Capítulo 106
¿Entonces usted es nuestro otro abuelo?
El resto de la tarde la pasamos solos en la casa y mis hijos querían ver una película pero el idioma les molestaba, finalmente decidieron ver ópera ilustrada que siempre los relajaba y muy de apoco se quedaron dormidos, se veían cómodos así que los acomode a ambos en mi cama y comencé a caminar por la casa era realmente hermosa, era como la soñamos, cada mueble, cada parte de esta casa fue diseñada por mi, ella solo quería hacerme sentir feliz y como en casa. La habitación más grande de la planta baja iba ser su oficina los días que estuvimos aquí, y no me equivoque. Entre a su despacho y tenía una enorme ventana me veía reflejada entera en ella, había fotos de su mamá, su hermana y su papá, por suerte nada de su ex. Por el contrario había cientos de fotos con los niños y conmigo en casi todos la casa. Seguí recorriendo y me sorprendió ver fotos mías con ella de antes y ahora, de los niños bebés y algunas juntas de los cuatros en algún parque o salida en familia, ví muy atenta un estante me percate que había un arete y no lo podía creer, era mío, lo perdí después de ver esta casa, ella lo había conservado, me senté en su sillón, tenía tanta curiosidad de este lugar, no resistir y hurgue toda su oficina. De algo estaba segura y era que no había usado esta casa, solo tenía sus cosas aquí y se notaba que recién las habían colocado, seguro Puri a pedido de Maria Jose. Llegué a unos cajones de cedro marrón, dentro había papeles y cosas de abogada. Seguí bajando y me topé con una caja azul la reconocía, yo se la regalé en su cumpleaños número 26, la abrí y dentro estaba nuestra historia de amor, cientos de fotos y cartas que yo escribía en México para ella, fotos de ambas juntas en una feria, besos robados en algún lugar, era tan abrumador, esos recuerdos que creía olvidados volvieron y este sentimiento creció, ella era mi amor, mi mejor amiga y mi mundo, lo era todo para mi, nuestras últimas vacaciones, Grecia y París, también había cartas a medio escribir y con la tinta corrida, "Paulina, pasaron 100 días que no se de ti", "Porque nuestra historia tuvo que terminar aquí" "Paulina hoy te extraño más que nunca" diez de septiembre, día del cumple de mis bebes "hoy me desperté pensando en tu hermosa cara y sonrisa, tengo una sensación poco extraña, felicidad y tristeza, espero que estés bien amor de mi vida" todo resonaba en mi cabeza, es evidente que se alejaba de la tecnología y quería de alguna manera por este medio desahogarse, si las cartas me hubieran llegado todo hubiera sido diferente. Ella escondió aquí nuestra historia ¿porque? si solo tenía que tirarlo todo y vender esta casa... y en ese instante alguien cerró la puerta, alcé la vista y Majo tenía una cara de pícara. Estaba apoyada en la puerta sonriéndome, parece que tenía buenas noticias.
- perdón entre porque ...
- ¿porque es tu casa? ¿Quería mirar? Me hubieras dicho y listo. A ver...- Se acercó y me tomó de las manos, me mostró más fotos y cartas, había escrito una hermosa hablando de niños juntas en el primer cumpleaños de nuestros hijos. Tomo mi mentón y secaba mis lagrimas con besos, ambas lloramos por esta situación, nos perdimos de tanto por ser tan orgullosas, ella limpió mis lágrimas para finalmente poder hablar de esto que sucede aquí, entre nosotras y sobre todo para calmarme.
- Ahora estamos juntas mi amor, disfrutemos - La bese con todo mi amor, ella sonrió a mitad del beso y comenzó a recostarme en el sofá, sabía lo que quería, me desnudó, me besaba el cuerpo y era muy difícil resistirse, quería desnudarla yo también pero ahora habían cosas más importantes
- mi amor, calma... tenemos mucho tiempo para esto. - ella no paraba y la sentí completa- Momento, ¿cómo está tu mamá? - se puso seria y se alejó un poquito
- Mejor, me regaño por no llevar a los niños, mañana podremos verla
- ¿Crees que sea propicio? - acomodandome la ropa y mirando la cara de Majo
ESTÁS LEYENDO
Siempre tú
FanfictionPaulina de la mora se enfrenta a una realidad, a una vida completamente nueva acompañada de sus hijos, pero el pasado vuelve a ella, ese pasado con perfume de mujer...