggins, juguetes, el resto se los regale a mis empleadas. De la del Niño era la habitación. Acomodamos los muebles desarmados en sus respectivas cajas y donde se ubicarian
- ¿señora los quiere armar?
- No, cuando Majo esté bien lo armaremos todos juntas.
Escuché un ruido en mi habitación y corrí hacia ella.
Eran pasada las 20hs y María abría los ojos
- mi amor - balbuceaba
- Si mi vida ¿Cómo estás?
- ¿Por qué me engañaste Pau? - seguía con fiebre...
- Mi amor, estamos aquí tu hijo y yo - me acostaba junto a ella...
ESTÁS LEYENDO
Siempre tú
FanfictionPaulina de la mora se enfrenta a una realidad, a una vida completamente nueva acompañada de sus hijos, pero el pasado vuelve a ella, ese pasado con perfume de mujer...