ALMOHADA

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Guillermo todavía sigue bajo los efectos del tranquilizante, está acostado en la cama mientras su amiga está afuera de la habitación, mirando como los médicos y enfermeros van pasando una y otra vez por el pasillo. Suspira y se acomoda el cabello mientras entra a la habitación sin que nadie la vea.

Cierra la puerta enseguida y encuentra a Guillermo completamente dormido. Lo mira de arriba abajo con una sonrisa en su rostro.

–Pensar que estuve locamente enamorada de ti. –Natalia susurra mientras lo observa. –Ahora no puedo dejar de odiarte y despreciarte por haberme usado.

Sus ojos lo miran con odio y el único deseo es hacerle pagar por todo. Se agacha para acercarse al hombre antes de hablarle.

–Tu mujer está recibiendo lo que se merece y vos también. –Le habla al oído. –Ahora te toca perder.

Agarra la almohada que está en la nuca de Guillermo y la toma con ambas manos cuando logra quitársela.

Liliana salió del trabajo y fue directamente al hospital donde está Guillermo. Está completamente preocupada por su amiga y Guillermo. Deja el auto en el estacionamiento y entra al hospital. Camina un tiempo hasta que llega a la habitación y cuando abre la puerta nunca creyó encontrarse en ese momento. Ve a una mujer castaña ahogando a Guillermo con la almohada e inmediatamente grita, Natalia quiere quitarla del medio para escapar pero Liliana la agarra con fuerza y la detiene mientras le da una cachetada. Estuvo varios minutos así cuando al fin pudo liberarla debido a que una enfermera y con dos hombres de seguridad entraron a la habitación.

–Está loca quiso matar a Guillermo. –Alterada.

–Esto no se va a quedar así. Voy a matar a ese desgraciado, es lo mínimo que se merece por todo lo que me hiso y espero que esa desgraciada no vuelva a aparecer.

Natalia está fuera de si y los de seguridad se la llevan para que un policía la detenga. Liliana se lleva una mano hacia la cabeza y traga saliva. Su amigo sigue respirando y Liliana se sienta a su lado. Todavía no hay noticias sobre Olivia y eso la tiene tan preocupada, solo espera a que la puedan encontrar sana y salva.

Mateo entro a la habitación y le insto a salir de la fría habitación, ella salió lentamente y el joven la mira con una sonrisa.

–Espero que te guste el desayuno, hice una gran cantidad porque quiero que se alimenten.

Ella traga en seco y junta los labios con fuerza, no tiene apetito debido a las náuseas. Caminan hasta la cocina y Olivia se sienta lejos de el pero Mateo agarra la silla, colocándola cerca de su mujer.

A Mateo le duele su indiferencia y que quiera estar lejos de el pero sabe muy bien que hará lo que sea para conquistarla, la ama con todas sus fuerzas y quiere que lo ame de la misma manera. La mira con una sonrisa y le da un vaso de leche.

–Tambien te hice un jugo de frutas, quiero que se mantengan fuertes.

Ella se queda mirando a la nada y cierra los ojos por un momento, las nauseas la están matando y su apetito se aleja cada vez más.

–No tengo hambre. –Susurra.

La expresión de sus ojos cambia y su sonrisa se borra de su rostro.

–Tienes que comer.

–Me siento mal. –Suspira. –No quiero.

Ante la negación de Olivia, Mateo golpea la mesa y ella se asusta dando un salto en su silla. El joven se levanta rápidamente y da un portazo cuando se va. Olivia suspira y se queda temblando en la cocina. Mira con atención ese lugar y se pone de pie aprovechando su ausencia.

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