Ustedes se separan (parte 1)

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Steve Rogers

Las cosas entre Steve y tú no estaban bien. Peleaban constantemente y trataban de evitarse lo más que pudiesen. Tú ibas más a menudo a quedarte con Clint, o a misiones, y él entrenaba hasta altas horas de la noche, o se quedaba fuera para no estar contigo. Las discusiones básicamente consistían en celos irracionales, peleas por las cosas más pequeñas, etc.

–¡¿Qué no te das cuenta que lo único que quiere él es acostarse contigo?! ¡¿Cómo no te das cuenta T/N?!–Te gritó Steve, visiblemente enojado.

–¡No me hables así Steven Grant Rogers porque sabes perfectamente que yo nunca te engañaría!–Argumentaste de vuelta en el mismo tono, sintiendo dolor con cada palabra.

–¡¿Y como sé si es cierto?! ¡Al fin y al cabo, fuiste entrenada para eso! ¡Fuiste entrenada para mentir!–Habló sin pensar, cegado por la ira.

–Yo jamás te he mentido, Steve. Jamás te he mentido acerca de mis sentimientos por ti, ni con nada.–Le dijiste sinceramente, más calmada y con lagrimas en tus ojos.

–¡Ya ni siquiera te creo! Dios... ¡DESEARIA NUNCA HABERTE CONOCIDO!–Exclamó sin darse cuenta de lo que acababa de decir.

–Si es así como piensas... creo que lo mejor será dejarlo hasta aquí entonces.–Le dijiste con el dolor evidente en tú mirada y voz.

Al darse cuenta de lo que acababa de hacer y de decir, Steve intentó disculparse. Pero la decisión ya había sido tomada.

–N-no e-espera no quise...–En ese momento, saliste del departamento y lo dejaste allí, pensando en lo que acababa de decir.

Tony Stark

En el hospital había muy poco personal por lo que tenías que trabajar cada vez más. Ya habías cancelado muchas citas con Tony, no ibas a sus fiestas, ni a las sorpresas que te organizaba.

Tony al principio entendía que era tu trabajo y que te necesitaban, pero ya comenzaba a ser molesto. No se habían visto ni una sola vez en toda semana, y cuando estabas en casa, te encontrabas durmiendo para así volver a trabajar.

Así que un día que volviste del trabajo muy tarde en la noche, encontraste a Tony despierto esperándote en el sofá.

–Hey, Tons, ¿Qué haces despierto tan tarde?–Le preguntaste, mientras dejabas tú chaqueta y llaves sobre la mesa.

–Estaba esperándote, tenemos que hablar seriamente, T/N.–Te dijo Tony, con expresión y tono de voz neutros.

–Okey, ¿Pero puede ser mañana? Ahora estoy muy cansada, tuve un turno muy largo y—Ibas hablando, cuando te interrumpió.

–¿Y cuando vamos a hablar si lo único que haces es trabajar? Ya no pasamos tiempo juntos. Cancelas citas, no me llamas, no sé si estás bien o estás mal... no sé nada de ti en lo absoluto.–Habló cada vez más y más rápido.

–Tony, tú sabes que este trabajo es demandante y estoy haciendo lo que puedo. No hay personal y—Trataste de explicar sin mostrar lo molesta que estabas, pero volvió a interrumpirte.

–¡Es que no lo entiendes! ¡Ya no nos vemos! Dime, ¿Realmente quieres seguir con esta relación?–Te preguntó con el dolor evidente en su voz.

–¿T-Tony qué dices?–Le preguntaste completamente confundida ante sus palabras.

–T/N, ya estoy cansado. Al parecer tu trabajo es más importante que yo. Así que estoy seguro de que lo mejor es dejarlo hasta aquí.–Aseguró, evitando tú mirada, pasando una de sus manos por su barbilla.

–¿De verdad quieres terminar esto?–Le preguntaste con lagrimas en tus ojos, sin poder creer a lo que habían llegado.

–Puedes dormir en la habitación, yo dormiré aquí en el sofá.–Te respondió con lagrimas amenazando por caer de sus ojos.

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