JARDIN

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Llegan a la casa y Guillermo le corre la silla para que se siente, aunque Olivia quiere hacer la merienda. Su esposo está haciendo tantas cosas que quiere ayudarlo para que no este cansado.

–Tu siéntate amor, te hare un café y tostare el pan.

–Pero si el que trabajo toda la mañana fuiste vos. –Ella dice mientras sonríe.

–No estoy cansado, amor.

–Tampoco yo.

Olivia se pone de pie y su esposo sonríe.

–Eres tan cabeza dura cariño. –Se rie entre dientes.

Ella pone a funcionar la cafetera y Guillermo pone el pan en la tostadora. Su esposa lo mira con atención y sus miradas se chocan.

–Esta bien que me quieras dar todos los gustos amor pero tu también tienes que descansar. Volviste al trabajo después de mucho tiempo y te mereces un lindo masaje después de la merienda.

–No estoy cansado y me encanta mimarte un poco, no me molesta para nada amor pero. –Sonrie. –Me encantaría un masaje tuyo.

Sonrien y se besan antes de servir la merienda. Lo hicieron sin compañía del televisor, Guillermo le pregunto que hicieron en el taller y ella le explico todo lo que hicieron. Su esposo la vio tan contenta que se sintió feliz.

–Me siento orgulloso de ti, cariño. Todo lo que se mete en la cabeza lo haces y te va de maravilla.

–Lo se pero, nunca me senti con tanta confianza sobre si misma como ahora.

Su esposo toma su mano al darse cuenta del porque dice eso y sonríe con melancolía.

–Perdón por no darte el apoyo que necesitaste.

–Eso ya paso amor, ahora ese tiempo es pasado. –Sonríe tranquila.

Ella toma su café y Guillermo la admira en silencio, sintiendo como su corazón late como un loco con tan solo verla.

Olivia termino de merendar y se pone de pie mientras se acerca a Guillermo, se pone detrás y apoya las manos en sus hombros, empezando a masajearlo.

–Se siente tan bien, amor. –Dice mientras disfruta de los masajes.

–Es lo que te mereces por ser tan atento conmigo. –Dice con ánimo. –Con lo bueno que eres esto es lo mínimo que mereces.

Guillermo sonríe mientras se siente relajado y respira hondo, dejándose llevar por los masajes de su esposa. Los dos pasaron juntos el resto del día y Olivia se separo de su esposo para darse una ducha. Eligio la ropa y la dejo sobre la cama antes de entrar al baño, se desnuda una vez dentro y abre la llave de la ducha.

Más tarde, Olivia se seca el cabello con la toalla y empieza a vestirse, se pone algo más cómodo para andar entre casa y su esposo la espera en la cocina para hacer la cena juntos. Cuando ella llega, Guillermo pone el horno a calentar antes de ayudar a su esposa para pelar las papas, una vez que las pelan, las cortan en pedazos pequeños y las ponen sobre la bandeja. Terminan con la carne y Olivia la deja dentro del horno. Mientras esperan, Guillermo le sirve una copa de vino y Olivia lo acepta gustosa. Su esposo toma la mano y la lleva hacia el jardín para disfrutar del clima cálido mientras la carne y las papas se hacen.

Se sientan en el sofá del jardín y ella apoya la cabeza en el hombro de Guillermo.

–La noche esta hermosa.

–La verdad que si. –Dice mientras la abraza con fuerza. –Pero no tan hermosa como mi esposa.

Olivia se rie entre dientes y cierra suavemente los ojos dejándose abrazar por su marido mientras no puede borrar la sonrisa en su rostro.

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