TARDE

1.2K 75 0
                                    

Sebastián miro a su amigo y golpea con cuidado el hombro de su amigo, haciendo que Guillermo se sintiera adolorido.

–Me preocupaste mucho cuando me enteré por los medios. El marido de Olivia Castro tuvo un accidente.

Ese comentario en el pasado habría lastimado su masculinidad, ahora no le transmite nada. Sabe muy bien el ingreso que tiene y está contento con lo que hace.

–¿Cómo te sientes?

–Me duele el cuerpo, pero estoy bien, mejor eso que morir.

–Sabes, Natalia está preocupada.

Su rostro no tiene una expresión, solo sus ojos hay un brillo de enojo.

–¿Para eso hiciste que Olivia se vaya?

Sebastián se sorprende al escucharlo de esa manera.

–Pensé que te alegraría saber eso, ¿Qué te pasa? Pensé que Olivia no te interesa.

–Claro que me interesa. –Dice alterado y se pasa las manos al rostro. –Me di cuenta que sigo amando a mi esposa, tuve que tener este accidente de mierda para darme cuenta lo que tengo a mi alrededor. Amo a mi esposa y quiero morirme de haberla engañado.

Su amigo se mantuvo en silencio mientras Guillermo deja escapar todo lo que siente.

–¿Dónde entra Natalia en todo esto?

–Fue un error, no la amo y nunca podré hacerlo.

Guillermo suspira y se endereza al pesar que siente dolor, sentándose en la cama.

–Mi esposa se está comportando de manera distante conmigo y me lastima.

–Hiciste eso todo el tiempo con ella, es algo obvio que se sienta asi, ¿Por qué no la dejas en paz?

–¿Qué carajo me estás diciendo? –Alterado.

–Le fuiste infiel todo este tiempo, no creo que ella lo tome muy bien aunque sigas enamorado de ella.

–Lo se pero con esto que me paso, se que tengo otra oportunidad de arreglar todo el daño que hice. Hare todo para que ella no este distante y podamos arreglar nuestro matrimonio.

Sebastián suspira y se cruza de brazos.

–Natalia no lo tomara muy bien.

–Lo se, pero va a encontrar alguien que la ame porque yo no siento nada por ella.

Olivia deja las llaves arriba de la mesa y suspira mientras se saca los tacos. Sus pies duelen y lo primero que desea es un baño de agua tibia. Camina hacia el baño y se desnuda, abre la llave de la ducha y entra cuando el agua está caliente.

Se sintió relajada por el agua caliente de la ducha y cierra los ojos, paso un tiempo debajo del agua hasta que termina de enjuagarse. Cubre su cabello con una toalla y sale del baño envuelta por su bata. Elige una ropa más cómoda y antes de cambiarse, se sienta en la cama y suspira, pensando en todo lo que paso con Guillermo. Lo encontró extraño en toda la mañana, pero su sorpresa duro poco al saber que es resultado de su accidente, cuando se recupere por completo, haría lo mismo, encerrarse en su trabajo.

Deja de pensar y se viste en silencio. Al terminar, se peina el cabello y se lo ata. Preparo un bolso con ropa para llevarle a su marido. Decidió no quedarse a dormir, solo comería algo y regresaría al hospital. Baja las escaleras y se hace un sándwich. Mientras come, el celular empieza a sonar y atiende enseguida al ver que se trata de Liliana.

–Hola Lili.

–¿Cómo estás?

–Bien, ahora estoy en casa. Necesitaba una ducha y prepare un bolso para Guillermo.

–¿Cómo está?

–Está adolorido y asustado por el choque, ya se le pasara.

–¿Te dijo que le paso?

–Choco cuando conducía al museo, según él.

–¿No le crees?

–Puso tantas excusas, no le dije nada, está demasiado golpeado para que le diga algo. Aparte no tiene sentido.

Escucha el suspiro de su amiga y Olivia termina de comer.

–Puede que sea verdad lo que te dijo.

AdulterioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora