Te extraño tanto Pau

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Capítulo 38

Te extraño tanto Pau

Habíamos tenido unos días tremendamente agitados, había oído que tener un negocio exitoso era algo increíble pero tener dos es la muerte, con mi madre de viaje y mi padre ocupado en su empresa, manejaba por completo la florería y el cabaret. Si bien mis hermanos ayudaban pero no daban todo de sí mientras tanto, María José estaba preparando un juicio un poco complicado y apenas teníamos tiempo para vernos, todas las noches cuando llegaba del cabaret ella ya dormía al igual que mis niños, las pocas noches que no lo hacía estaba tan concentrada en su lectura que prefería no interferir, durante el día compartíamos algunos mensajes nos extrañamos se notaba muchos, hoy harta de todo deje el cabaret a manos de Claudio quizá me arrepentiría pero valía la pena por ver a mis hijos antes de dormir.

Mis planes se vinieron abajo cuando el tráfico de la gran ciudad me detuvo por espacio de 45 minutos, cuando por fin llegué a casa, ya no podía ver a mis hijos pues su madres los habría hecho dormir, ella probablemente estaría ya sumida en su lectura. Para mí sorpresa las luces de la sala estaban encendidas, María José seguía en el living ordenaba el desastre que los niños habían hecho se veía lo casada que estaba, estos últimos días pasaba toda la tarde con ellos en su oficina después venía a casa y de igual manera se encargaba de ellos.

- Buenas noches mi vida - me había sorprendió espiandola.

- Hola mi amor - Me acerque a besarla, era el primer contacto prolongado que teníamos en días.

Me obligó a cenar algo mientras le contaba de mi día, ella escuchaba atentamente cada detalle sin embargo cuando fue mi turno me resultó difícil prestarle toda la atención, me dedique a observar su belleza, el tic de morder sus labios cada tanto, el brillo en sus ojos celestes cada vez que decía algo que le apasionaba, el dulce sonido de su voz y el que, a pesar de su cansancio estaba junto a mi. Había terminado mi cena en cuanto ella volvió a mi la tome de la mano acercándola, besándola con tanta intensidad que tuvo que sentarse sobre mi regazo.

- Te extraño tanto Pau -

- Y yo mi amor- volví a besarla, pronto lo que comenzó tierno terminó con la camisa de Majo semi abierta dándome una maravillosa vista de su sostén de encaje negro el cual rápidamente hice a un lado, ella gemía bajito mis manos estaban ya en sus glúteos, la posición se estaba tornando incómoda pero mis labios alternaban entre sus pechos y mis manos tocando cada parte sensible de su firme trasero el cual anulaba toda mi fuerza de voluntad.

- Mi amor, vamos a la habitación-

- Un poquito más -

- Los niños se han estado levantando por la madrugada, nos pueden ver - suspiré un poco dándole una fuerte nalgada, ella se levantó y su ya muy gran erección se hizo visible, relami mis labios causando una risa grave de su parte.

De la mano y robándonos besos como adolescentes subimos hasta nuestra habitación, bese dulcemente mi frente quería ver cómo se encontraban los niños, los note desmayados en sus camas, tranquilos, apacibles. Ella entró al baño, mientras yo me moría por hacerle el amor, me daba igual si dormía poco o nada si al día siguiente era un zombie lo único que quería era pasar esa noche disfrutando con el primero y único amor de mi vida.

Siempre túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora