MAREOS

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Olivia se encuentra mejor y de buen animo al saber que Mateo está seguro en ese lugar, solo espera que pueda mejorar y siga con su vida. Es un chico tan talentoso que merece triunfar y se sentiría culpable si se arruina.

En este momento está pintando en el taller y deja el pincel de lado para tomar un poco de agua, mira la hora que es y decide pintar un poco más antes de irse a encontrarse con Liliana.

Más tarde, se saca el delantal y va al baño para lavarse las manos y la cara.

Agarra su bolso y sale del taller, camina hacia el auto y entra enseguida antes de arrancar el motor. Conduce moderadamente hacia un bar y sonríe al ver a su amiga dentro de este. Se acerca hacia ella y se dan un abrazo antes de sentarse en una de las sillas altas.

–Pedi una cerveza, ¿quieres una?

Olivia niega inmediatamente y llama al mozo.

–Tengo que conducir. –Sonrie. –Pediré una gaseosa.

Liliana la observa mientras toma su cerveza y el mozo le entrega un vaso con coca cola. Le agradeció al hombre y su vista vuelve a su amiga.

–¿Cómo está todo?

–Bien, estuve pintando y Guillermo está trabajando. Todo va muy bien por suerte. ¿Vos?

–Igual, estoy teniendo más tiempo y puedo estar más tranquila.

Olivia sonríe al escuchar eso y asiente. Liliana la mira con atención después de terminar su vaso de cerveza.

–¿Se sabe algo de esa mujer?

Olivia suspira y niega lentamente, su rostro es serio mientras piensa en ello.

–No, está desaparecida. Al menos nos dejo tranquilos.

–Eso si pero es peligrosa. Se que está desaparecida desde hace un tiempo pero ese tipo de gente...

–Lo se. Guillermo sigue estando loco por eso, aunque no lo quiera admitir y me quiere acompañar a todos lados pero me se cuidar.

Olivia termina su gaseosa y se siente demasiado hinchada, apoya la mano en su estómago. Su amiga se dio cuenta de su malestar.

–¿Pasa algo?

–Es la gaseosa. –Sonríe un poco. –No es nada preocupante.

Liliana asiente y siguen charlando. Olivia dejo de lado su malestar y se entretuvo con su amiga hasta que se hicieron las 6 de la tarde. Se despiden y Olivia sale a la calle para entrar a su auto.

La mujer conduce hasta su casa y cuando está por entrar, su estomago la está molestando y eso la pone un poco de mal humor. Entra a la casa y se sienta en el sillón al sentir un mareo.

Penso que eso se produce ya que está cansada y bajo un cambio, acostándose en el sillón por un tiempo hasta que desaparezca su mareo.

Guillermo estaba poniendo la ropa en el lavadero y camina hacia el comedor, se da cuenta que su esposa está en su casa y camina contento hacia ella. La ve acostada y el rostro pálido.

–¿Estás bien, amor?

Ella abre los ojos y asiente lentamente.

–Solo tuve un ligero mareo. Estoy un poco cansada, es solo eso.

–Últimamente estás cansada. –Preocupado. –Es mejor que vayamos al médico.

–No es nada. –Se rie. –Deja de ser un poco sobreprotector, amor. Estoy bien.

–Hmm...–Se queja y suspira. –Solo quiero que estés bien y no soy sobreprotector. –Eso hace que Olivia se ria.

–Y lo estoy. –Se sienta y besa sus labios con suavidad. –Liliana te manda saludos. –Le da otro beso.

–¿Cómo está? –Acaricia la curva de su cuello.

–Está bien. Estuvimos hablando bastante y la pase bien.

Guillermo sonríe y la abraza con suavidad. Sosteniendola con fuerza entre sus brazos y respira hondo mientras huele su aroma.

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