OSCURIDAD

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Guillermo se quedo pensando en las cosas que le dijo, en las instrucciones que le dio Olivia de condición para quedarse en la casa. Le haría caso sin dudarlo pero no sabe muy bien como se va a contener para no ir detrás de Olivia cuando sea de noche. ¿Dormir otro día más sin ella y sabiendo que estará en otro cuarto? Suspira sintiéndose completamente desconcertado. Ahora está pagando todo el daño que le hizo. Sería capaz de hacer cualquier cosa por ella y ahora hará todo lo que le pida. Hablará con los medios y terminara con el escándalo que se desato. Esperaría un tiempo para que todo se calme y ahí volverá a intentar de arreglar las cosas con ella. Le costara pero no se va a rendir sin luchar primero.

Olivia termino de darse un baño y solamente uso una bata para cubrir su cuerpo desnudo. Se sienta en su nueva cama y enciende el celular. Hubo unos cuantos mensajes de Liliana, que contesto para dejarla tranquila. Abrió otro mensaje y allí encontró el de Mateo, lo leyó antes de responderle.

"Buenos días Olivia, no quiero molestar pero quería saber cómo te sientes"

Ella sonríe un poco y empieza a escribir el mensaje, clickea en enviar y suspira suavemente.

"Estoy mejor, gracias por tu preocupación y no me molestas. Saludos".

Dejo el celular en la mesa de luz y se acuesta en la cama, cerrando los ojos para poder dormir un poco.

Durmió mejor que hace unos días, despertándose a la noche y su estomago le gruño, sintiendo muchísima hambre. Bajo las escaleras y vio a Guillermo sirviendo la pasta en dos platos.

–Supuse que tendrías hambre y por eso te prepare la cena. –Traga saliva mientras la mira.

Sus ojos oscuros miran a los ojos azules sin expresión de su esposa. Destruyo completamente a la mujer que ama pero la armaría por completo.

–Voy a comer en el living, prefiero comer sola.

Guillermo arrugo el rostro, sintiéndose triste por eso y asiente lentamente.

–No te preocupes, te serviré un poco de jugo.

Quiso caminar hacia la heladera y su esposa lo detiene.

–No te molestes. –Responde seriamente. –Puedo servirme por mí misma.

Olivia abre la heladera para agarrar la jarra y se sirve lo suficiente para la cena, luego agarra el plato y su esposo la frena. Ella se mantuvo quieta, dándole la espalda.

–Ya hable con la prensa y el asunto está terminado, solo quería que lo supieras.

Se aclaro la garganta porque sintió como su respiración se acababa, ella ni siquiera se dio vuelta para mirarlo.

–Gracias. –Dice con sequedad antes de caminar hacia el comedor.

Cada uno comió por su lado, Olivia en el living y Guillermo en la cocina, el deseo tanto poder estar compartiendo la cena con ella, poder tomar su mano y perderse en su mirada alegre. Suspiro y cerro los ojos, extraña demasiado poder sentirla entre sus brazos y besarla.

Si la cena fue muy dura, ni se quiso imaginar la noche. Saber que está en otra habitación y no puede estar con ella, fue más difícil que no saber su paradero. Dio vueltas en la cama sin poder dormir, miro el reloj varias veces y el ultimo dio las 2 de la mañana. Aunque sea quiso observar como dormía pero se contuvo, no quiere hacer las cosas mal y complicar las cosas. A pesar que se muere de ganas, las escondió en su interior.

La oscuridad lo alcanzo pero lucharía para salir y ver la luz, lucharía para poder tener su amor y no la soltara nunca más en su vida, ni siquiera la muerte.

AdulterioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora