Pau gracias por venir, de verdad te necesito

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Capítulo 55

Pau gracias por venir, de verdad te necesito

Los días con Majo en casa se volvían más placenteros, saber que estaría siempre para mí me daba esa fuerza que creí que había perdido, llevaba semanas hablando con Salo esperando su autorización para contarle la verdad a los niños, quería que todo fuera una sorpresa para ella. Estos días estuvo un poco diferente, más cariñosa me besaba a todo momento y me decía lo mucho que me quería, me hacía el amor cada noche, si tenía algún momento libre pasaba a la florería a darme un beso con alguna golosina que se encontraba en el camino, esto era un sueño del que no quería despertar y ni hablar de cómo estaba con los niños, siempre atenta a sus tareas, leyendoles e incluso cantándoles.

Está tarde iríamos a una demostración de Mar, mi niña era cada vez más habilidosa con el ballet, le envié un par de mensajes a Majo acordamos que iría a recogerla a la oficina de mi Papá para ir juntas.

15:30 ha en punto llegué, ví a Papá quien iba de salida para ver a Roberta le pedí que la saludara pronto iría a verla, extrañamente la puerta de su despacho estaba entreabierta, muy raro ya que mi padre me había indicado que estaba con alguien, sin preocuparme abrí la puerta y la vi, una mujer pelirroja estaba muy cerca de ella.

-Amor ¿estás lista? - necesitaba saber quién era y porque estaba tan cerca de mi mujer, ambas me miraron, la sonrisa de ella se borró al instante.

- Pau si si, me das un segundo por favor- Le sonreí cínica a ambas y tomé asiento en uno de los sillones de la oficina.

-¿Está bien que espere aquí o quiere que...?

- No mi vida, quedaste ya salimos - Majo no sacaba la mirada de sus papeles - Bien Alejandra esto es todo, podrás resolver con Raúl los pormenores pero al parecer el permiso ya lo tienes, lo demás son cosas menores.

- Gracias Cariño, tu siempre tan amable - Seguía acercándose a ella - y con gustos tan exóticos... ¿no vas a presentarme a la nueva?

- Alejandra ella es Paulina, mi mujer - Majo parecía ignorar sus insinuaciones, me había dado mi lugar - Pau amor, ella es Alejandra una vieja amiga.

- ¿Amor? ¿De verdad María José y yo una amiga?, qué fue lo que esta mujer te dijo de mi Paula , al parecer no la conoces como yo...

- Es paulina, Alejandra por favor ubícate.

- Alejandra nada, tu y yo sabemos lo que eres y como en cualquier momento la dejaras por la que sigue o volverás a mi, a Clau o cualquiera...

- ¿Qué significa esto María José? ¿qué dice esta señorita? - Estaba furica, el pasado de María José no me importaba ella vivió su vida y yo la mía pero no iba a permitir que esta mujer me tratara asi.- Estoy aquí por ti, para que vayamos a ver a nuestra hija que por cierto nos está esperando y me encuentro con esto.

- ¿Hija? ¿ahora te buscas mujeres con hijos? tanto te rogó Claudia para que tuvieras uno, la pobre siendo tu novia tanto tiempo, para que termines criando a los de otra - Esto era el colmo con mis hijos no.

- Basta Alejandra, Paulina es mi mujer y la respetas, es la madre de mis hijos, mi primer y único amor, mi hijos tienen ya 7 años y si bien no sabía de su existencia hasta hace unos meses ahora ellos tres son mi vida, no los cambio por nada ni nadie.

Esa tal Alejandra se giró ofendida hacia mí, me veía con la misma rabia que yo a ella.

- Disfruta cariño que cuando se harte de jugar a la casita regresara a mi- se fue y detrás yo, Majo se quedó tratando de llamarme.

Estaba dolida, ella ni había dicho que era madre, se veía con esa mujer y yo como una tonta. No llore, ví a mi hija dar su recital, Majo llegó en algún momento y la ignore el resto del día, ella buscaba formas de acercarse pero jamás la dejé, pero con mis hijos ahí era muy difícil. Por la noche aproveche que hizo dormir a los niños, solo me despedí con un beso y me encerré en la habitación, ella insistió un par de veces pero al final se fue, yo llore el reto de la noche, quizá esa mujer tenía razón Majo se fue una vez lo puede volver a hacer.

Desperté pasadas las 4 esperaba ver a Majo en el sillón pero recordé que me deshice de él, seguro se había ido con esa a cogersela por ahí, aquí había dos personas que realmente me importaban, quise corroborar que los niños estuvieran bien y la encontré ahí abrazada a Mar y con Bruno colgado de su cuello, me sentí mal por pensar así de ella, se había quedado y junto a sus hijos. Volví a mi habitación quedando dormida de inmediato hasta que la alarma sonó decidí que ella debía hacerse cargo de todo, solo deje la cama cuando mis niños tocaron la puerta, tome fuerzas para despedirme y desearles un buen día, no hicieron preguntas de verdad que agradecí eso, Majo intentó acercarse antes de llevar a los niños pero coloque la cerradura una vez más, escuché como me susurraba cuánto me quería pero preferí ignorarla.

Cerca de las 10 ya cuando me encontraba totalmente despierta iba a tomar un baño relajante, preparaba la bañera cuando mi madre me llamó, teníamos un evento importante ese día y mis hermanos decidieron desaparecer, tuve que posponer mi día libre.

Conduje con precaución a la florería, mis ojos aún hinchados sentían las molestias del sol, el trabajo me ayudaría a dejar de pensar en todo esto y vaya que si, el local era un desastre gente iba y venía con cientos de flores en sus manos.

- Pau gracias por venir, de verdad te necesito.

- Siempre que me necesites Mamá- Me coloque el delantal ante la atenta mirada de mi madre

- ¿Mija estás bien? ¿Todo bien con María José?

- Si mamá, ella tendrá una audiencia importe pronto y me quedé acompañandola toda la noche aproveche y remendar algunas cosas de los niños - Mentí y ella no volvió a preguntar.

Para el almuerzo Majo no paraba de llamar, solo le respondí aquel mensaje en el que me decía que los niños se quedarían con mi padre, ella debía ir con Roberta.

Justo a las 22 con el evento concluido y la certeza de que los niños dormían en sus camas volvía casa con el temor de no encontrarla pero claro ella ya vivía ahí, pase de largo por la sala/estudio, ella me llamó pero la ignore, rápidamente le di un beso a cada uno de mis hijos y volví a encerrarme en la habitación.

Siempre túDonde viven las historias. Descúbrelo ahora