MALDAD

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Más tarde, Olivia se preparo en uno de los baños del museo y lleva un vestido color negro, le llega hasta por encima de las rodillas y le aprieta un poco de las caderas. Se arregla el cabello a lo ultimo y sale antes de que la exposición comience. El hombre de seguridad dejo entrar a Guillermo y la busca en el lugar hasta que la encuentra a metros del jardín donde se está preparando un servicio de lunch.

Sonrie mientras se acerca hacia su esposa y ella siente un hormigueo en medio de sus piernas. Traga saliva y cuando por fin terminan con la distancia, se dan un beso apasionado y el fuego se expandio rápidamente por todo su cuerpo.

–¿Me extrañaste?

Guillermo la atrae hacia su cuerpo después de hacerle la pregunta. Ella lo mira con una sonrisa e hizo una mueca como si se hubiera puesto a pensar lo que hace que su esposo se ria con ella y la abrace con fuerza.

–Eres mala eh. –Besa su mejilla. –En cambio yo si te extrañe.

–Yo también. –Animada. –Hasta te necesité mucho, antes tuve una de esas molestas nauseas pero está todo bien.

–Pobrecita. –Acaricia su vientre y ella mira para todos lados, asegurándose de que nadie los estuviera viendo. –¿En serio te sientes bien?

–Si, estoy mejor. Por suerte nadie se dio cuenta, solamente piensan que fueron los nervios.

Guillermo asiente sintiéndose tranquilo pero no se separo de ella hasta que empezaron a entrar los invitados al museo. Hicieron el mismo protocolo, saludaron a los invitados y Olivia se comporto cordialmente con ellos y se sintió contenta a ver que les está gustando lo que hizo. Guillermo tiene su mano en su cadera y la mira con una sonrisa.

–Eres maravillosa.

Ella mueve la cabeza para mirarlo y sus ojos se llenan de emoción. Su esposo apoya la mano en su estomago mientras que Olivia apoya la cabeza en su hombro.

Luego, casi al final, el dueño del museo llamo a Olivia para que dijera unas palabras y ella acepto con gusto. Guillermo está entre los invitados mientras Olivia sube al escenario para hablar. Todos aplauden antes que ella pueda decir algo.

–Su esposa es sorprendente.

Escucha una voz bastante rara y el hombre da media vuelta al encontrar a una mujer con lentes, cabello castaño con rulos. Mira bien su rostro y se queda helado al darse cuenta de quien es. La mujer lo observa con una sonrisa satisfactoria al ver el buen resultado que dio, su cara llena de miedo la pone demasiado feliz.

–Es como si estarías viendo a un muerto. –Se ríe y arquea las cejas mirándolo con maldad. –Se te ve tan pálido.

Guillermo traga saliva y se voltea a ver a su esposa, sintió un escalofrió al sentir miedo por ella y cuando vuelve a Natalia ya había desaparecido. Observa entre la gente y no ve a nadie, respira hondo y trata de permanecer tranquilo, no quiere arruinar la tranquilidad de su esposa y menos ahora que está embarazada. Se maldigo tanto, no entiende como esa mujer pudo haber entrado a un evento privado.

Al finalizar, los invitados la aplaudieron y ella volvió a su marido, lo abraza con suavidad y ella se dio cuenta que algo anda mal.

–¿Estas bien, amor? –Acaricia su mejilla. –Se te nota asustado.

Su esposo toma su mano y besa sus labios.

–Esta todo bien amor, de verdad.

Ella ve su rostro serio y se quedo callada, no cree realmente que está bien pero decidió no preguntarle más nada, solo espero que no sea nada serio.

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