AIRE

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Todas las miradas están en el matrimonio mientras caminan hacia la mesa que les toco, Guillermo sostiene la mano de Olivia con fuerza y ella tiene una sonrisa forzada haciendo que se sienta como una estúpida al frente de tanta gente. Se pudo relajar cuando se sentaron pero de igual manera tiene que dar una imagen de una mujer enamorada de su marido.

Guillermo la mira mientras acaricia su mano con suavidad, esperando aunque sea una mirada de Olivia y sonrio cuando sus ojos azules lo miraron. No lo aguanto más y beso con suavidad sus labios, ella se sorprendio por un momento y le respondio al beso cuando se dio cuenta de los flashes de las fotos, cerrando los ojos mientras los dos disfrutan de sus labios. Guillermo apoya la frente con la de ella y cerro los ojos mientras su corazón no deja de latir. Al fin pudo besarla, pudo romper esa barrera a pesar que lo hizo para las cámaras, pudo cortar aunque sea por unos segundos la profunda agonia que sintió durante días. Abre los ojos y sonríe suavemente mientras Olivia lo mira con seriedad, tratando de pensar que piensa Guillermo y traga saliva. Se siente igual que su esposo, su corazón está que se le sale del pecho y tiene unas profundas ganas de besarlo pero solamente se quedo mirándolo sin decir nada. El matrimonio es el centro de las miradas y Mateo no queda al margen de ello, mirando con lagrimas en los ojos al ver a la pareja tan feliz. Se fue rápidamente del salón para tomar aire en el jardín y por primera vez sintió odio por Guillermo, odio de tenerla y no saber amarla como corresponde, odio por tener el amor de Olivia y no lo merece. Suspira con dificultad y aprieta los puños. 

Ella se sintió tranquila cuando las miradas no están en ellos pero pensó que se estaba ahogando, quiso alejarse de Guillermo, sin embargo, tuvo que quedarse mientras cenaron con los demás invitados. Su esposo la mira en silencio mientras ella come su ensalada y no puede dejar de adorarla. Está tan hermosa que no puede dejar de mirarla y sintió una paz absoluta.

Olivia pensó que eso seria todo pero todo se vino abajo cuando hubo música después de la fiesta, haciendo que algunas parejas salieran a bailar y ella supo que los medios esperan que ellos hagan lo mismo. No quiso temblar pero lo hizo cuando sintió la palma de su esposo sobre su muslo y lo miro.

–¿Quieres bailar, amor?

Amor, esa palabra le parece tan hipócrita viniendo de el. Olivia suspira y asiente despacio, no opuso resistencia y Guillermo toma su mano mientras caminan hacia la pista de baile donde están los demás invitados bailando. Su esposo la abraza con suavidad mientras bailan pegados, bailando lentamente y Olivia cierra los ojos, siendo incapaz de mirarlo porque si lo hace, querrá besar sus labios y no quiere quedar en evidencia.

Su marido acaricia su espalda y disfruta de bailar con ella, rememorando todo este momento perfecto y sonríe con suavidad mientras sigue bailando.

Paso lo inevitable, Guillermo volvió a besarla y lo hizo lentamente, disfrutando la calidez de sus labios y su dulce sabor, la abraza con fuerza y Olivia se sintió desesperada, peleando con un montón de emociones, lo ama, lo odia, lo desea. No puede con todo lo que está procesando su cabeza, esta le dice que se aleje y el corazón le ruega que se quede con el. Se separo rápidamente y empezó a caminar hacia el jardín, rogando estar sola y pudo respirar en paz cuando encontró el aire que necesita.

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