DESTROZOS

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La casa de Mateo está completamente destruida, saber que está perdiendo a Olivia lo llevo a la desesperación y todo se desencadeno en un ataque de furia. Sus vecinos escucharon todo el ruido que provoco mientras rompió los muebles, el televisor del comedor y otras pertenencias de dicha sala. Tanta la preocupación que le dio a sus vecinos, una de ellas llamo a Isabel para que interviniera.

Casi le agarra un ataque al escuchar lo que le está ocurriendo a su sobrino y rápidamente viajo hasta la casa. La vecina tuvo razón, una vez que entro al comedor encontró los destrozos que provoco Mateo y lo encuentra tirado mientras llora. Corre hacia el y como puede lo mueve para que la mire. Lo observa de pies a cabeza y ve las manos marcadas, sus ojos se llenan de tristeza al ver a Mateo de esa manera.

–¿Qué paso Mateo? ¿Qué es lo que tienes?

Su sobrino no pudo hablar, solamente la señora pudo escuchar los sollozos que escapan de su boca y lo abraza mientras trata de consolarlo pero el único consuelo que tiene es que Olivia lo ame y eso no va a pasar, menos con Guillermo en el medio.

–Aunque sea dime algo. –Preocupada. –Me tiene tan mal que no me digas nada. ¿Por qué no me dices que te pasa?

–No me puedes ayudar tía. –Al fin habla y su voz tiembla. –Tengo el corazón tan destrozado.

–Necesitas ayuda Mateo, te puedo encontrar un psiquiatra. Alguien que de verdad te de una ayuda para que puedas estar bien.

Solamente niega rápidamente, un psiquiatra no será de gran ayuda para Mateo. La única persona que puede terminar con el tormento del joven es Olivia, su hermosa mujer es la única que puede aliviar el dolor que siente en estos momentos. La ama tanto que podría hacer cualquier cosa por ella y le da tanta furia que ella siga enamorada de alguien que no lo merece. Le fue infiel, se burlo de ella y le hizo mucho daño. ¿A pesar de eso sigue enamorada de ese hombre? Seria incapaz de hacerle daño y aún así no puede tener el amor de Olivia. Ese hombre lo único que se merece es sufrir por todo lo que ha hecho y Mateo está deseoso de poder ser el único hombre que le puede dar su merecido.

Isabel sigue abrazando a su sobrino y lo sienta en el sofa, único mueble que quedo al menos sano, ella se sienta a su lado y agarra suavemente su mano.

–Aunque sea déjame llevarte una vez y después lo piensas pero necesitas hablar con alguien de cosas que nunca me hablas a mi. No entiendo que es lo que te pasa pero se que hay algo que te está lastimando y quiero ayudarte a liberar ese dolor que tienes.

El joven la mira con los ojos llorosos y baja la cabeza.

–Por favor Mateo, mañana mismo te puedo llevar a uno y vamos juntos. Yo te llevo. –Sonríe un poco mientras levanta la cabeza de su sobrino para poder mirarlo.

Se suaviza la mirada del joven y asiente lentamente, la señora se siente aliviada y besa su mejilla.

–Solamente será una vez para que puedas probar y después decides, ¿si? –Mateo vuelve a asentir en silencio e Isabel lo abraza con fuerza. –Te quiero tanto Mateo. –Suspira. –Si te llegara a pasar algo malo me muero.

El joven cierra los ojos, cuanto hubiera deseado que esas palabras salieran de Olivia, que ella se preocupara tanto como lo hace su tía pero la realidad es muchísimo más dura. Su mirada se llena de tristeza y sus ojos permanecen cerrados. Isabel lo lleva a su habitación para que pueda dormir un rato.

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