¿A si que, abogada de la familia?

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Capítulo 22

¿A si que, abogada de la familia?

Había despertado a su lado, recuerdo muy poco cuando me quedé dormida pero al Menos Pau no me había corrido de su cama, ya nos dábamos estas licencias, siempre sin abusar. Pude ver en mi celular que eran las 9:00 me dispuse a preparar un desayuno ligero, ya conocía su cocina era pequeña pero con lo necesario un omelette para ella y cereales para los niños. Tenía casi todo listo cuando unos pequeños pasitos acabaron con el silencio de la casa.

- Majo, Majo ¡estás aquí! - Mar corrió hasta mi colgándose de mi pierna - Viniste

- Si mi amor, vine a desayunar con ustedes - Un Bruno adormilado se acercaba a mi para abrazarme

- ¿Y mi mami dónde está Majo? -

- Tu mamá está dormida mi amor, pero aquí les tengo su desayuno en lo que ella viene- El quería preguntar más, pero solo se sentó a comer.

Quería ir a despertar a Pau con besos y hacerle el amor una vez más antes de desayunar pero mi deber de madre era mi prioridad ahora. María me contaba alegremente lo que había hecho en la semana mientras Bruno nos veía atentamente comiendo y solo le corregía a su hermanita.  Estábamos pasando un hermoso momento pero faltaba ella, 30 minutos más tarde ella bajó a toda prisa se había duchado, ahora estaba lista para salir, beso a los niños y se dirigió a mi muy seria.

- Maria José puedes por favor arreglar a los niños, prepararles un poco de ropa y llevarlos con mi madre, debo ir a la florería después al cabaret se me hizo muy tarde.

- ¿No prefieres que se queden conmigo?

- Te lo agradezco pero Julián llevará a los 3 al ecoparque me lo pidio toda la semana.

- ¿Los tres?

-Si, con el tío Diego el novio del tío Julián - María siempre hacía que todo sonara natural y eso me llenaba de felicidad.

- Está bien, los llevaré en una hora - Ella solo me sonrió, quise acercarme a besarla pero me lo impidió.

-Tu desayuno Pau.

- Si mami se ve rico.

- Perdona Majo, tengo trabajo y llego tarde- se despidió de los niños dejándome ahí, con su desayuno.

Los bañé, ellos se sentían cómodos conmigo lo que me hacía feliz. Mar canto todo el trayecto a casa de su abuela, Bruno solo reía, los dejé justo frente a la casa, esperaba ver a Paulina pero se había ido al cabaret según lo que Diego me dijo, él se acercó y me saludo amable parecía estar al tanto de todo, podía irme a casa era sábado por la mañana, casi todo mi trabajo estaba listo, merecía un descanso y recordé que Paulina no había probado bocado alguno seguramente si le llevaba el almuerzo podríamos pasar un momento juntas y hablar seriamente de lo que estaba pasando.

Compre algo para que almorzaramos, sabía cuánto le gustaban las pastas e incluso lleve algo dulce de postre para compartir. No sabía si su junta con esa mujer había concluido poco me importaba quería verla. Aparque y vi un auto diferente, esa tal Mara estaba y yo por alguna razón estaba muy celosa. Salude a Claudio quien me indico que Paulina estaba en la barra con esa tal Mara, sentí un poco de celos que aumentaron cuando las ví muy cerca, su mano estaba sobre las piernas de MI Pau, me acerque con cautela y aclarando mi garganta las interrumpí.

- Paulina, creí que habías terminado ya, quise traerte el almuerzo, debemos hablar de algo importante - Con descaro bese su mejilla, muy cerca de sus labios.

- !Maria José¡ si emm hola. ¿Puedes esperarme en mi oficina? en unos minutos estaré libre- ella parecía nerviosa, no sabía que decir - Por cierto ella es Mara una de las proveedoras más importantes del cabaret, Mara ella es María José abogada de la familia - la chica, no mucho menor que Pau solo me hizo un gesto con la cabeza en señal de saludo

- Encantada, te espero Paulina, es muy importante- y me fui de ahí caminando despacio y  pude sentir la mirada de Paulina sobre mi.

Ya 30 minutos habían pasado sin noticias de ella, me trague mi orgullo debía buscarla, cuando la ví Mara estaba muy cerca de ella. Ardía de coraje como se le ocurría acercarse a mi mujer, un fuerte ruido se escuchó en el edificio haciendo que se alejaran, Paulina se disculpo y de inmediato me acerque a confrontarla.

- ¿A si que, abogada de la familia?, vaya que a Paulina no se le va una - al parecer sintió mi presencia

- ¿Disculpa?

- Hace unos meses yo era quien le traía el almuerzo y pasábamos horas "comiendo", lastima que le tuvo miedo al compromiso, que yo si me hubiera aventado semejante paquete

- ¿A qué te refieres ? -

- A los diablitos que tiene como hijo, niños consentidos y sin educación, ¿No los conoces? tienes suerte, pero si Paulina me hubiera dejado, los iba a educar con Mano dura, por ese cuerpo y la manera en que sabe hacerlo no me importaría tener que lidiar con esos demonios.

Estaba furica, ¿Como se aprecia hablar así de una Mujer y de mis hijos?

- ¡No te permito que hables así de mi mujer ni de sus hijos! 

- ¿Tu mujer? vamos, no te ilusiones, solo se acuesta contigo tarde o temprano la abrumaras y te dejará como a mi, añorando ese trasero perfecto - Iba a golpearla, pero ella llegó.

- Paulina, tengo poco tiempo, ¿Puedo hablar contigo o no? Es urgente- mi mal genio subia y subia.

- Sí, iré enseguida- Pareció notar mi enojo pues se alejó de esa mujer, volví a la oficina, no tenía derecho a reclamar pero me había sacado de mis casillas, teníamos que hablar de esto, llevaba días esperando este momento y es obvio que con esto aprovecharia para encararla.

Siempre túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora