City of Sin [ 1 ]

Capítulo 16:

Richard había descubierto en sus estudios que era sobresaliente con las matemáticas, las runas y el control del movimiento corporal. Podía entender fórmulas complejas con facilidad, y cuanto más aprendía, más misterioso sentía que era el mundo de la magia. Lo hizo sentir aún más ignorante de lo que se había sentido antes. El chico estaba extremadamente concentrado y podía lidiar bien con la soledad. En este momento, no había nada en su vida más que magia.

El invierno llegó como un relámpago, pero Richard ni siquiera se dio cuenta de los primeros copos de nieve. El Deepblue permaneció tan cálido como la primavera, y con tantos meses de su vida pasados ​​aquí, ya estaba acostumbrado a las cálidas luces mágicas de su entorno.

Un meteorito cruzó el cielo esta noche, increíblemente cerca de la tierra mientras cruzaba el cielo lleno de nieve para aterrizar en la plataforma más alta del Deepblue. 23 magos ya estaban presentes allí, esperando la llegada de alguien a pesar del frío y la nieve. Tres de ellos eran incluso grandes magos.

El meteorito se abrió, revelando la pequeña figura de Sharon en su interior. Dos magas inmediatamente se adelantaron y la envolvieron en toallas, mientras que otras cuatro colocaron una alfombra roja ante sus pies, desenrollando continuamente la alfombra mientras caminaba. Más magos enrollaron la alfombra detrás de ella, asegurándose de que sus pies nunca tocaran el suelo desde que aterrizó.

Los tres grandes magos caminaban a su lado, apresurando informes sobre los eventos en el Deepblue durante su ausencia. Sharon se mantuvo indiferente al respecto, hasta que se iluminó con el informe del tercer mago sobre clases y talentos. "¿Estás diciendo que el pequeño Richard tiene talento para establecer formaciones de hechizos?"

Frente a la mirada de Sharon, el gran mago cuya barba era casi completamente blanca se estremeció en su lugar, gotas de sudor frío se formaron alrededor de su cuerpo. La mirada de un ser legendario era como una serpiente mirando a una rana. La gran diferencia en la fuerza espiritual ejercería una gran presión sobre el mago menor, haciéndolo sentir como si estuviera frente a un dragón.

El hombre nunca habría pensado que Sharon estaba interesada en un asunto tan pequeño. Afortunadamente había preparado bien el informe, entregando de inmediato dos pequeñas formaciones mágicas que Richard había esbozado. El interés de Sharon se despertó en el momento en que vio los bocetos, y redujo la velocidad hasta detenerse mientras los examinaba en detalle.

El sudor frío continuó saliendo del cuerpo del anciano. Estos dos bocetos le parecieron extremadamente normales, solo la más básica de las formaciones de hechizos. Había en el formato estándar, y no había nada innovador al respecto. Las runas en el frente eran extremadamente simples y la lógica era clara y limitada. Aún así, no había necesidad de innovación aquí. Era una formación estándar que Richard había aprendido en sus clases, y la única razón por la que el gran mago incluso lo informó fue porque Sharon estaba interesada en el niño. Se había quedado cerca de la sala de examen durante toda la gama de pruebas que le habían hecho.

¡Esto fue varias horas en un plano primario! El tiempo era precioso para un mago legendario, por lo que el hombre pensó que Sharon estaba muy interesada en Richard. Por lo tanto, mantuvo un ojo en el niño e informó sus mejoras, ya que sería un hito importante. El gran mago solo estaba tratando de ganar su favor. Después de todo, Sharon's Delight era un campo importante en el cheque de pago de cada mes.

De hecho, esta fue una pequeña mejora por parte de Richard. Los bocetos no tenían errores, pero eso no fue realmente un gran problema. Cualquiera con el entrenamiento adecuado podría evitar todos los errores en una formación de hechizos tan básica. Lo único que valía la pena elogiar era que esto se había hecho al primer intento, pero ¿qué gran mago no era un genio? El anciano no parpadearía ante tal dibujo. Por supuesto, la formación era casi idéntica a la versión del libro de texto, y los errores eran tan pequeños que sorprendían un poco, pero dibujar runas no era alquimia; no había un margen de error tan estricto. Una vez que uno cruzaba el umbral, más perfección era inútil. Si se permitía un milímetro de tolerancia, ¿de qué servía tener una precisión de diez micrómetros?