Te amo mamá, Todo saldrá bien

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Capítulo 7

Te amo mamá, Todo saldrá bien

Esa llamada me había dejado tranquila no voy a mentirme, los niños estuvieron muy alterados estos días. Decidí tomarme para mi los días que María José iba a estar alejada, primero me dijo que iba a ser por Roberta y que debía preparar la defensa pero si algo que yo se  es cuando me miente o intenta evadir algo.

- Paulina por favor, para mi es nuevo tengo miedo, son solo unos días ¿Puedes hablarme o decirme algo?

- ¿Qué quieres que te diga? Está bien. Tomate tus días, la verdad es que no es buena idea que mis hijos tengan contacto contigo tampoco.

- ¿Que? ¿Son mis hijos?

- Si, te hicieron dos preguntas, casi te mueres y ahora te alejas ¿Qué sucederá cuando sepan que eres su otra mamá y los dejaste? que preferiste largarte por algo que te sucedió y no volviste hasta hoy ¿Crees que lo tomarán muy bien? ¿Que no te sacaran las cosas en cara? Es mejor que te vuelvas a Madrid - Majo se acercó a mí con sus ojos muy enojados y me miró fijo.

- Yo no me voy a ir a madrid necesito procesar esto. Si decido irme por supuesto sabrás y ellos sabrán dónde encontrarme.

Ese día terminé llorando a unas calles de la oficina de mi padre dentro del auto. Fui una estúpida en creer que se iba a quedar por sus hijos, para recuperar el tiempo con ellos.

Por eso me quede esos días con ellos, no eran culpables de la mala decisión que tome en elegir a esa mujer como su mamá. Suspendí sus clases e intenté darle todo el amor y atención que hacía mucho no podía, por temas laborales. Mis padres lo comprendieron. Mis niños estaban muy triste, la extrañaban, Bruno miraba por la ventana mientras leía su libro. Ninguno de los dos sabía o eso creía yo, que María José era su mamá pero ellos la necesitaban. No quería imaginar lo que hubiera pasado si ellos supieran quien es y ella se alejaba así.

Mar estaba con mi celular jugando mientras yo cocinaba  los miraba crecer y eran mis pequeños, mis hijos. Debía ser fuerte pero volver a verla, el pensar que no volvería estar sola me hacía flaquear. Debía tomar  las riendas de mi vida otras vez, barajar y volver a tirar.

- Niños ¿Que les parece si mañana vamos a la feria de la plaza que siempre les pospongo? - me sonreían pero no era genuina.

- ¿Podemos invitar a Majo?

- Podría llamarla y decirle si.

- ¿Podemos llamar nosotros? ¿Le puedes marcar mami? - ahora era Bruno quien dejaba su libro y me miraba fijo.

- Puedo intentar mañana si está disponible ¿Qué dicen?

- Genial.

Como les explicaba que María José no me cogia el teléfono. Desayunamos juntos mirando caricaturas, creí que eso podría distraerlos, pero no.

- Mami... ¿Llamaste a majo? - Mar no despegaba los ojos de la tele pero me hablaba.

- Emm si amor, pero esta ocupada no responde el teléfono- Bruno me miro fijo y dejo de comer.

- Voy a lavarme las manos mami.

- Okey mi cielo -

Ella lo había vuelto hacer, se había ido. Mis niños ahora la extrañarías e iba a ser peor que en algún momento supieran que su mamá si supo de ellos e igual los dejo y los abandonó.

Salimos para la feria, ellos disfrutaron el día completo. Deje mi celular y lleve mi cámara para captarlos en todo momentos. Almorzamos ahí y luego pasamos al centro comercial a comprar cosas necesarias y elementales que necesitaban. En el auto maneje lento, por alguna razón no quería volver a mi casa, estaba muy triste. María se durmió sobre su hermano, y él miraba por la ventana. Bruno apoyó su mano en mi hombro.

- te amo mamá. Todo saldrá bien- Él sabía que me pasaba.

- Bueno niños a bañarse y yo voy  a controlarlos.

Subieron a ducharse y mi teléfono estaba en la mesa de la cocina, no paraba de vibrar, tenía cientos de llamadas de María José, mis padres. Apenas iba a llamar a mi mamá y una llamada de ella entró, se había acordado que existimos.

- !¿Donde estabas paulina te llame toda la tarde?! ¿Los niños están bien?

- ¡María José! Dime ¿Cómo está Madrid? - me la imaginaba en su departamento rodeada de papeles como siempre y sus excusas baratas para no venir a verme cuando recién comenzábamos nuestro noviazgo.

- Estoy en mi departamento solo me tomé unos días te lo dije.

- Me encantaría tomarme unos días.

- Hazlo, yo los cuido.

- ¡Ja! Chistosa.

- ¡No! No lo soy. Necesito hablar urgente contigo de nuestros hijos ¿Cómo están ellos?

¿Preguntan por mi?

- No sabes lo que son, "¿Donde está majo? ¿Porque no le marcas?" están de intensos.

- Mañana  voy a la oficina ¿Me los puedo quedar?

- No lo sé María José, esto les afecta. Creo que no estás comprendiendo que son niños y sufren, sienten.

- Obvio que lo sé Paulina, ¡los extrañé!

- No se noto. Me pidieron que te llame y jamás respondiste.

- No estaba en condiciones de responder

- ¿Qué te pasó?

- No, no es lo que crees.

- No me importa.

- Está bien, pero puedes traernos mañana o dime donde los recojo, necesito verlos.

- Claro,  te los llevo debo ver a Roberta por la tarde

- Otra cosa, nosotras debemos hablar ¿Podrás venir antes que los niños?

- Okey, solo un momento.

Estaba tan cansada de todo esto, sentía que no tendría fin pero, ¿que podría hacer? después de todo ella era su madre y debíamos llevar todo en paz por el bien de mis pequeños, cuando volví a su lado el baño era un desastre, solo suspire, quería concentrarme en mis niños y volver a enviar a Maria Jose a ese rincón en mi cabeza que le destine el dia que me abandonó.

Siempre túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora