Eres muy hermosa, saldrá todo bien.

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Para quien lo extrañaba.



Eres muy hermosa, saldrá todo bien.

Nuestra vida iba bastante bien. María había comenzado terapia y sus pesadillas habían bajado bastante, había días que volvía destruída y quería dormir con sus hijos, pero me sentía apretada y me escapada a dormir en la de los niños. Había otros días que se quedaba a trabajar hasta tarde acompañándome a mi a leer y estudiar. No era como antes, era mejor. Por momentos nos la pasábamos en el sillón besándonos y ella cada vez que acertaba me besaba y acariciaba a su hijo. Una noche los besos subieron de colores y en el living totalmente desnudas nos comenzamos a dar amor y placer, el problema es que no estamos solas como antes. Yo estaba sobre Majo, besándola y moviéndome lijeramente. Hasta escuchar una pequeña voz que nos llamaba de las escaleras.

- ¿mami qué haces sobre mamá?

- Hijo ve a dormir

- ¿Están jugando? Puedo jugar.

- Hijito ve a la cama mamá ya va, te llevaré la leche para que puedas conciliar el sueño

- Que hacen?

- Vi un bicho y me subí sobre mamá, estoy asustada

- Un bicho? Voy arriba mami

Miraba a majo suspirando pero la muy loca continuó obligándome a ahogar el placer que me generaba.

Estábamos tranquila e iba a ser mi primer examen.

Llegue y me acredite, me senté y fue sencillo. Al entregar mi examen y salir me encontré con el ser más desagradable de la vida: Frida. Frida era una estirada de las Lomas, compañera de todo lo que hacía y una chismosa. Ella fue la primera que supo que me embaracé por su madre, amiga de la mía y la primera en saber que mi madre me echó de la casa por estar embarazada de una mujer.

Iba a pasar de largo pero ella me chistó

- ¿Paulina?

- Hola qué tal. Disculpa tengo prisa

- No, espera. No te hacía regresando aquí

- Quise dar las últimas materias...

- ¿Tardaste no?

- Soy mamá y...

- Esperando otro, ¿de este si sabes quien es el padre?

- Mis hijos no tienen padre, tiene dos madres y sabes, a ti no te importa

- Me importa que la comunidad académica reciba a una mujer como tú

- Qué te pasa, yo pago por eso...

- Exacto, pagas por eso y ahora te crees que eres de esta clase.

- Mira estupida, yo no ando haciendo sociales, tengo que ir a trabajar.

- Claro a tu señora no le debe alcanzar para mandarte aquí y cuidar a dos niños más que vaya a saber quien es el padre.

La deje ahí parada pero cuando entre al auto me largue a llorar. Lloré todo el trayecto a casa, me enviaron la calificación por mail, había aprobado con buena puntuación. Creía que estaría sola pero María estaba sacando los muebles del bebé de las cajas con las chicas.

- ¿mi amor todo bien? -me miró fijo y me puse a llorar, salí disparada hacia mi habitación...

Ella entró al momento y estaba tirada en la cama

Siempre túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora