LOCO

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Más tarde, Mateo llamo con insistencia a Olivia pero no obtuvo ninguna respuesta, solamente le contestaba el buzón de voz y suspira con pesadez. ¿Dónde se había metido? Después de lo que había pasado ayer quiere estar con ella y asegurarse de que Olivia es completamente suya. Volvió a llamarla para dejarle un mensaje de voz.

–¿Dónde estás bebé? Necesito verte con urgencia, ¿Nos vemos en el lugar de siempre o en el taller? Llámame por favor. –Le ruega y termina con el mensaje de voz.

Deja el celular en la mesa y enciende el televisor cuando alguien empezó a llamarlo. Por un momento pensó que se trata de Olivia pero su alegría se detuvo cuando vio que solo se trata de su tía.

Decepcionado, estuvo por atender el llamado de Isabel, solo lo detuvo el nombre de Olivia en las noticias y su mirada está atenta a la televisión. Tiene que sentarse en el sillón para no desplomarse al ver la noticia del accidente a Olivia. Su corazón se paralizo al saber que ella está en peligro. Corto la llamada de su tía y agarro sus cosas antes de irse de la casa. Se volvió completamente loco al pensar en que puede pasarle algo malo. Manejo hacia el hospital sin importarle nada en tirar todo el secreto abajo. No descansaría hasta asegurarse de que ella estuviera sana y salva. Sabe muy bien que encontraría allí a su esposo pero no le importa, solamente el bienestar de su Olivia.

Isabel se entero de la noticia unos minutos antes y quiso comunicarse con su sobrino para poder calmarlo e intervenir para que no cometa ninguna locura y fue demasiado tarde, Mateo no le responde las llamadas y sintió un profundo terror de como habrá tomado la noticia. Corta la llamada al no obtener ninguna respuesta de el y rogo que las cosas con Mateo no empeoren más de lo que ya están. Sabe muy bien que necesita ayuda y tiene que hacer algo para poder salvarlo.

Mientras, Guillermo está en el hospital con Liliana, los dos están en la habitación de Olivia. Ella permanece dormida y sus heridas son visibles. Su esposo está aliviado de que no fue nada grave pero tuvo tanto miedo por su esposa. Dio gracias a Dios que su esposa todavía está con el y le sostiene la mano mientras la observa dormir. Liliana observa a Guillermo por un momento.

–Ella es fuerte.

–Lo es. –Sonrie suavemente mientras acaricia su cabello con cuidado. –Se que es fuerte pero no quiero que le pase nada malo. –Suspira y observa a la mujer. –¿En serio no viste nada?

–No. Me asuste tanto por Olivia que ni siquiera mire la patente del auto. Lo siento Guillermo.

–No tienes la culpa, solo que no puedo entender como se dio a la fuga. –Enojado. –Pudo haberla matado. –Apoya las manos en su rostro.

–La policía encontrara alguna pista de la persona que hizo esto. No se saldrá con la suya. Ahora hay que pensar en la recuperación de Olivia y necesitara mucho de nosotros.

–Antes muerto que separarme de mi esposa. –Sonríe un poco. –Se que no le gustará que este sobre ella para ayudarla pero tendrá que tener paciencia.

Liliana se rie y golpea suavemente su espalda.

–Estoy segura que le gustara que la mimes.

Guillermo mira a su esposa en silencio mientras acaricia la piel sedosa de su mano.

–Me siento tan culpable por todo esto. Olivia sufrió mucho por mi culpa y ahora esto.

–No eres el culpable que le haya pasado esto, no es tu culpa. –Lo consuela. –Solamente la tiene esa persona que huyo como un cobarde.

Los dos reaccionan cuando escuchan el golpe de la puerta y Liliana se pone de pie, abre la puerta y se sorprende al ver al hombre frente a ella.

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