Dueña de mi Libertad

FAMILIA REUNIDA

Mis ojos se nublan de lágrimas de emoción.

Mis hijos rodean a su padre, las niñas lo llenan de abrazos y besos, y los varones de palabras cargadas de cariño; ninguno tiene vergüenza.

— ¿Dos meses? Si parecen dos años, han madurado tanto en solo dos meses— les dice y ellos se alegran del halago—, en cambio yo soy el que se ha quedado algo rezagado— y conversa largo rato con cada uno de ellos menos con Clarice que sigue siendo pequeña para llevar una conversación, pero juega con ella cuando se lo pide.

A la hora del almuerzo solo se sirve para Louis la comida indicada por el doctor que todavía no se va pues sigue estando al tanto del paciente recién recuperado, al final asiente satisfecho— solo siga con las indicaciones al pie de la letra y verá como recupera su buen estado— le da otras indicaciones más a Louis y a mí y se marcha a buen paso.

— Con todo respeto, pero espero no volver a verlo— dice Louis cuando los niños conversan muy contentos entre ellos.

— Si eso es lo que quieres debes comer más— le digo yo y recibo de Miranda una indicación de que mamá vendrá por la tarde para ver a su yerno recuperado.

— Tengo que seguir la dieta— señala él fingiendo seriedad—, comer puras cosas mustias— mira su plato con desagrado— ¿tan mal me veo?— repite sin ánimo— así solo seré parte de las pesadillas de ellos— señala a los niños que uno a uno se ponen de pie.

— Ya estás con nosotros— le digo y tomo su mano—, eso es lo que cuenta.

— Dame unas semanas y lo estaré de verdad— no lo pongo en duda, Louis es fuerte, por algo lo elegí como mi esposo y el pilar de mi hogar. Papá estaría tan contento por mí.

Navegante ladra contento afuera, creo que lo haré pasar para que nos acompañe en la celebración. Sombra y Niebla también se pondrán contentos.