DULCE HOGAR

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Guillermo estuvo 10 días internado, le hicieron miles de estudios y no quedo ninguna secuela en su cabeza, solo tenia algunos golpes en su cuerpo sin olvidar de las costillas rotas. Olivia condujo en el regreso a la cama y su esposo estuvo mirándola en todo el viaje, lo que la pone un poco incomoda.

Entro el auto en el garaje y se bajo del auto para ayudarlo a bajar. Entraron a la casa en silencio, ella enciende la luz y Guillermo respira hondo al saber que por fin está en la casa con su esposa.

–Si quieres ve al sillón a descansar un rato, tengo que hacer una llamada.

–Claro amor.

Su esposo camina lentamente hacia la sala y se sienta en el sillón. Olivia agarra su celular y marca el número de Liliana mientras camina hacia la cocina.

–Recién llegamos, Guillermo está bien y estoy segura de que se va a recuperar muy pronto.

–Menos mal. –Dice aliviada. –Debe estar aliviado de salir del hospital.

–La comida es demasiado mala. –Se ríe y Liliana larga una risa.

–¿Cómo te sientes?

–Bien, por fin voy a poder dormir más cómoda.

–No pregunto por eso, pregunto como te sientes por todo lo que paso.

–Me asuste pero todo salió bien, es demasiado fuerte.

–¿No lo viste extraño en estos días? Te mira todo el tiempo, es como si no quisiera que te alejes de su vista.

Larga una risa al escuchar eso, se sienta en el mueble de la cocina.

–Eres muy graciosa Lili, solo fue el accidente. Como te dije antes, ya se le pasara.

–Hablo en serio. ¿En serio no te das cuenta que es otro?

–Puede ser, estar al borde de la muerte lo habrá dejado muy emocional.

Lo que Liliana no se atrevió a decirle es que se dio cuenta que Guillermo miraba a su esposa como un enamorado. ¿Cómo le creería? Eso es imposible para ella.

–Mándale mis saludos.

–Se los daré. –Sonríe. –Cuídate mucho.

–Tu también.

Olivia corta la llamada y se quedo pensando en lo que Liliana le había dicho. ¿En verdad cree que el podría cambiar? Quería hacerle caso a su amiga y pensar que si, aunque de verdad está muy lejos de creer así.

Se pone de pie y sale rápidamente de la cocina. Llega a la sala y ve a Guillermo mirando la televisión.

–Liliana te manda saludos. –Habla desde el marco de la puerta y camina suavemente hacia el.

–Gracias. –Sonríe y deja el control de lado. –Le gustaste a los críticos, repitieron un poco lo que paso en la televisión y fue excelente. Me siento tan culpable de haberte arruinado la noche.

–No tienes la culpa de nada, son cosas que pasan.

Guillermo lo intento una vez más y agarra su mano, hizo que se sentara a su lado y Olivia lo observa con atención, cuando vio que se inclina hacia ella para besar sus labios. Deja que lo haga y su esposo besa sus labios apasionadamente, aprovechando que ella no lo rechazo.

Guillermo encontró el cielo en medio del beso y la abraza con fuerza, su respiración es pesada por lo abrumado que se encuentra después del beso. En cambio, Olivia no sintió nada, su esposo hace tiempo que no la besaba así y lo encontró muy raro que lo haya hecho. Sentía una sensación muy rara.

Pasa una mano en su mejilla y sonríe mientras acaricia su piel sedosa, amo sentir sus labios, los encontró tan perfectos que lamento el tiempo que perdió.

–Me voy a dar una ducha, no tardare.

–Tomate el tiempo que quieras amor. –Besa su mano. –Me quedare aquí mirando la televisión.

Asiente en silencio y se levanta del sillón, dejándolo solo en la sala. Ella se sintió tranquila apenas entro a la habitación y suspiro antes de agarrar la ropa que se va a poner luego del baño.

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