Buenas noches María José.

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Capítulo 94

Buenas noches María José.

Después de ver a María José en los juzgados todo se complicó, la extrañaba aún más pero trataba de ser fuerte. A partir del viernes estaría sola, los niños se quedarían con ella. Odiaba la idea de que se quedarán junto a esa mujer pero no tenía otra opción, el abogado seguía insistiendo.

- Solo haz tu trabajo, no quiero que mis hijos salgan del país- Fue lo único que le acote.

Volví a la florería e ignore a todo el mundo hasta que era hora de ir por mis hijos, pasaríamos la última tarde en casa de Lourdes quien se había convertido en una gran compañía, pero claro las cosas cambian. Hace unos días ella se insinuaba o me miraba fijo y mientras cocinábamos me besó, quizá la vida me estaba brindando una nueva oportunidad, olvidar era lo mejor. Hablábamos de todo y nada, me contaba los viajes que hizo antes de casarse, era una mujer culta de mundo y yo una simple madre soltera que le dio todo a sus hijos, su juventud, sus fuerzas pero sobre todo su amor, no podía odiar a María José pues me dio los mejores años de mi vida y a mis hijos, pero el rencor seguía ahí. Ella siempre venía a mi mente ¿Cómo habría sido su vida sin mi? tal vez muy parecida a la de Lourdes, viajaba sin parar, sin preocupaciones. Lo más lejos que había ido con mis nenes era Cancún. Recuerdo que mis chiquitos vieron en la televisión una película donde dos enamorados recorrían París, los nenes querían ver como era y yo tenia una foto que María José me había tomado, se las enseñe, María me miró fijo y me consultó "¿mami, esa foto te la tomo mi papi, él está en París?" solo le sonreía, cuando en realidad me quería morir.

El viernes llegó, por la mañana me despedí de los niños por supuesto ellos estaban felices de ver a su madre pero yo me sentía triste, jamás los había dejado tanto tiempo, si bien se iban con su abuela, más que un fin de semana no pasaba. Muy a mi pesar tuve que enviarle un mensaje a María José.

Pau: Dejo las cosas de los niños con Rosario, por favor que hagan su tarea, el chófer pasará por ellos el domingo a las 18:00 , envíame una foto cuando estén contigo.

María José: Claro Paulina, hasta entonces.

En punto de las 15:00 recibí una foto, los tres se veían tan sonrientes, comían helado y a lo largo de la noche más fotos llegaron a mi, jugaron con la consola, hicieron su tarea, estaban en la casa que ella había comprado a unas calles de aquí eso era claro. Cerca de las 22:00 cuando estaba a punto de darme un baño relajante un par de fotos más llegaron.

MJ: Los niños duermen, fue una tarde muy agotadora, te agradezco por dejarme pasar este tiempo con ellos, sabes que luego de ti, son lo que mas amo en la vida.

Adjunta una foto de los tres en bata de baño, los niños dormían sobre ella, pude apreciar parte de su cuerpo, se veía espectacular, moría por ir hasta donde estaba, hacerle el amor hasta que no recordara a Claudia pero no era lo correcto.

Paulina : Buenas noches María José.

Creí que pasaría un fin de semana aburrido pero todo lo contrario pase momentos agradables con Lourdes ¿que si los besos se repitieron? Claro pero, a decir verdad no me hacían sentir lo más mínimo, ella es una mujer increíble pero no es Majo, sin embargo dejarme llevar no era tan malo, me olvidaba por un momento de la vida que tenía, pero siempre al volver a casa tenía fotos de ellos, se divertían, ella siempre tan radiante, podría jurar que cambió su tono de cabello, al menos me alegraba no saber de Claudia.

Los días designados para María José eran los Martes, jueves y viernes decidí darles aquellos dónde los niños no tuvieran clases extra o debieran reunirse con Valentina para su proyecto, quería que la vida de mis hijos fuera lo más normal posible, sin embargo la extrañaban a cada momento y no podía negarle hablar con ella por las noches, videollamadas donde procuraba no estar presente, me quedan en mi habitación charlando con Lourdes hasta que Bruno me llama para arroparlos.

Estar sin mis hijos era una tortura, el martes por la noche planeaba ir al cabaret, pero un par de remodelación en mi oficina me lo impidieron, cambie el plan por una película y alguna llamada con Lourdes, estaba en eso cuando un mensaje de María José llegó.

MJ: Los niños duermen profundamente, terminaron su tarea e incluso adelantaron un poco del proyecto, los lleve al gimnasio conmigo, se divirtieron mucho.

Me envió un par de fotos, pero la que más llamó mi atención fue la de ella frente al espejo, solo llevaba sujetador deportivo podía ver lo erecto de sus pezones, el abdomen cada vez más marcado.

Pau; ¿Qué es esto María José?

MJ: Lo siento Paulina no fue mi intención, perdón.

Pau: Te ves realmente bien.

MJ: Sigo pensando en la cirugía de reducción.

Pau: ¿Bromeas? Te ves increíble.

*MJ envío una foto *

No lo podía creer, su cuerpo se veía espectacular, inclusive sudada se veía perfecta, tenía una cintura diminuta y sus pechos bien firmes, me perdí mirando su vientre, se marcaba un poco más, me llevo de 0 a 100% en un segundo, pero no, no estaba bien.

Paulina: Buenas noches María José

La bloque, era lo mejor, antes de cometer una locura, intenté dormir después de eso pero era imposible no podía sacarme esas imágenes de la cabeza, debía borrarlas gran error pues me perdió en aquella carpeta que llevaba su nombre, tenía cientos de fotografía de ella, algunas después de hacer el amor, su cuerpo es una obra de arte que yo me encarga de retratar cada vez que tenía oportunidad, veía cada foto, cada vídeo mi cuerpo no tardó en responder, mi mano se perdió dentro de mi ropa interior, susurraba su nombre una y otra vez la imaginaba aquí conmigo, imaginaba que ella me tocaba, que eran sus labios los que recorrían mi cuerpo, pues solo ella lograba esto en mi, perdí la noción del tiempo no supe cuando caí en ese hermoso sueño, dónde éramos felices una vez más.

Por la mañana tuve que desbloquearla, me escribió con normalidad informando que llevó a los niños al colegio en dicho mensaje también había una fotografía donde sonreía con Mar y estaba espléndida, esta mujer no entendía, pero no iba a caer en su juego.

Almorzamos en casa de Lourdes como era costumbre últimamente, pero estaba atenta a mi celular mirando que capaz volviera a enviarme ese tipo de fotos, la necesitaba.

- Que dices Pau, es un hotel nuevo me comentaron que tiene un magnífico restaurante.

- Está bien, me encanta la idea.

Quizá estaba loca pero no había vuelta atrás, el viernes a las 18:00 teníamos una cita, la primera formal, nerviosa, asustada pero sobre todo, me sentía un poco culpable.

Siempre túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora