NOCHE

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Olivia se tomo su tiempo para darse una ducha, el agua caliente la relajó por completo y salió cuando el agua empezó a enfriarse. Antes de cambiarse, seca su cabello con la toalla y lo peina. Solamente se puso unas bragas y un sostén color negro. Se pone una remera manga corta, le queda un poco suelta al cuerpo con unos joggins. Salió de la habitación y bajo las escaleras para asegurarse que Guillermo está en la sala.

–¿Cómo te sientes? –Pregunta mientras se sienta a la otra punta del sillón.

–Me siento mejor. –Sonríe. –Creo que hare lo mismo que tú, necesito un baño.

Ella sonríe estando de acuerdo.

–Puedo hacerlo solo, no te preocupes.

–De acuerdo.

Palmea su muslo antes de ponerse de pie con cuidado y sale del living. Ella se quedo en el sillón y agarro su celular para ver si le mandaron algunos mensajes. Encontró los mismos de siempre, los mensajes que mando a su amiga, cercanos y a su asistente. Lo dejo sobre la mesita y se acuesta en el sillón.

Más tarde, Olivia estuvo haciendo la cena más temprano que de costumbre así su esposo puede descansar un poco más. Hizo un poco de ensalada para acompañar la carne, ella apago el fuego mientras que Guillermo puso la mesa. Olivia lo observa y tuvo razón, se está recuperando rápidamente, pronto volvería a ser el mismo.

Dejo de mirarlo y agarra la comida para ponerla en el centro de la mesa, su esposo sonríe y coloca la mano en la espalda baja de ella.

–Se ve tan delicioso, amor.

Ella sonríe, aceptando el cumplido y se sienta en su lugar de la mesa, Guillermo hace lo mismo y corta un pedazo de carne para ella y lo coloca en su plato, luego corto para su plato y comieron en silencio.

–Esta riquísimo. –Sonríe antes de acariciar su muslo.

Ella sonríe un poco, sin poder reaccionar a las muestras de "afecto" de su parte. Solo quedaba aguantar unos días para que se recupere por completo.

–¿Por qué no puedo disfrutarlo? –Pensó y cierra los ojos por un momento.

Guillermo supo muy bien que su esposa está sumergida en sus pensamientos, casi no comía la cena que ella misma preparo, deseo poder pensar en lo que está pensando, pero tiene un poco de idea de en quien está pensando. Necesita tiempo para poder recuperar el tiempo que el mismo perdió.

–¿No tienes hambre, amor?

Ella reacciona y observa el plato que casi no ha sido tocado.

–Más o menos. –Suspira. –Solo terminare la ensalada.

–Esta bien amor. –Agarra su mano y observa los ojos azules de Olivia, estos están sin expresión, haciendo que tragara saliva.

Guillermo la ayuda a lavar todo y ordena los platos en el mueble de la cocina. Ella se seca las manos y se lleva el cabello hacia atrás.

–Me ire a acostar.

–Esta bien. –Besa su mejilla. –Yo ire a mi oficina a trabajar un poco, que descanses.

Guillermo la observa sorprendido, quiere rogarle que vaya a la cama con el, pero asintió, le daría un poco de tiempo a solas.

Cada uno camino por su lado, ella se encerró en su oficina donde trabaja en sus obras y Guillermo entro derrotado a la habitación.

Ella se pone un delantal y agarra un lápiz de carbón antes de poner un poco de música para relajarse. Dibujo para liberar la tensión y se quedo allí después de la medianoche, quedándose dormida sobre la mesa. En ese momento, Guillermo está del otro lado de la puerta, dividido entre entrar o dejarla tranquila, escucho su corazón y abrió la puerta, encontrándola dormida y apago la música. Olivia dormía plácidamente y no puede evitar sonreír mientras la observa. La tomo entre sus brazos, sin importarle que su cuerpo le dolería después. Solo disfruto de tomar su cuerpo y la saco del cuarto, llevándola hacia el dormitorio. Con cuidado, la acostó sobre la cama y le saco la ropa para ponerle su pijama, la tapo con la sabana y se acuesta a su lado. Sus costillas le duelen, pero su estado emocional mejoro cuando la abrazo.

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