María debemos decirle a los niños la verdad

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Capítulo 128



El nuevo año trajo consigo muchos cambios, el primero y más notorio, los niños estaban más pendientes de mí y me consentía a sobre manera cuidando cada uno de mis pasos. Unos días antes de la vuelta a clases ellos estaban más que melosos conmigo.

Las náuseas en Pau eran cada vez más fuertes, por ello no se percató como esa noche besaron mi barriga, y le hablaban. Debíamos despejar todas las dudas de nuestros hijos, su último día de vacaciones lo pasaríamos en familia y aprovecharía la oportunidad.

Me desperté temprano con la ilusión de preparar el desayuno para mi familia. Mi Paulina ya estaba despierta y bajo a mi encuentro  con un buen humor y mucha hambre, un hambre que no tenía que ver con la comida, lo supe cuando con ambas manos estrujaba mis pechos

- Buenos días Mi amor- Ella no respondió, besaba mi cuello tratando de retirar mi bata, con dificultad logré apagar la hornilla- espera amor- la aleje un poco para poder sentarme en una de las sillas del comedor - ven aquí - ella lo hizo sobre mi, me besaba dulcemente con sus brazos alrededor de mi cuello, las hormonas de mi futura esposa iban a terminar conmigo

- Mami, vas a lastimar a mi hermanito - María venía corriendo por las escaleras, me perturbaba un poco - levántate Ma - Pau un poco molesta lo hizo alejándose de mí acto seguido Mar corrió hacia mí, besando mi panza , segundos después Bruno se nos unió.

Ellos hablaban mientras nosotras servimos el desayuno

- María debemos decirle a los niños la verdad.- me besaba la mejilla

- Lo sé amor, ellos creen que yo llevo al bebé, han estado muy pendientes de mi- no miento que me encantaba, Bruno siempre pendiente, muy sobre mi y queriendo saber si lo amaba o si estaba feliz. Me encantaba, pero la atención la debía tener ella ¿porque? porque nueve meses iba a llevar a mi pequeño hijo y yo iba a ser su completa esclava. Estaba feliz con ello.

- Y no dejan que me acerque a ti - la bese dulcemente cosa que al parecer molesto a mis hijos, nosotras solo reímos.

- Niños, ahora que terminemos el desayuno tenemos que hablar con ustedes y después iremos al acuario  - este fue tranquilo los niños hablaban de lo felices que estaban de volver a ver a sus amigos. Al terminar ellos nos ayudaron con todo para después correr a la sala de estar esperándonos impacientes.

- ¿Qué le pasó a mi hermanito? Ya saben que va a ser? ¿Cuándo va a nacer? - hablaban al mismo tiempo se dirigían sólo a mí, ambos abrazándome

- Niños, recuerdan cuando les conté que yo soy su mamá, pero no soy como las demás mamás madres...

- Si mami, tu eres diferente así como todos, tú tienes pene como Bruno - decía Mar comiendo cereal

- Exacto mi amor, pero eso no me hace menos mujer, pero sí hace imposible que tenga un bebé en mi panza

- ¿Pero nuestro Hermanito? - Bruno miró fijo a su madre

- Tu hermanito está dentro de Mamá, nosotras nos amamos tanto que hicimos otro bebé cómo a ustedes.

- Pero mami es mía, no quiero compartirla, no quiero - no sabemos en qué momento Bruno comenzó a llorar - No quiero que mi mamá me deje de querer por tener otro bebé -

- Mi amor, yo no te voy a dejar de querer, tu eres mi niño.

- No quiero, no quiero- El salió corriendo a su habitación.

- Tranquila amor, yo iré a verlo.- Paulina beso a nuestra hija antes de irse.

Me quedé un rato hablando con Mar ella estaba feliz de la llegada del bebé, le mostré una vez más la ecografía, ella aseguraba que tendría un hermanito

- Pero el o ella elegirá lo que quiera ser como tu mami - fuimos a mi habitación, pudimos escuchar como Pau hablaba con Bruno, minutos después Paulina volvió trayendo ropa para Mar y llevándose la de ella, no me dijo nada, pero se notaba lo triste que estaba.

- Nos vamos, María José, Mar rápido que se hace tarde y quiero ver muchos peces

- Ya vamos mi amor - Termine de peinar a mi niña.

En el auto mi niño no me hablaba, no me veía, Paulina trataba de mantener el ánimo en alto hablando con Mar y tratando de incluir a Bruno pero todo era en vano, en el acuario las cosas no cambiaron mucho hasta que llegamos a la pecera de los peces payaso aquella que nos hizo falta la última vez que estuvimos aquí. Con su libro en mano el cual en su enojo había dejado en el auto le leí todo aunque al principio el me ignoraba se interesó poco a poco hasta el punto de darme más información misma que yo anoté, en algún momento antes de las últimas líneas me interrumpió

- Perdón Mamá, no debí hacer rabieta

- No mi amor, no tienes que pedirme perdón

- Tengo miedo, Mi mami era todo lo que tenía no quiero perderla

- No lo harás nunca mi niño, nos tienes a las dos, a Mar y ahora un hermanito que te va a amar mucho - Lo abrace y él me pidió cargarlo y acepte gustosa, su madre se había quedado fuera pues el olor a pez le provocaba náuseas, las alcanzamos no sin antes comprarle un peluche gigante en forma de pez.

- Vaya, parece que alguien viene feliz -  Bruno estiró los brazos y se prendió a su madre, Mar parece que lo esperaba porque solicitó upa de inmediato.

- Siii, Mamá me dijo que iríamos al centro comercial, mi hermanito necesita muchas cosas, juguetes también.

- Así que hermanito ¿no? ¿No querías una hermanita?

- Será lo que ella quiera Mami, nosotros lo vamos a amar mucho ¿verdad Mar?

- Si Mamá, como a ustedes, mientras sea un mini Bruno - Ellos nos abrazaron fuerte, quería quedarme ahí para siempre

- Pero antes, vamos a ir a comer porque su hermana o hermano muere de hambres.

Y así fue, emprendimos la salida del acuario porque ninguno de los tres querian comer comida procesada de ese patio de comidas.

- ¿de que tiene ganas hoy mi mujer?

- mmmm de ti amor - ambas íbamos caminando con los dos a cuestas rumbo al coche

- Para comer mi vida

- Pues aclara cuera, carne de  res.

- obvio mi amor, tus deseos son órdenes.

Siempre túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora