SECUESTRO

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"El no se puede morir" eso se repitió Olivia mientras lo abraza con desesperación, llora llena de nervios y Mateo la toma del brazo para llevársela. Las manos le tiemblan, llena de terror por el destino de su marido y de ella. Ahora el matrimonio depende de lo que les puede hacer el joven.

–¡No! –Grita y el joven la zamarrea.

–Te vas conmigo te guste o no.

Olivia se niega a dejar a su esposo, antes prefiere estar muerta que dejarlo. Eso puso a Mateo de los nervios y la agarra del cabello. Guillermo en un intento de pánico, herido como está trata de separar a Olivia de ese loco pero su cabeza no para de darle vueltas y ve todo negro. Cayendo al suelo de nuevo.

–No me hagas a hacer cosas que no quiero.

La apunta con el arma y eso ya no le importa a la mujer.

–¿Acaso quieres matarme? Hazlo. –Fuera de si mientras abraza a su herido esposo. –Prefiero estar muerta antes que con vos. No me vas a llevar y menos como está mi marido.

Mateo se está llenando de furia e hizo lo que menos le gusta, le dio un golpe certero en su rostro y la deja inconsciente. La carga rápidamente para que nadie los vea y tuvo la suerte de que a esa hora ningún auto pasara por la carretera. La sube al auto y le abrocha el cinturón de seguridad. Antes de irse, la mira y toma sus manos con fuerza, besando cada centímetro de su piel.

–Nadie nos va a separar, amor. Te lo juro.

Besa suavemente sus labios y cierra la puerta, se apresura para ir a su asiento y arranca el coche una vez que está dentro del auto. Acelera y conduce hacia su nuevo hogar junto a la familia que le pertenece.

Pasaron un par de horas para que Olivia recuperara la conciencia, se despertó en un cuarto mediano, donde la cama matrimonial ocupa bastante lugar en aquella habitación. Se levanta y reacciona al saber todo lo que paso, se levanto rápidamente de la cama y eso provoco que tenga un profundo mareo. Así y todo salió de la habitación. Encontrándose con una casa espaciosa y trato de encontrar la puerta principal del lugar hasta que por fin la encontró y está cerrada.

Apoya la cabeza en la puerta y se desliza hacia el suelo, arrodillándose y cierra los ojos con fuerza.

Deseo con todas sus fuerzas que Guillermo estuviera fuera de peligro, no lo soportaría si llegara a enterarse de que está muerto. Su estomago se contrae y lleva la mano hacia su boca, aguantando las nauseas y siente como unas manos acarician su espalda.

–¿Qué haces aquí, amor?

Escucha la voz de Mateo y apenas siente su tacto queda inmovilizada de miedo, el joven se da cuenta y la toma del rostro.

–Siento haberte pegado, es que estabas fuera de si. Te prometo que no voy a pegarte nunca más pero tienes que portarte bien, amor. Una mujer tiene que ser buena con su pareja.

–No puede ser verdad. –Piensa. –Si me quedo con este hombre me volveré loca.

Mateo acaricia su mejilla y Olivia se aparta por instinto, retrocede para ponerse de pie y alejarse completamente de el.

–¿Dónde estamos?

–En nuestra casa. –Sonrie. –La decore tanto como te guste, hasta te hice un cuarto para que hagas lo que quieras. Tenemos que hacer una habitación para nuestro hijo.

Ella sintió un escalofrió y apoyo la mano en su vientre, protegiendo a su bebé de la locura de Mateo.

–Aquí seremos felices, te prometo de que te olvidaras de todo.

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