¿Estás bien? Estás roja

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Capítulo 11

¿Estás bien? Estás roja

Nuestra relación como mamás era excelente, si bien no estaba del todo sola con los niños Paulina me dejaba acompañarlos de la oficina a su casa por la mañana me permitía pasar por ellos y los llevábamos las dos a la escuela, me quedaba con ella hasta irse a la florería y tomábamos un café, íbamos de compras, disfrutábamos como amigas, por la noche cuando alguna cocinaba, la otra pasa tiempo con los niños y últimamente nos insinuábamos. No era obvio, pero Pau se me acercaba demasiados si debía probar alguna salsa o el condimento de alguna comida solíamos reírnos cuando los niños dormían, aprovechamos el tiempo y hacíamos cosas de chicas, ella me contaba su día y yo el mío, cambiamos las películas y dos veces hice sus manos, esto no fue algo sexual o eso creo yo, pero se me insinuaba y yo comencé hacer lo mismo. Cuando cocinaba y quería retirar cosas de la alacena ella no se movía y yo bueno apoyaba mi cuerpo sobre el de ella pero fue diferente la última noche, finalmente pasó, cuando jugaba hacer cosquillas a mis niños en la cama y Mar sugirió que deberíamos hacerle a su mamá también y ella se retorcía a carcajadas quedó tirada en la cama riéndose con su pelo alborotado y la ropa desaliñada, me hacía acordar cosas del pasado, como cuando terminábamos de hacer el amor me moría por besarla. El timbre sonó y nuestra comida había llegado, los niños salieron corriendo, no iban abrir la puerta y ella se veía hermosa ahí tirada y sonriéndome, me deje llevar y me acerqué lentamente, tome su pelo y ella no se movió, acaricié su mejilla, tomé su cara con mis dos manos y la bese, apoye mis labios sobre los de ella y sentí como se levantaba un poquito para besarme más profundamente escuche a lo lejos los pies de mis hijos corriendo por las escaleras y tuve muy a mi pesar que alejarme...

- Mami, ¡¡¡llego la comida, vamos!!!

- Si Bruno

- ¿Estás bien? Estás roja.

- Sisi vamos.

Comimos y estaba muy incómoda, ella me miraba y cuando lo hacía yo, ella dejaba de hacerlo. Los niños querían ver películas, así que nos quedamos abrazados los cuatro en la cama, no quería pero me deje llevar por mi sueño y las caricias de Mar. 

Siempre túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora