ANSIOSO

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Guillermo estuvo agotado toda la semana, la escasa relación que hay en el matrimonio va de mal en peor. Sintió por primera vez lo que Olivia sintió cuando el se refugiaba en el trabajo, su esposa pasa sus ratos libres en su cuarto especial para trabajar en sus proyectos. Ella actúa como si Guillermo no existiera y eso lo lastima profundamente, experimentando todo lo que ella sintió y aunque lo merecía, sentía como su corazón se desangra cada vez más.

La única noche que la tendría cerca llego y ya tiene todo listo para cambiarse cuando se vaya acercando la hora. Está ansioso para que llegara la noche y poder tenerla entre sus brazos como desea desde hace días. 

Mientras Olivia se limpio las manos después de pintar el retrato y deja que se seque, mira su reloj pulsera para ver la hora y está tranquila porque tiene tiempo. Deseo poder ir sola a la fiesta pero eso no era buena idea, todos sospecharían de que las cosas andan mal y todo empeoraría para ella. Suspira derrotada, después de días de ignorarlo por completo ahora tiene que actuar como si nada. Tendría que actuar como unos tontos enamorados, no obstante, ella lo sigue estando pero, ¿de que sirve? Ella mira al suelo y niega la cabeza mientras los recuerdos quieren regresar, no quiere sufrir más y ruega poder mantenerse tranquila en la fiesta.

Se queda en el cuarto por una hora más y sale para darse un baño antes de prepararse para la noche.

Su esposo ya está preparado y la espera en el comedor, sentado en el sillón. No deja de mover sus pies por lo nervioso que se siente y traga saliva al verla bajando las escaleras. La vio tan hermosa que su corazón empezó a latirle con fuerza, el vestido rosa ajusta sus curvas y no deja de observar su rostro. Se pone de pie y se acerca a ella, los dos sienten una corriente eléctrica y ella cierra los ojos por un momento para controlar aquella sensación y suspira antes de abrir los ojos.

Guillermo la miro con una sonrisa y agarra su mano, por fin siente su piel sedosa y besa suavemente su mano.

–Te ves tan hermosa.

Su esposo pudo ver como los ojos azules de su esposa brillaron detrás de esa coraza, todavía está ahí y sintió una luz de esperanza. En ese mismo se juro que reconquistaría a su Olivia sin importarle lo que tenga que hacer.

Olivia se quedo petrificada y casi quedo en evidencia, traga saliva y lo mira con dureza.

–Gracias. –Susurra.

–¿Nos vamos?

Ella asiente lentamente, no queriendo irse con el, sin embargo, tiene que hacerlo y suspira derrotada mientras se van agarrados de la mano.

Mateo y su tía están saludando a sus invitados en la entrada del salón y el joven mira para todos lados esperando ver a Olivia, se pregunto si ella vendría o no. Rogo por su llegada y cada minuto que pasa, se incrementa su ansiedad e Isabel observa a su sobrino sabiendo muy bien que le pasa. Isabel vio al matrimonio del auto y observa a Mateo quien no aparta los ojos de Olivia, la forma en que la mira ya no es la misma desde la primera vez que la vio con tanta admiración, ahora su mirada es como la de un hombre enamorado y suspira al no saber como hacerle ver a su sobrino que lo que siente nunca se concretara.

La pareja saludo a los anfitriones y Mateo besa la mano de Olivia.

–Estas hermosa Olivia, creo que la más hermosa de todas.

Ella se ríe suavemente y Guillermo miro con seriedad al joven, apretando los dientes.

–Gracias Mateo.

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