DESPERTAR

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No podía soltar su mano, no sabe muy bien en que campo está con Olivia pero siguió corriendo con ella con total de no soltarla. La abraza con fuerza y la hace girar mientras ella no deja de reírse.

–Me vas a marear. –Protesta,

Guillermo se calma y la baja con cuidado, sonriendo mientras admira sus ojos azules. Agarra un rizo rebelde de su esposa y lo coloca detrás de su oreja. Ella hace una mueca.

–¿Por qué me miras tanto?

–Porque eres tan hermosa. –Acaricia su mejilla. –Y te amo tanto.

Estuvo a punto de besarla, pero ella se inclina hacia atrás,

–¿Me amas? –Lo observa con seriedad.

–Claro que te amo Olivia, te amo más de lo que puedo pensar.

Guillermo se sintió desesperado al ver que ella no sonrió, ¿acaso pensó que le está mintiendo?

–¿Por qué no te creo?

–Te amo Olivia. –Agarra su rostro con ambas manos. –Voy a demostrarte cuanto te amo.

Ella lo miro con tristeza y se soltó de su marido, alejándose lentamente de el.

–Olivia. –La llama desesperado.

La enfermera trato de calmarlo mientras Guillermo no paro de llamar a Olivia, todavía no despertó de su sueño y la enfermera no tuvo otra opción que llamar al médico.

El doctor entro primero que ella y observo a Guillermo agitado, levantando temperatura.

–¿Qué es lo que paso?

–Parece que tuvo una pesadilla y no paro de llamar a su esposa.

–¿La llamaron?

–De eso se están ocupando.

–Olivia...–Guillermo volvió a llamarla.

El medico mueve la cabeza para mirarlo y se mueve hacia el para asegurarse de que no subió la temperatura.

–Tiene que venir rápido, su marido está muy complicado.

Apenas termino de hablar, Olivia entro a la habitación acompañada de su amiga. Ella lo observa a Guillermo con unas heridas severas.

–Me dijeron que mi marido tuvo un accidente.

–Tuvo suerte de que no sea peor porque tuvo el cinturón de seguridad puesto, solo tiene algunas costillas rotas y tiene una herida en la frente. Quiero tenerlo en observación asique se quedara unos días.

–Esta bien, gracias doctor.

Olivia agarro la silla y la coloco cerca de la cama antes de sentarse. El doctor se fue junto con la enfermera y ella observa a su amiga.

–Gracias por acompañarme pero lo mejor es que vayas a tu casa.

–¿Estás segura? –Olivia asiente y Liliana lo entiende. –Esta bien, llamame si necesitas algo.

–Gracias. –Le da un beso en la mejilla y Liliana cierra la puerta después de salir.

Ella se acomoda y observa a Guillermo durmiendo, tuvo un susto de muerte cuando escucho el mensaje del hospital, solo rogo para que no fuera nada grave. Guillermo se movió un poco mientras dormía.

–Olivia... Olivia.

Su esposa agarra su mano cuando el se mostro insistente y habla en voz baja.

–Acá estoy amor.

Ella se quedo tranquila cuando Guillermo se relajo y fue cerrando los ojos por el cansancio.

Lo rayos del sol despertaron a un Guillermo adolorido, ni siquiera se quería mover por eso pero al ver a su esposa no pudo evitar sonreir. Ella dormía en la silla y el se sintió culpable al verla tan incomoda, aunque había una culpa que le hace mucho más daño.

¿En serio tuvo que tener un accidente para poder abrir los ojos y darse cuenta que la ama? ¿Cómo tomaría ella el cambio que estaba a punto de llevar a cabo? Que tonto había sido en todo ese tiempo pero no perdería más tiempo. Había sido ciego y eso lo arrastrara toda su vida, le iba a demostrar cuanto la ama.

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