¿Mami quién nos robó?

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Capítulo 121

¿Mami quién nos robó?

En el viaje Majo llevaba a upa a Bruno y lo besábamos juntas para que no sintiera que no era importante su demanda. María José le susurraba que lo amaba muchísimo.
Esto fue posible porque Mar iba dormida desmayada sobre su mamá... pero apenas me escucharon que decía que llegamos de la abuela se alteraron y mi niña abrió sus ojos...

Apenas entramos, mi madre estaba feliz y miré su cara con picardía, ella se dio cuenta en el acto de mi "estado". Me abrazó despacio.

- Mis bebés Santa dejó todo en su casa nueva, los extrañe mucho..

mi mamá los alzó a los dos besándolos. Noto que  Bruno había crecido y él contó que conoció a otro médico en Barcelona que lo ayudó con ejercicios, Mar le contaba que su abuela no tenía flores tan lindas, esa niña era terrible.

Los niños se quedaron con mis hermanos y Majo  yo me fui a trabajar con ella. Me platicaba lo que necesitaba y yo anotaba con la promesa de ayudarla mañana, que no me sentía muy bien. 

- Ahora dime, pensé que con Majo estaban peleadas

- Bueno nuestra relación mejoró - desviaba la mirada

- ¡Bastante! te fuiste a España alejándome de mis niños en las fiestas.

- Estamos bien, pero vinimos para año nuevo- evitaba mirarla

- ¿Por qué no me cuentas las cosas? - apoyo de golpe las orquídeas en la mesa.

- ¿Qué mamá? Nos amamos ¡ya está!

- Solo eso me dirás, no te volveré echar de la casa, ya tienes  tres.- la miré y estaba feliz, igual que cuando Mar me sonríe, me eché a reír

- Mamá, no pasa nada.

- Paulina soy tu mamá ¡no me mientas!

- Mamá - tome sus manos - créeme que serás la segunda en saberlo.

- Amor, yo te lo digo por experiencia de tres hijos, tus mejillas, los ascos que sientes con las púrpuras, estás embarazada mi amor - Chiste a mi mamá, era muy nuestro, no quería que nadie lo sepa. 

- Mamá, no sé aún y no quiero ilusionar a Majo, menos que los niños escuchen.

- Está bien mi amor- me tomaba la cara y me besaba - Véte a casa a dormir y descansar

- Pero mamá.

- Nada mi amor, perdón no sabía tu estado y vienes de lejos, ve a dormir.

- Está bien mamá.

Volvimos juntas a la sala y ambas veíamos a los gemelos felices con sus juguetes, se desilusionaron un poco al saber que nos íbamos pero el bostezo de Mar era la señal.

- ¿No que los regalos estaban en casa?

- Los que Santa trajo aquí, también puse un árbol  en tu casa. ¿Dónde estarán ahora? ¿Cuando se mudan?

- Iremos a mi casa, mañana veré como comienzo la mudanza

- Pau, solo quedaron objetos personales y las camas. Todo paso a tu casa nueva.

- El sistema funciona entonces

Me quede pensando en cómo iba a organizarme y sintiéndome tan mal...

Cargaron los juguetes al coche, Majo llevaba a Mar y Bruno me pedía que lo hiciera upa, mi mamá me miró y me decía que no con la cabeza, si bien Majo quería alzar a Bruno, él subió solito y se sentó sobre mi, negociamos y así será de ahora en más.

Antes de cerrar la puerta mi mamá gritó.

- Mijita cuida a mis nietos

Mi mamá no hablaba solo de Bruno y María, sino de los tres.

- Iremos a mi casa y mañana comenzamos la mudanza ¿quieres?

- Lo que quieras mi amor... ven - estiró sus brazos y yo me apoyé en el hombro de Mar...

Los besos de Majo me despertaron una vez llegamos, nuestra casita estaba vacía, completamente. Me quedé parada frente a ella, así era como cuando la compre, ahora mi realidad era otra completamente. Esperaba otro niño, tenía mi casa a unas cuadras y mi mujer me besaba el cuello diciéndome que me amaba... Me di la vuelta y me colgué de ella.

- Dígame ¿qué necesita mi futura esposa...?

- ahora necesito comer y reponer energías, acomódate, pediré comida.

Majo despidió a Jesús y bajo nuestras valijas, las acomodaría en la entrada. Mis bebitos se bañaron todos hermosos hasta que llegara la cena. Se pusieron sus pijamas iguales y mi mujer también se ducho rápido para que yo pueda estar fresca antes de comer. Al ducharme tocaba mi pancita, era totalmente diferente. Desde la pelvis se  asomaba un pequeño bultito y yo sabía que era mi bebe. Majo abrió la puerta y me dejó mi pijama y una toalla, corrí la cortina y le pedí un beso.  ella me tenía de la cara y tomé sus manos hasta mi barriga.

- Mañana me haré la prueba.

- Sea lo que sea amor, solo quiero que estés bien y sana.

- te amo

El timbre sonó y los niños gritaban de abajo... Nuestra cena había llegado. Me cambié y me puse cómoda, baje y los niños habían acomodado todo, pero ni vasos había ya en esta casa.

- ¿Mami quien nos robó? - miraba Brunito atónito con sus cosas faltantes...

- No mi amor, es la mudanza, mañana iremos a dormir a nuestra casita nueva.

- ¿Nos podemos ir hoy? - Mar no entendía

- La casa está repleta de cajas amor, aunque mañana mamis irán a ver y veremos si está acorde para mudarnos ¿bien?

- Tu habitación quedó hermosa mami, mamá siempre decía "esto es como  quería mamá"- Mire a Majo, porque recordaba cuando estuve en esa habitación, todo fue como yo lo deseaba.

Los mire a los tres cenar y no miento, estaba aterrada del nuevo futuro que nos deparaba pero María José me miro y como analizando lo que pensaba dijo

- Mañana ayudaremos entre todos a organizar nuestra casita, así mamá  también puede descansar.

Respire y sonreí, Mar y Brunito comían desesperadamente, habían extrañado con locura la comida de su país. Yo había extrañado México también pero más feliz me ponía que mi vida realmente iba a ser diferente, yo era otra mujer. Había por fin descubierto porque María me había dejado sola, volví a la casa que construimos juntas con nuestros hijos, nos volvimos a comprometer y al parecer también íbamos a traer al mundo a un nuevo bebe. Todo era una nueva realidad.

Siempre túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora