Shhh bebé quiere dormir

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Capítulo 141


Shhh bebé quiere dormir


Hoy era el día de nuestro pequeño paseo familiar eran recién las 5:00 am cuando con besos desperté a mi hermosa mujer

- Shhh bebé quiere dormir - se abrazaba a la panza y casi me conmovió. 

- Amor nos tenemos que irnos pronto.

- Hmm mañana Majo, mañana.

- Entonces no quieres ir y almorzar tacos.

En un momento se despertó, bese su mejilla y la dejé recomponerse era momento de despertar a los gemelos lo cual era tan complicado como con su madre. Uno por uno y después de algunos incidentes logré que mínimo se sentarán en la cama, deje ropa adecuada y me dispuse a bajar por los refrigerios.

Rosario había dejado todo listo el día anterior, solo prepare algo para el camino pues sabía que Pau se moriría de hambre. Al volver a mi habitación los vi a  los tres con su ropa de invierno abrazados.

- Paulina, niños tienen 5 minutos o me iré sin ustedes - Me arregle y notaba que mi cuerpo se tornaba un poco, no solo había aumentado un par de kilos si no que también mis nalgas se marcaban y por mucho. Bueno, estábamos embarazadas...

Al salir note que ellos ya no estaban en sus camas, pero los ruidos en la planta baja me indicaban que ya se encontraban en el garaje, 10 minutos después estábamos en camino. Al principio trate de animarlos pero no bien entramos a la carretera los tres dormían profundamente.

A las 9:30 am y después de detenernos varias veces por las náuseas y antojos de Pau llegamos y el frío era penetrante pero la vista lo valía.

- María deberíamos ir a la cabaña, descansar un poco y volver.

- Mi amor, si vamos no volvemos, además mira que hermoso es, subir será algo inigualable.

- No creo que podamos subir, mira nada más mi panza.

Pau tenía razón, la chica de la taquilla me indico que sería peligro.

- Para su amiga es mejor que caminen por la terracería, podrán subir a la mitad, hacer un picnic y volver. Si necesita puede contratar un guía a la entrada.

- Muchas gracias.- Ella tenía razón, me dispuse a tomar la mochila con lo indispensable para pasar el mayor tiempo posible.

- Hmm muy interesante la plática ¿no?

- ¡Mi amor!- me puso incomoda y creo que ella escucho.

- Vamos ya que tus hijos están desesperados y el bebé tiene hambre.

- Si mi vida.

El lugar era hermoso, la vista  magistral generaba que mi corazón se aceleraba cada vez más, mis niños estaban encantados, Bruno había hecho con sus manitas un libro con los puntos principales del lugar y se lo leía con determinación a su mamá de quién no se separaba, mientras Mar iba de mi mano tan maravillada como yo.

Poco tiempo después nos detuvimos para tomar nuestro primer snack, los niños jugaban y al no ver a nadie cerca no me resistí y abrace a Pau.

- Esto es tan bello - caminábamos de la mano los cuatro.

- Si mi vida, y el bebé no deja de moverse -  tomaba su cintura y tocaba nuestras panza. 

- Si, mi niño ama caminar - Bese su mejilla, al instante los gemelos buscaron nuestra atención. Continuamos a paso lento, durante todo el camino cuando nadie nos veía Pau se insinuaba y me tocaba discretamente, cada tanto me veía mordiéndose los labios. A decir verdad eso me encantaba y moría por que fuera de noche para hacerla mía hasta el amanecer.

Cuando los pies de Pau comenzaron a molestarle nos pidió volver disimuladamente vi que ya pasaban de las 13:00 y no había problema. Con cuidado descendimos, la realidad es que también sentía cansancio pero esto era por y para mí familia. Ni bien llegamos a la entrada Paulina se acercó a uno de los puestos.

- Ve con los niños al coche yo los alcanzo.

Nosotros reímos, acomode a los gemelos y les confesé lo que nos esperaba.

- Mi niños, ustedes saben que mamá se graduó recién y venimos a celebrar, pero esta no es la única celebración, ahora que lleguemos a la cabaña estará toda la familia lista para una fiesta.

- ¿Toda toda?

- ¿Hasta la abuela Norma y la tía Puri?

- Bueno no todos, pero si sus tíos y abuelos, pero es sorpresa para mamá ¿pueden guardar ese secreto?

- Siiiiii- Ambos me contestaron al unísono y de inmediato cubrieron sus bocas con ambas manos.

-¿Qué pasa aquí? - Paulina había llegado y entendí el porque mis hijos se quedaron callados

- Nada mami, tengo frío y mamá me estaba dando besos.

- Si mamá, ya nos queremos ir.

- Perfecto, tomarán un baño en la tina y una larga siesta, mañana iremos a otro paseo.

- Si mami.

Ella estaba muy ilusionada, debía programar un regreso pronto para poder hacer todo lo que quisiera y sin preocuparnos del cuidado del bebe. Nuestros niños se durmieron tan rápido como ella se acabó sus quesadillas, las cabañas no estaban tan lejos pero quería retardar el momento. Comencé a manejar lento y  observando la vista, pero no era tonta y se daba cuenta. 

- Mi amor, este no es el lugar que me diste - revisaba su celular en el  GPS- nos estamos alejando mucho.

-Este es muchísimo mejor

- ¿Si? No sabia que habíamos cambiado. Estamos más lejos de todo

- Algo así amor, algo así.

- Mi cielo, hay que esta cerca de la ciudad... - se tocaba su panza, sabia en que pensaba.

Y no era falso, la cabaña que mi suegra reservó era una mansión, seis habitación y cada una con su baño, una piscina que para el calor de abril quedaba increíble y un patio grande para la fiesta. Estacione en la parte delantera para que ella no notará nada.

- María José, ¿Qué es esto? Es muy grande para nosotros.

- No mi vida, tranquila, vamos a llevar a los niños adentro.

- Ok, pero rápido, que te necesito - me tomó del cuello besándome, debía aprovechar porque no sabía hasta qué hora se repetiría.

- Mamis.

Nuestra niña despertó, nosotras nos separamos riendo, entramos a la casa con un Bruno adormilado que despertó con el sonido de: 

- ¡Sorpresa!

Siempre túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora