Porque ustedes son nuestras, no queremos hermanos

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Capítulo 72

Porque ustedes son nuestras, no queremos hermanos

Apenas dormí esa noche, Pau había vuelto de vacaciones con fuertes dolores abdominales y aunque yo creía que era otra cosa, nuevamente me llevé una desilusión ya que era una gastroenteritis aguda, por ende se pasó en cama más de una semana. Esto me hizo valorar aún más todo lo que ella hizo por los gemelos.

Teniendo a Rosario conmigo, mi ama de llaves que encontré nuevamente en México fue un poco más tranquilo y llevadero. Ella había estado con nosotras cuando vivíamos aquí y cuando me fui se encargaba del mantenimiento de los departamentos. Ahora estaba tiempo completo en casa y esa semana fue mi compañera con los gemelos.

Ellos tenían su vida, la escuela y actividades y yo muy pronto estaría liberando a Roberta de su problema legal.

Paulina esa mañana se sentía un poco mejor y estuvo con los gemelos mientras yo terminaba de organizarme. Pase a desayunar muy rápido y escuchaba como los gemelos le decían a su mamá que en su nueva casa querían dormir separados y Mar haciéndose la mayor - había nacido unos minutos antes de Bruno- no podía seguir durmiendo con su hermano pequeño. Bruno se sulfuraba y decía que él era más grande que ella incluso sería más alto, cuando terminara el tratamiento con sus vitaminas. Tratamiento que vigilaba muy de cerca, le había sacado ese peso a mi mujer, era mi responsabilidad, Bruno nació muy pequeño, ambos, pero Bruno estuvo muy delicadito por ende necesitaba mucha más de mi atención.

La última tarde que los lleve a natación, casi sin dormir porque Paulina se levantaba cada segundo de la cama, les eleve la voz. Me sentí tan Mal, tan triste, que cuando los volví a buscar antes de subir al auto lo abracé y expliqué que mamá estaba muy mal de su estómago, yo no había dormido nada bien y por eso estaba tan irritable, su respuesta me sorprendió.

- Menos mal que no era un bebito

- ¿Porqué Mar?

- Porque ustedes son nuestras, no queremos hermanos.

- No, no queremos - decía Bruno con los brazos cruzados

Subí a auto y los llevé por helado, en efecto no era un hermano y esa batalla la tendremos en otro momento, pero observé el terreno minado.

Al llegar a casa, yo seguía con mis papeles en el escritorio que había colocado y estaba como loca. Bruno quería dibujar ahí, Mar quería todas mis lapiceras de colores y Paulina me observaba con la paciencia que llevaba todo

- diles algo...

- Amor, son mis bebés... ¿qué quieres que les diga?

Ella me miró y yo la observé

- niños venga.

Ellos se acercaban y Bruno se abrazó a su mamá

- mamá está haciendo lo imposible para que la abuela Roberta vuelva, necesitamos dejarla trabajar ¿puede ser?

- Si mami - ambos me besaron y subieron las escaleras porque entendieron que era muy importante el silencio. La miraba sorprendida. Era la mejor madre del universo

- Mi amor te amo - me besaba el cuello y me apretaba contra la mesa, entre cerré los ojos - momento, hiciste que suban para aprovecharte de mi.

- No, para nada.- Desabotonó mi sostén sin sacarme mi camisa

- Paulina

- ¿Que? Llevamos una semana sin que me toques. Es obvio que te necesito. Es creo lo Máximo que llevamos desde que volvimos...

- No, yo estuve un mes viniendo aquí y tú no me tocabas. Apenas nos besábamos.

- Me masturvaba pensando en ti, eso cuenta - me decía desprendiéndome los botones con sus dientes

- No cuenta si no lo vi... pero no diré que yo tampoco lo hice

- ¿También te masturbaste pensando en mi? - Paulina me tiro sobre el escritorio y ya tenía apoyada una rodilla.

- Todas las noches desde que llegué - me cubría la cara.

Ella se echó a reír y se alejó. Me acomodo la camisa

- tienes trabajo, baño a los niños y bajo así tomamos un café

Movía su cintura al subir y la observaba. Se deslizó su pantalón y quedó algo desnuda para mi. Sin poder disimular la reacción de mi cuerpo, me senté en el escritorio.

Me puse seria y pensé que lo único importante esa noche iba a ser preparar mi estrategia para sacar a Roberta. 

Siempre túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora