Mi cumpleaños está cerca y yo por fin aprendí a cocinar. No soy la mejor, claro que no, para saberlo solo tengo que mirar la cara de Louis al probar algo nuevo que hago, es tan gracioso que no puedo evitar reír.
— Irás mejorando— me dijo la primera vez creyendo que había ido a lamentarme a la cocina—, qué pícara— dijo al verme doblándome de risa.
Ahora ya no me río tanto luego de la cocina, pero siempre me fijo en su rostro cuando hago algo nuevo de comer.
Los lunes bajo al pueblo o ciudad, es que no estoy muy segura de su diferencia; voy a comprar algunas cosas que necesitamos, puedo orientarme bien y también puedo llevar una conversación básica con la dueña del establecimiento donde compro. Las primeras veces iba con Louis, ahora no porque puedo hacerlo sola y así le doy una tarea menos a mi esforzado esposo.
Hoy es lunes y bajé a hacer las compras, a mi regreso vi un vestido muy bonito, me gusta, le diré a Louis que me lo compre por mi cumpleaños, seguro acepta.
Llego a casa con lo necesario y lo pongo todo en su lugar, me gusta ver mi casa ordenada y me esmero en que así sea; le pedí ala dueña del negocio que me explique cómo preparar algo especial, creo haber entendido todo, es para mi cumpleaños y lo probaré antes en mi esposo, veré que tal me salió en su expresión facial.
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Dueña de mi Libertad
Historical Fiction"Tú no eres esclava de nadie y nadie decide por ti" esas fueron las últimas palabras que me dijo papá antes de morir. A pesar del tiempo no puedo comprender su mensaje y estoy dispuesta a aceptar las pesadas reglas que me impone la sociedad en que n...