Yo lo dejo a él

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Capítulo 6

Yo lo dejo a él

Me levante exaltada, mi teléfono sonaba muy fuerte y en su pantalla estaba su rostro, era ella. Pero luego me asuste y pensé en mis hijos.

- Pau ¿Qué pasó? ¿Los niños bien?

- Si, solo que no irán a la escuela, hoy es feriado y quería saber si querías hacer algo con ellos, es para organizarme - me puse feliz, observé y eran las 9 de la mañana. Quería hacer todo con ellos.

- ¿Que me propones? Digo ¿Que puedo hacer con ellos?

- Mira me iré a la florería te parece si los buscas para desayunar y no sé pasear. Puedes preguntarles. Yo estaré un rato aquí y luego vendré a la casa.

- Perfecto si, ya salgo para allá, te quedas a desayunar yo lo llevo.

- Está bien.

Pase por su panadería favorita, compre pasteles pequeños, bollos, lo que a ella le gustaba, luego por café y bebidas sin azúcar para los niños. Llegue a las 10 cuando ellos se levantaba. Mar tenía su cara aún pegada la almohada y Bruno era el niño mas hermoso de este universo y me sonreía. Paulina se sentó a la mesa y todo lo que lleve le apeteció. Se sonreía y yo estaba loca con su sonrisa y cuando me hablaba. En un momento comencé a escuchar mi corazón detrás de mis oídos, tenía que calmarme.

Ella no se fue y los niños querían mostrarme su patio, era minúsculo, ordenado con flores, había dos columpios y un lugar para trepar. Comenzamos a jugar y Paulina observaba detrás del vidrio.

- Niños, ¿Quieren que busque a mamá así jugamos?.

- Así jugamos cuando esta mamá, ella se quedó pero debe trabajar Majo - me decía Bruno jugando con unas figuras de acción

- Oh, pero tal vez podría dejar la computadora y venir con nosotros. ¿Cómo pasan su día libre?

- Mamá tiene que trabajar porque no tenemos un papá - María hablaba ahora en su columpio, descolocandome por completo su argumento.

- Mar ¡basta! Mamá trabaja porque le gusta y si también por eso. Majo, ¿tu conociste a nuestro papá? - el corazón se me estrujaba.

- No mi amor, no se de él.

- Ahora basta tu Bruno. Él quiere buscarlo pero yo no. No nos quiere.

- Tal vez no sabe que nacimos - eso me dolió y me volvió a  descolocar ¿Que sabía Bruno?

- No me importa, nos dejó. Mamá trabaja mucho para nosotros. Mamá tiene dos trabajo porque tiene dos hijos. Los papás de mis compañeras tienen un trabajo cada uno. El nos dejó y yo lo dejo a él.

Bruno se puso incómodo y agachó su cabeza, yo no podía respirar mi hija no me quería. Me comencé ahogar y necesitaba salir de ahí. Esto no estaba bien. Me levante y ellos no notaron cómo estaba. Como pude abrí el vidrio y lo volví a cerrar. Sentí sus brazos rodeándome y fue peor, comencé a perder el equilibrio no, no podía respirar. Ella me alejó de ahí, me llevo al baño de la planta baja.

Cuando volví en si, estaba llorando, tirada en el piso gélido del baño de Paulina. Ella estaba de rodillas y yo solo decía que quería morirme, le pedía perdón.

- Majo por favor cálmate ¿Qué pasó?

- Los niños no me quieren, sintieron mi ausencia.

- Calma.

- No, soy un asco. Jamás seré una buena madre. Fue una equivocación hacerles esto, aparecer así. Ellos eran felices sin mi, ¿Sabes lo que será para ellos enterarse que no soy su papá sino otra mamá? ¿El trauma que eso les generará? No me odiaran por abandonarlos sino por lo que soy. - me sentó en el retrete. Me dio agua pero no podía tragar nada.

- Majo, cálmate. Yo hablé algo con ellos y jamás hablé de un papá, los eduque para que comprendan al otro y son muy empáticos y respetuosos. Si te reclaman será por la ausencia hacia nosotros, bueno hacia ellos. Te pido que te serenes. Mira si no quieres un contacto con ellos listo. Mañana mismo puedes irte y ya. Sabes que ellos serán tus hijos siempre. Por este motivo yo no quería que estuvieras tan cerca, para que no te lastimaran sus respuestas.

- Necesito ayudarte, te daré lo que ganas en la florería, el doble el triple, te daré una manutención para que no hagas nada te lo juro, solo cuídalos - me arrodille y me sujete de su pantalón, ella se alejó lentamente.

- ¡Majo! Nosotros no queremos dinero ¿Qué dices? - se puso a mi altura y acariciaba mi pelo.

- Los niños me dijeron que trabajas mucho porque son dos, es mi culpa.

- Mira cálmate, si hubiera querido dinero te demandaba y ya, yo trabajo como cualquier mamá, se me complican los tiempos pero me organizo, trabajo por las mañanas, cada tanto por la noche en el cabaret, temprano si hay algún evento y nada más. No me sobra el dinero pero no viven mal, tienen lo que un niño necesita.

- No quiero desaparecer.

- Majo meditalo, piénsatelo y luego lo hablamos.

- No quiero desaparecer.

- Okey, lávate la cara y haré algo de comer. Cálmate.

Respiraba un poco mejor, Paulina me trajo mi cartera y me maquillé para que no me vean llorosa. Ese día ella cambió conmigo. Seguramente noto que yo fui sincera, estaba devastada, debía pensar. Mi vida había cambiado completamente.


Me aleje de ellos dos dias, le dije a Paulina que lo tomaría para meditar pero le aseguré que no me iría. Ella no me creía y se veía nerviosa cuando se lo comenté. Ese día tomé sus manos de nuevo y se lo juré "Paulina no me volveré a ir"

Dos días sin ellos, dos días horribles, que me la pase llorando, mirando fotos, escribiendo como iba a decirles que era su madre, pensando en cómo explicarles que no tenían un padre sino una mamá, ¿Como les explicaba a dos niños porque me fui? "no niños, lo que sucede es su madre me engañaba con su compañero de universidad y cuando lo descubrí estabas devastada, por lo tanto  me fui" a ellos no les iba a importar eso.  Los extrañaba como una tonta, necesitaba a mis niños, aproveché y la llame para que me contara de ellos. No me atendía, toda la maldita tarde la llame y nada, yo iba a luchar, si ella quería alejarme de mis hijos lo haría. ¡¿Momento que decía?! Ella se porto excelente e incluso me dejó acercarme a ellos y ¿si ahora todo volvía para atrás?

- ¿Donde estabas paulina te llame toda la tarde? ¿Los niños están bien?

- ¡María José! Dime ¿Cómo está Madrid - Siempre  sarcástica como cuando comenzábamos nuestro noviazgo y no entendía porque no podía volar a verla.

- Estoy en mi departamento solo me tomé unos días te lo dije

- Me encantaría tomarme unos días.

- Hazlo, yo los cuido.

- ¡Ja! Chistosa.

- ¡No! No lo soy. Necesito hablar urgente contigo de nuestros hijos ¿Cómo están ellos? ¿Preguntan por mi?

- No sabes lo que son, "¿donde está Majo? ¿porque no le marcas?" están de intensos.

- Mañana  voy a la oficina ¿Me los puedo quedar?

- No lo sé María José, esto les afecta. Creo que no estás comprendiendo que son niños y sufren, sienten.

- Obvio que lo sé Paulina, ¡los extrañé!

- No se noto. Me pidieron que te llame y jamás respondiste.

- No estaba en condiciones de responder.

- ¿Qué te pasó?

- No, no es lo que crees.

- No me importa.

- Está bien, pero puedes traernos mañana o dime donde los recojo, necesito verlos.

- Claro,  te los llevo debo ver a Roberta por la tarde

- Otra cosa, nosotras debemos hablar ¿Podrás venir antes que los niños?

- Okey, solo un momento.

Corte la llamada y me desplome en la cama, tenía tanto miedo.

Siempre túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora