MIS ÚLTIMOS MOMENTOS CON MAMÁ

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Hoy es el día.

No estoy nerviosa ni nada, solo tan ansiosa que creo que en cualquier momento todos notarán en mi rostro lo que oculto con tanto celo.

— Dos jinetes irán contigo— me dice mamá. Hemos despertado muy temprano porque Héctor vendrá a recogerme antes de la salida del sol— ellos están listos y esperándote afuera.

— Sí madre— digo, tomo un poco de pan tostado y me lo como casi entero por la ansiedad, mamá no se dio cuenta. Miro su bonito rostro y me trago una lágrima. No voy a retroceder en mi decisión. Me mantengo firme y sigo desayunando en silencio.

— Ya viene tu prometido— señala mamá y por primera vez veo en Héctor la puerta a mi libertad, sonrió de emoción—, recuerda que debes comportarte como es debido, después de hoy podremos finiquitar lo de tu matrimonio.

Héctor llega y espera en la sala, está listo para ir de caza y yo estoy lista para mi libertad. Me levanto y voy a ponerme todo lo demás que me pidió.

A mi vuelta al comedor veo a mamá regresar de la sala donde me espera Héctor, ha conversado con él.

— Ha garantizado tu seguridad— me dice, yo flaqueo en mis emociones y siento que me quiere decir algo bondadoso, tal vez que le importo. Si lo hace yo retrocederé en mi decisión, echaré abajo los planes de fuga, resistiré la decepción que me ocasionaré a mí y a mi instructor y me quedaré con mamá y haré lo que me pida—, en caso te suceda algo me lo compensará en dinero— y la desilusión me inunda y el resentimiento me da el último impulso que necesito en forma de las siguientes palabras de mamá—. Ya puedes largarte.

— Adiós...— dudo— madre— y salgo a paso firme.

Dueña de mi LibertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora