CANSANCIO

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Después de un tiempo regresan a la casa y Olivia baja del auto, Guillermo la observa entrando a la casa y apoya la cabeza en el volante. Cada vez que están bien aparece ese joven con otro problema y pasa lo que quiere evitar a toda costa, que ella se sienta culpable. No quiere que ella tenga todo el peso sobre su espalda, Olivia no tiene la culpa de todo lo que le pasa a Mateo, el solamente tiene problemas mentales.

Ahora con lo que escucho del profesional, tiene aún más miedo de lo que puede llegarle a ocurrir a su esposa. Ese chico es peligroso y nunca se perdonaría si a Olivia le llegara a pasarle algo, se moriría si algo ocurre. Baja del auto y cuando abre la puerta de la casa, todo está a oscuras y sabe muy bien que ella se fue a la habitación.

Sube las escaleras y abre la puerta de la habitación, encontrándola acostada con los ojos bien abiertos. Guillermo se acuesta a su lado y ella se acomoda antes que Guillermo la abrace con suavidad. Ella tiene la mirada hacia el techo y suspira.

–No se como me sigues amando. –Cierra los ojos por un momento.

–¿Por qué dices algo así? –La mira con atención.

–¿Por qué? Sabes muy bien porque Guillermo. Te lastime, los lastime. –Suspira. –Por un momento me senti tan mal de no corresponder al amor de Mateo, por un momento quise enamorarme de el para dejarte ir pero no pude. –Levanta un poco la voz y apoya la mano en su rostro. –Te sigo amando con locura y siento que no merezco que me ames. –Susurra al borde de las lagrimas.

Guillermo la abraza con fuerza y hace que lo mire. Una lagrima se deslizo por su mejilla mientras la mira.

–No puedo soportar verte de está manera amor. –Acaricia su mejilla. –No tienes la culpa de nada, yo fui el que destrozo su corazón y tuve lo que me merecía. Te voy a amar toda mi vida y siempre serás mi ángel. –Sonrie entre lagrimas mientras la besa. –Te amo tanto Olivia Castro.

Olivia lo abraza con fuerza y apoya el rostro en su pecho, su respiración sigue agitada y se siente tan cansada que logro quedarse dormida en minutos.

Guillermo suspira y odio que ella pase este momento por su culpa, si el no hubiera hecho esa abominación nada de esto hubiera pasado. La observa mientras duerme y acaricia su espalda suavemente.

Más tarde, Olivia abrió los ojos y se sintió muchísimo mejor, el mareo desapareció y recupero un poco el animo. Se estira suavemente y Guillermo se rie con suavidad.

–¿Cómo dormiste?

–Muy bien. –Sonrie un poco. –¿Qué hora es?

–Son las 7 y me preocupa que no hayas comido en todo el día, asique te hare de cenar te guste o no.

Ella pone los ojos en blanco mientras se ríe y su esposo se levanta de la cama.

–No te levantes, ¿si? Te hare algo para comer.

Besa su mejilla y Olivia sonríe mientras Guillermo se levanta de la cama. Apoya la cabeza en la almohada y enciende la televisión para despejarse un poco.

Guillermo le está preparando un sándwich para que pueda comer algo y le sirve un vaso con jugo. Pone todo en una bandeja más chica y sube las escaleras, Olivia al ver la comida, su estomago empezó a rugir y se lame los labios.

–¿Ves algo que te gusta? –Guillermo se ríe.

–¿Hablas del sándwich? Obvio.

Su esposo larga una carcajada y se sienta a su lado, poniendo la bandeja en medio y ella agarra rápidamente su comida. Guillermo besa suavemente su mejilla y sonríe mientras la mira.

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