Siempre tú

Es dinero de donde viene mamá

Capítulo 68

Es dinero de donde viene mamá

Nuestros días luego de mi  viaje a Madrid fueron tranquilos, mis niños y mujer seguían con su rutina y yo simplemente decidí no tomar ningún caso quería dedicar cada día a mi familia, en cuanto llegue  mi madre lleno a los gemelos de regalos, me sorprendió que Paulina no provocará disputas por esto pero a decir verdad llevaba un par de días rara. Primero pensé que por la prueba negativa, luego que capaz sentía miedo. Pero conmigo día a día y noche a noche me daba amor  maravilloso

Está mañana el clima afuera era cálido, mis niños rogaban por jugar con sus autos miniatura, Paulina no puso oposición así que, después del desayuno los observé jugar mientras leía uno de mis libros favoritos, seis vueltas ganadas todas  por mi reina el particular sonido de risas fue sustituido por otro muy fuerte,  después nada, aparte mi vista del libro y no ví a mis niños segundos después Mar venía a mi y  su pequeña cara estaba cubierta de sangre, llegué hasta ella y aunque, trato de decirme algo no se lo permiti.

- Mar mi amor ¿que sucedió? ¿Porqué estás así? Bruno porque no cuidaste de tu hermana, mira nada más lo que pasó - sabía que podía romper en llanto en cualquier momento pero sus pequeñas manos tomaron mis mejillas e hizo que la mire.

- Mami mami, no pasa nada, mira se cayó mi "diete" -  esa bella sonrisa que alguna vez me devolvió la vida estaba frente a mi esta vez sin uno de los dientes frontales.

- Mi amor pero...

- Pero nada mami, Bruno lo tiene vamos a enseñarselo a Mama - tomo mi mano y los tres caminamos a la par, ciertamente deje de prestar atención a todo, solo escuchaba como ella me llamaba Mami, una y otra vez.

- Mamá, mamá mira mi diente se cayó- en algún momento Bruno se lo entregó y ella lo extendió a su madre.

-Es maravilloso mi amor, ven cuéntame - Pau la tomó en sus brazos para lavar su carita- Y no olvides cepillar tus dientes después María- ambos se fueron de ahí, yo me perdí en ellos, los amaba tanto .

- María José - Paulina me llamaba, no sé en qué momento se había acercado a mí, solo sentí sus manos limpiando mis lágrimas.

- Me llamo Mamá, mi pequeña me dijo Mamá

- Lo oí mi amor, nuestra pequeña están creciendo muy rápido. Te lo dije, solo necesitaba tiempo

- Es una bebé,  no, me niego

- Majo por dios, ahora le prometí que el ratón vendría hasta, el evito que llorara debemos dejarle $100  bajo su almohada.

-  Solo $100?

- Si, solo $100 - me arrinconó en una de las esquinas y nos besamos hasta que nuestro deber de madres nos llamó.

La tarde fue particularmente divertida, entre las videollamadas que insistió hacerle a su  abuela para contarle las noticias, Virginia le pedía ver el diente de junto y pegue un grito  al notar que también se estaba moviendo, pude escuchar como los tres reían y repartían besos para mi mientras veíamos una película de tras de otra y yo era feliz.

Por la noche Paulina insistió en ser ella quien los durmiera dejándome a mi el tiempo suficiente para tomar un baño relajante, 30 minutos con un poco de sueño volví a mi cama totalmente desnuda, los pensamientos no salían de mi cabezas, mi mujer llegó dándome solo un pequeño beso y desapareciendo. Apoye mi cabeza en la almohada pequeñas lágrimas volviendo a recorrer mi rostro, me había perdido tanto, sabía que a Bruno se le había caído su primer diente hace mucho, en una situación similar y el segundo no mucho antes de que volviera, recuerdo que puede ver cómo terminaba  de crecer, me había perdido algo tan importante de mi niño y jamás me lo perdonaría.

- Me encanta cuando me esperas así

- ¿Qué, perdón?

- Majo, calma ¿si? Entiendo todo esto, pero no es nada positivo que los niños te vean mal-

- Si mi amor, perdón - ella no me respondió más que un pequeño te quiero antes de besarme, la gire, pero algo se activó en mi.

- Amor perdón, ya vuelvo ¿si? - me coloque mi bata y salí directo hacia mi escritorio. Dentro de mi cajón tenía dinero que no había cambiado, euros. Saqué trescientos y escribí en post-it "para Bruno en concepto de dos, para mar en concepto de uno" a ambos le decía que debían cepillarlos. Corrí hacia  la habitación de mis niños, se veían tan tranquilos durmiendo, bese a mi pequeño susurrando lo mucho que lo amabas metí debajo de su almohada 200 euros y después con mi niña, ella abrazaba su carrito y sonreía, urge bajo su almohada retirando el billete de 100, sustituyendo por uno de €100, un último beso a ambos y los deje descansar.

Volví a mi habitación, Paulina me esperaba en la misma posición sonriente

- ¿Listo mi amor?

- Para ti siempre - volví a ella, estaba feliz me sentía tan plena como madre y al tenerla ahí bajo de mi gimiendo bajito supe que era una mujer completa y feliz.

- El ratón Pérez nos estafó mamá- escuchaba a mi niña a lo lejos

- No mi amor

- ¿Como no? Mira esto... es dinero de mentira

Me moví y abrí mis ojos, Mar estaba con un tremendo puchero, Pau se reía y la tenía sobre ella. Yo me moví y María me miró, mordi su piernita y se comenzó a carcajear

- mami mira lo que me trajo es ratón Pérez

- Si, veo

En ese momento Bruno entró corriendo al grito de "soy rico soy rico"

- ¿que?

- Mira mami el ratón me dejó €200

- ¿Qué es eso?

- Es dinero de donde viene mamá

- ¿Y porque?

- Mamá hablo con el ratón de español mi amor - me besaba

- Ajam, vi que bruno había perdido dos y Mar uno y le escribí

- Pero ¿qué haré con esto? - movía los €100

- ¿Mami me prestas tu celular?

- Ajam

- Yo quería un juego nuevo de zapatos

- De que color mi reina - la abrace súper fuerte y mire su boquita con ese espacio precioso.

- Son $5000

- ¿QUE? Somos ricos -  María gritaba y saltaba. Aproveche y tome a mi chica besándola mientras, ellos corrían

- Mamás ya, vamos al centro comercial

- Hay que desayunar

- Si, fuera - estaba súper alterados y nosotras queríamos más en la cama.

Me tomo de la cara y me besaba, debíamos cambiarnos y arreglarnos. Era feliz, mi familia sabía la verdad, no había más mentiras, los niños sabían que yo era su mamá y María me aceptaba.