Propuesta de matrimonio (parte 2)

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Natasha Romanoff

Nat sabía que quería pedirte ser su esposa... pero no se le ocurría cómo. Por lo que recurrió a Clint. Él le dijo que tal vez podría preparar unos pastelillos y poner el anillo encima del glaseado para pedírtelo en el desayuno, y eso fue lo que hizo.

Se levantó muy temprano en la mañana, y comenzó a cocinar con tú libro de recetas los pastelillos que tanto amas.

Cuando despertaste y fuiste en su búsqueda, antes de que pudieses sentarte a la mesa, te pidió que te cubrieras los ojos, y así lo hiciste.

Al abrirlos, viste los pastelillos con el anillo y unos en los que decía "Sé mi esposa", y a una muy nerviosa Natasha sentada a tú lado con manos temblorosas.

Te comenzaste a reír y te levantaste de la mesa para ir a buscar algo a la habitación, lo cual confundió mucho a Nat, pero cuando volviste, le mostraste el anillo que habías comprado un par de días atrás para pedirle que fuese tú esposa. Ambas comenzaron a reír y le pusieron el anillo a la otra.

Wanda Maximoff

Wanda quería que fuese perfecto ya que para ella, te merecías el mundo entero. Armó un fuerte con almohadas y sábanas en casa, y cuando llegaste del trabajo, ella ya tenía todo tipo de cosas deliciosas para comer. Pusieron su películas favorita, y en mitad de ella, Wanda comenzó a poner imágenes de ambas caminando hacia el altar. Tú sólo sonreíste, ya que ya sabías lo que se venía, además de que sabías cuan nerviosa estaba. Por lo que solo le dijiste que sí querías, y ella entendió inmediatamente el mensaje, por lo que deslizó el anillo en tú dedo.

Hope Van Dyne

Cuando llegaron al parque de diversiones y comenzaron a hacer la fila para subir a la montaña rusa, Hope estaba decidida a pedirte matrimonio. Cuando llegaron a la parte más alta de ésta, ella te hizo la pregunta, y de la pura impresión los ojos casi se te salen de la cara. Cuando ya se bajaron, le dijiste que sí, y ella te entregó un anillo. No tenía ningún diamante, en cambio, era completamente liso con dibujitos de abejas en él.

Gamora

Tú de verdad querías pedírselo, de verdad que sí... pero entraste en pánico. Por lo que mientras ella dormía, deslizaste el anillo en su dedo y lo dejaste allí. Cuando despertó y se dio cuenta de lo que tenía en el dedo te miro con expresión confundida.

–¿Acaso no pensaste en preguntarme primero?–Te dijo arqueando una ceja mientras te miraba fijamente a los ojos.

–Perdón, perdón... es que entré en pánico y no supe que hacer...–Le confesaste mientra la abrazabas, y escondías tu rostro en su cuello. A lo que ella solo respondió con una risa y diciendote que sí quería.

Carol Danvers

Un día que ambas estaban en casa, comenzaron a hablar sobre lo que les gustaría para el futuro, y en eso salió el tema del matrimonio.

A ambas les entusiasmaba mucho la idea de casarse, pero aún no era legal el matrimonio entre personas del mismo sexo. Por lo que un día después de un apasionado momento sin ropa, Carol te propuso una idea.

–Hagamoslo de todas maneras...–Te dijo tratando de recuperar el aire que había perdido entre tanta diversión.

–¿Hacer qué?–Le preguntaste respirando agitadamente también.

–Casémonos, no importa que no sea legal... Nick puede oficiar la boda. María y Monica podrían ser nuestras damas de honor... hagamoslo, por favor.

Quiero pasar el resto de mi vida contigo, quiero tener una familia contigo... no importa que no sea legal, pero la ceremonia será algo simbólico y significará algo para nosotras... ¿Qué dices?–Te dijo tomando tús manos en las de ella, mientras te miraba con un brillo de esperanza en los ojos.

–Okey... sí, acepto... hagamoslo....–Le dijiste con una gran sonrisa, a lo que ella respondió con uno de los mejores besos que jamás te ha dado.

Maria Hill

Un día que ambas estaban viendo una película, a Maria se le cruzó por la mente la idea de casarse contigo.

–¿Y si nos casamos?–Te preguntó así de la nada.

–¿Disculpa?–Le dijiste tosiendo ya que te ahogaste con las palomitas.

–Casémonos... yo te amo, tú me amas... ya hemos hablado sobre nuestro futuro juntas... ¿Qué dices, quieres casarte conmigo?–Te dijo viéndote a los ojos con expresión seria.

–Ehmm... sí, sí, me encataría.–Respondiste un poco confundida por la extraña propuesta, pero a la vez feliz. María sólo sonrió y te besó.

–Mañana iremos a comprar los anillos de compromiso juntas.–Fue lo último que dijo antes de seguir besándote.

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