Estoy en casa de mi prima y no sé por qué le confieso que Héctor y yo no nos hemos besado.
— ¿Ni siquiera en la mejilla?— me pregunta incrédula y yo niego a modo de respuesta— ¿por qué no?
— Pensé que tú sabrías por qué.
— Porqué tendría que saberlo— me dice—, yo ni he hablado con tu prometido, apenas lo conozco de las fiestas sociales, siempre me pareció demasiado petulante, incluso para personas de nuestra sociedad.
— ¿Tú ya besaste a tu prometido?— recuerdo que ella se comprometió después que yo, pero ha avanzado más rápido que yo también.
Ella se sonríe— pues claro— me dice—, pero no fue el primero— me susurra y recuerdo que me dijo de sus liadas con un sirviente— y también nos hemos liado una vez.
Ya estoy harta, no entiendo nada de lo que significa "liarse"— ¿a qué te refieres con eso?— pregunto dejando ver mi molestia.
— A liarse— dice con más énfasis, pero sigue susurrando—, te lo responderé, a detalle si quieres, después que hayas recibido tu primer beso— mueve los hombros coquetamente y descubro el motivo, su prometido acaba de llegar y ella le sonríe, pero veo fugazmente que mira a otro lado antes que el prometido se acerque más, sigo su mirada y veo a un joven vestido de forma sencilla que captura su mirada y le guiña el ojo.
Definitivamente jamás entenderé de lo que habla al decir liarse.
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Dueña de mi Libertad
Historical Fiction"Tú no eres esclava de nadie y nadie decide por ti" esas fueron las últimas palabras que me dijo papá antes de morir. A pesar del tiempo no puedo comprender su mensaje y estoy dispuesta a aceptar las pesadas reglas que me impone la sociedad en que n...