Virginia. ¿Me cuenta lo que sabe?

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Capítulo 99

Virginia. ¿Me cuenta lo que sabe?

Luego de mi discusión por teléfono con Paulina en la que ambas nos dijimos cosas muy feas. Apenas dormí pensando en ella y en cuanto la extrañaba, me desperté pasada las 9:00 con muchos mensajes en los que me decía lo mala madre que era. Apenas estoy comenzando a serlo, me alejo de mis hijos, me alejo de todo por celos estúpidos. Me quede en casa destruida luego del conflicto y no me iba a dejar ir a recogerlos por ende hablé con Virginia para rogarle que se los quede. Al llegar pasado el mediodía, me encontré con Virginia sola, había discutido fuerte con Paulina. La acusaba de ser cómplice, de que si ella no me dejaba ver a mis hijos era "por algo". Ese algo era que me quede dormida para llevarlos a la escuela.

- Solo me quede dormida Virginia, se lo juro.

- Lo sé Majo, Paulina anda como una demente, pero la entiendo.

- Yo no, ya le pedí perdón por todo esto, no se porque me maltrata así.

- Dudo que la entiendas. María José, mi niña sufrió cosas terribles.

- Siempre me cuenta a medias las cosas, no quiere decirme nada de nada, yo sé que me equivoqué, no debí irme así. Roberta me hizo un tour de su sufrimiento.

- Seguro ella sabe más que yo su padecimiento pero no fue solo eso, yo la dejé sola. Tuvo un embarazo desastroso.

- Virginia. ¿Me cuenta lo que sabe? -

- Si Majo, pero vamos a tomar algo.

Nos sentamos y Virginia colocó en la mesa una botella de tequila y me brindó un vaso. Hizo con su mano para que tomara asiento y nos quedamos mirándonos.

- Pau era una chica feliz a su manera, siempre agradecí que la tenía junto a mi, estoy feliz y orgullosa de lo que se ha convertido mi niña, pero lamentablemente la vida le golpeó muy duro.

- Entiendo, ella cambió bastante si.

- ¡Y como! Paulina ahora es seria, fría, calculadora, sufrió y maduró muy de golpe. Ella es de nuevo esa Paulina cuando están mis nietos presentes. Aquí fue muy duro sin ella.

- La echo, yo se eso. Me lo contó Julián.

- Si, la pobre vino a buscar su ropa y la ataque, me gritó que estaba embarazada cuando la estaba por tirar escaleras abajo, donde hoy mis niños corren, donde mis nietos duermen ella dormía. Ella solo quería ropa, la golpee, la saqué arrastras de aquí hacia la calle. Fui una basura de persona.

- ¿Por mi?

- Una niña que no está casada o mínimamente comprometida y se embaraza. Si también por ti, yo conocía tu condición pero me había olvidado de ti como el otro hijo de Norberto, perdón, su otra hija. Para mi fue complicado.

- ¿Fue?

- Obvio, fue, tú eres la madre de mis nietos, la mujer que dejó a mi hija. Creo que yo me desquite con ella por el divorcio, la amante, todo fue un desastre. Mi niña embarazada. Todo era un tormento y comidilla para los diarios. Paulina se fue de aquí sin nada. Por Ernesto me enteré que vivía en un departamento minúsculo pero no quiso ni su ayuda ni la mía. En un momento entre el divorcio y negociaciones, ninguno de los dos sabíamos que iba hacer, después me enteré que eran gemelos por un furcio de mi ex. Estaba alterada. Fui hablar con Roberta y ella me prometió que hablaría con mi niña, ella me contaba que estaba mal, muy pequeña para dos criaturas.

- ¿Mal? ¿Qué tenía?

- Depresión, no comía bien, no se alimentaba como corresponde, era un alfiler con una pequeña pancita. Yo le decía a Roberta que los niños saldrían mal si seguía así. Se negaba a verme. Por mis hijos sabía que con siete meses no tenía nada para los gemelos. Obviamente yo compre cientos de cosas y se las mandaba como si mi Elena las hubiera comprado para sus sobrinos. Con Ernesto creíamos que los daría en adopción, pero no, la pobre planeaba comprar una casa y un auto. No supimos con que, hasta que ella a semanas de llegar los niños vendió un auto que supusimos tú le regalaste.

Siempre túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora