Stephen Strange (3/3)

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Su reacción a muerte

Era inevitable. El cáncer se había extendido, y la quimioterapia había dejado de funcionar hacía mucho tiempo, así que lo único que le quedaba por hacer, era hacerte compañía y disfrutar de sus últimos momentos juntos.

Cuando escuchó el monitor de tu corazón detenerse, las lágrimas comenzaron a correr libremente por sus ojos, mientras te abrazaba con fuerza una última vez.

Su vida sin ti

En múltiples ocaciones pensó en traerte de vuelta con la gema del tiempo, pero trató de resistirse. Con el tiempo la tentación se volvió demasiado, por lo que terminó por renunciar a ser portador de la gema, y se mudó a Suiza, donde ambos querían irse a vivir, pero no se pudo.

Cuando vuelves a casa herida de una misión

Stephen ODIA cuando vuelves herida, pero no dice nada y te ayuda con todo lo que necesites. Te trata con delicadeza y te ayuda a curar tus heridas de la manera más gentil posible.

Charla sobre bebés

Nunca ninguno de los dos había hablado de esto, ni tampoco buscaban hacerlo ya que no estaba dentro de sus intereses. Pero cuando te hiciste la prueba de embarazo, y salió positivo, no pudiste evitar sentir una angustia dentro de ti. La idea te había entusiasmado, y de verdad querías tenerlo, pero no sabías sí Stephen pensaría de la misma forma.

Dándole la noticia

Ya llevabas días comportándote extraño, así que Stephen decidió que ya era hora de confrontarte al respecto. Tenía la sospecha de que estabas embarazada, pero necesitaba confirmarlo.

Fue hasta donde estabas sentada en la sala de estar leyendo un libro para poder hablar al respecto.

–Querida, necesito preguntarte algo y quiero que me respondas con la verdad.–Te dijo seriamente, tomando tus manos en las de él.

–Ahh... sí, claro, sí. ¿Todo bien?–Le preguntaste algo nerviosa, tratando de ocultarlo.

–¿Estás embarazada?–Soltó la pregunta sin darse vueltas, con una expresión totalmente seria.–Te lo pregunto porque he notado ciertos comportamientos y síntomas en—Iba hablando cuando comenzaste a llorar.

Stephen se sorprendió al ver lo fácil que resultó, siendo que siempre habías sido una persona testaruda y que no soltaba informacion tan rápido. Así que te tomó en sus brazos, y te dejó llorar en su pecho, ya confirmando sus sospechas.

–Iba a decírtelo. De verdad que sí... pero no sabía como, tenía miedo de que te enojaras, o que me quisieras dejar porque yo sí quiero tenerlo pero nunca habíamos hablado de esto y ahora estamos en esta situación y—Hablaste entre sollozos y muy rápido.

Stephen tomó tú rostro en ambas de sus manos para que le miraras a los ojos, viéndote con una sonrisa.–Querida, hey... respira, ¿bien? No estoy molesto, al contrario. Es una increíble noticia, sobre todo porque estás dispuesta a tenerlo.–

–¿E-entonces no estás enojado conmigo?–Le preguntaste ya más calmada.

–Claro que no, querida.–Aseguró abrazándote una vez más, apegando tu cabeza en su pecho y besando tú cabeza.–Sí es verdad que nunca lo habíamos hablado, pero ahora... ahora no suena tan mal...–

Embarazo

Stephen te prohibió seguir entrenando y yendo a misiones, así que lo único que podías hacer era ir al laboratorio o al taller, lo cual también se te prohibió con el paso del tiempo. Wanda, Nat y Pepper estaban vueltas locas comprando ropa, juguetes, y muchísimas cosas más para el bebé.

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