Durmió tanto que no se dio cuenta que está en la cama, cuando abre los ojos todavía sigue bastante dormida. Guillermo está profundamente durmiendo a su espalda, abrazándola con suavidad, disfrutando de estar cerca de Olivia. Ella se da cuenta de eso cuando cae a la realidad, da la vuelta y se sorprende al ver el brazo de su esposo rodeando su cintura. Olivia quiere apoyar la mano en su cabello y masajearlo, pero prefirió alejar el brazo de su cintura para salir de la cama. Entra al baño para lavarse los dientes y luego lava su rostro.
Cuando sale del baño, decide no despertar a Guillermo y se viste rápidamente para poder hacerse el desayuno. Cierra la puerta del cuarto con cuidado y camina hacia la cocina. Preparo café para dos y lo que quedo lo dejo en la cafetera. Tostó un poco de pan y se sentó después de sacarlos, desayunando en silencio mientras lee las noticias desde su celular.
Toma su café tranquilamente y se prepara una tostada con mermelada, comiendo de a poco. Dejo su celular cuando escucha las pisadas que se asoman desde la entrada de la cocina.
–Buenos días. –Dice mientras se estira. –Dormí tan bien.
–Buen día. Prepare café, puedes calentarlo si quieres.
–Gracias amor. –Sonríe y camina hacia la cafetera.
Ella se queda mirándolo, pensando en como hizo para llevarla a la cama y más con su estado.
Guillermo se sentó frente a su esposa después de servirse el café y Olivia entrecierra los ojos.
–¿Cómo hiciste para llevarme a la cama?
–Te alce, tu cuerpo es liviano. –Sonríe. –Claro que sentí un poco de dolor después, pero quise que durmieras cómoda.
Desde el accidente que Olivia no dejo de sorprenderse, asiente y sonríe un poco.
–Gracias. –Dice antes de tomar un sorbo de su café.
–No tienes porque agradecer. –Animado. –Eres mi esposa después de todo.
Arquea un poco las cejas para pasar desapercibida, aunque Guillermo se da cuenta. El timbre termina con el silencio y Olivia se pone de pie. Camina hacia la entrada y encuentra a un joven con un gran ramo de rosas.
–¿Olivia Castro? –Ella asiente. –Esto es para usted.
Ella agarra el ramo y busca si hay una tarjeta, no obstante, no encuentra nada entre las flores.
–¿Quién habrá sido? –Penso.
–¿Puede firmar aquí?
Le muestra la carpeta y ella firma antes de despedirlo, le agradece y cierra la puerta. Observa las flores sin dejar de sonreír, ni siquiera se dio cuenta que Guillermo la mira desde el marco de la puerta que da a la cocina y sonríe al verla tan feliz. Extrañaba ver esa sonrisa tan despampanante.
–¿Quién te lo envió? –Dijo su esposo. –Son muy hermosas.
Olivia volvió a pisar los pies sobre la tierra y lo mira.
–No hay tarjeta, no sé quién podrá haber sido. –Dijo intrigada.
–Un admirador, tal vez. Tienes muchos y no me extraña que te regalen cosas.
–Seguro que sí. Aunque hubiera preferido una tarjeta para saber su nombre. –Se lamenta.
Ella cierra los ojos mientras captura el aroma de las rosas y su esposo quedo maravillado al verla en ese estado. Su esposa es tan hermosa que su corazón le duele. No pudo evitar admirar la belleza de sus ojos mientras brillan de la alegría.
–Sera mejor que las ponga en agua.
Guillermo asiente mientras vuelve a la cocina y mira disimuladamente a su esposa mientras llena el jarrón con agua antes de poner las flores. Se siente tan feliz que las flores que le regalo la pusieron de tan buen ánimo. No todo está perdido creyó Guillermo.
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Adulterio
RomantikLa artista Olivia Castro tiene que hacer frente a una crisis matrimonial junto a su esposo Guillermo, quien tiene un amante y este piensa que la ama. Pero está completamente equivocado, después de un accidente, Guillermo se da cuenta que ama a su es...