La puerta se abre, estoy nerviosa.
Fui egoísta, pero quería que este primer momento solo sea yo, serán unos minutos, después bajará a ver a sus hijos y verá lo que han preparado para él.
Estoy temblando ¿habré cambiado? Me vestí como siempre lo hago, me miré en el espejo y no vi cambio en mí, excepto por mi vientre más grande.
¿Y cómo reaccionará a mi nuevo embarazo? No creo que se enfade, espero que no.
El doctor sale primero y se pone a un costado para darle paso. Mi corazón late con fuerza, tengo miedo, estoy nerviosa, pero quiero verlo.
Una vez más me aliso el vestido y me retoco el cabello, respiro hondo— contrólate— murmuro—, no vayas a llorar, el bebé te necesita.
Una lágrima rebelde se me escapa, allí está, ha adelgazado tanto, pero hay color en su rostro, se detiene a la puerta, mis ganas de correr son suprimidas por completo y nos quedamos mirándonos unos segundos.
— ¿Tan mal me veo?— dice y yo voy a dónde está y dejo que me envuelva en sus brazos. Ahora puedo llorar.
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Dueña de mi Libertad
Fiction Historique"Tú no eres esclava de nadie y nadie decide por ti" esas fueron las últimas palabras que me dijo papá antes de morir. A pesar del tiempo no puedo comprender su mensaje y estoy dispuesta a aceptar las pesadas reglas que me impone la sociedad en que n...