CONFIANZA

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Olivia está en la casa cuando Guillermo regresa con una enorme sonrisa y un ramo de flores. Ella lo mira con una sonrisa al saber lo que significa. Ella se acerca hacia su marido antes de preguntarle.

–¿Te dijeron que si?

Guillermo asiente de inmediato y se abrazan con fuerza, olvidándose de las flores por completo. Se separan un poco para mirarse y su esposo le muestra las flores.

–Pasé por una florería y no pude resistirme a comprarte unas.

–Ya no tengo más floreros. –Ella se ríe. –No se dónde ponerlo.

Los dos se ríen y Guillermo le cuenta algunos datos de su trabajo.

–Son 8 horas por día, asique no estaré todo el día trabajando.

Besa suavemente sus labios y acaricia su espalda con su mano libre.

–No hace falta que me digas eso, amor. Confio en ti. –Dice tranquila.

Olivia decidió no decirle que fue a ver a Sebastián para no preocuparlo, solo se quedaron acostados en el sillón del living mientras ven la televisión. Ella le conto sobre las entrevistas y lo ansiosa que está porque empiece el lunes. Su marido la observa con una sonrisa y acaricia su estómago.

–Se te ve tan feliz.

–Es que lo soy. –Sonríe mientras lo mira. –No puedo quejarme de la vida que tengo.

Guillermo apoya la nariz en la suya y disfruta de su cercania, observándola desde cerca. La ama cada día más, no puede detenerse y no cree que sea capaz de intentarlo.

La rodea con sus fuertes brazos y besa su mejilla, Olivia lo observa con un brillo en los ojos y acaricia su mejilla.

Llego la noche y como no tienen ganas de hacer la comida, piden una pizza con extra de muzzarella y ponen la mesa mientras espere a que llegue el delivery. Olivia atendió al delivery cuando llego, le da el dinero y una propina. Cierra la puerta y Guillermo la ayuda agarrando la caja de la pizza.

Minutos después, se sentaron a comer y comieron mientras ven una película, la mano de Guillermo está apoyada en el muslo de Olivia cuando termino de comer. Se quedo mirándola mientras ella ve la película, no pudo borrar la sonrisa de su rostro mientras se quedó mirándola como un embobado. Ella se percato de su mirada y arquea una ceja.

–¿Tan fea estoy? –Se ríe.

–Estás más hermosa que nunca. –La abraza y besa sus labios apasionadamente.

La apoya con cuidado en el respaldar del sillón y ella envuelve su cuello con suavidad mientras que dura el beso. Guillermo se separa un poco para separar las piernas de su esposa suavemente mientras empieza a acariciar lentamente su cuerpo.

Mientras, Natalia se quedo dudando después de que escucho a Sebastián.

–¿Tu crees que va a dudar de su marido?

–No lo se, al menos lo intente. Las cosas están demasiado bien entre ellos y creo que ella le tiene confianza.

–No podrá confiar en el por mucho tiempo. –Dice con seriedad. –Quiero que esa mujer sufra todo lo que estoy sufriendo yo. –Furiosa. –No le va a alcanzar la vida de tanto que va a llorar por toda la humillación que va a recibir. –Sonríe con malicia. – Cuando eso pase muy pronto, estaré conforme con mi venganza y Guillermo me amara como antes cuando vea lo patética que es su mujer. Es solo mío y siempre lo será. –Dice mientras tiene la mirada perdida.

La cordura de Natalia empezó a flaquear desde que Guillermo le confeso que no la ama, sacando todo lo peor que mantuvo en su interior y si ese plan no da resultado, toda la moral que ella tiene desaparecerá por completo.

Sebastian la observa con los brazos cruzados, no dijo nada pero ahí entrara el, seria su pañuelo de lagrimas y esa oportunidad la aprovechara al 100%.

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