MI REGALO DE CUMPLEAÑOS

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El día empezó muy bonito, el sol me saludó desde temprano y yo desperté primero. Louis está durmiendo a mi lado, ya me acostumbré a verlo dormir, no lo hago despertar, que duerma un poco más; ayer llegó cansado y me dio pena verlo así, quiero ayudarlo, pero no sé hacer nada.

Preparo el desayuno y pongo la mesa, cuando termino sé que Louis despertó; viene a la mesa y me mira con cariño— feliz día cumpleañera— saca el vestido que pedí—, espero que sea tu talla, no creo que quiera que se lo devuelva— habla de la dueña del local.

— Lo sabrás a tu regreso— le digo sujetando el vestido nuevo—. Trata de llegar temprano, tendré algo especial para ti.

— Vendré temprano— dice, come su desayuno—. No quemes la comida— me bromea y yo pongo cara resentida, él se ríe y se va.

Alisto la casa, quiero que esté arreglada y bonita, aunque me tardo toda la mañana alistándola. Al terminar voy a la cocina y preparo el alimento, termino y voy por unas flores al otro lado de mi casa; esas tierras no pertenecen a nadie y las flores crecen en total libertad, son muy lindas, de vez en cuando voy a quitarles la mala hierba. Cuando no me queda más qué hacer, me siento a la puerta de la casa y espero a mi esposo con paciencia.

Lo veo a lo lejos y entro para calentar la comida, luego voy a ponerme mi vestido nuevo, me queda; me peino rápido, limpio mi rostro y me miro en un espejo viejo que tenemos, asiento satisfecha de mi aspecto y espero a que entre por la puerta.

— Sorpresa— digo con los brazos extendidos y una sonrisa en el rostro.

— Mi esposa se puso muy bonita y yo estoy hecho un desastre— dice, se va afuera a lavarse y a peinarse, entra y se cambia de ropa, cuando sale dice—, ya estoy a la altura de mi chica rica y caprichosa.

Sirvo el alimento y sonrío con gusto cuando, después de bendecir nuestros alimentos, él prueba la comida.

— ¿Cómo está?— pregunto aunque vi su expresiónde aprobación.

— Delicioso— responde y yo estoy radiante.

— Ahora vamos a pasear— pido después de comer y lavar la vajilla usada, él me extiende su brazo y yo lo tomo.

Damos un largo paseo en dirección contraria a la ciudad y disfrutamos de los segundos de sólo nosotros. Regresamos con el sol ocultándose tras los árboles y con los pies cansados de tanto caminar.

— Fue un día muy bello— dice por la noche a punto de meterse en la cama. Yo miro el suelo y me remuevo incómoda por decir lo que quiero, Louis se mete en la cama y me espera, está cansado y yo no me atrevo a molestarlo— ¿Qué ocurre?— me pregunta extrañado— ¿algo no te sentó bien?

— No es eso— respondo y camino hasta donde está, me muerdo el labio—, es que quiero...— dudo, me meto en la cama y me tapo la cara, él piensa que juego—, es que quiero...— repito incapaz de decir más.

— ¿Te sientes mal?

— Estoy bien— repito y me acomodo para dormir, que torpe soy, no lo dije, perdí mi oportunidad. Louis me abraza por la cintura y apoya su rostro en mi espalda, si tan solo me tocara un poco más...— quiero que hagamos el amor— susurro incapaz de alzar mi voz, respiro con frustración por mí, soy tonta y cobarde.

Hace tanto que lo había deseado. Desde aquella vez que comenzó a tocarme de más he querido que llegue este momento, pero no me atrevía, hoy era un momento perfecto y lo he echado a perder.

Comienzo a sentir una mano tocando mi pierna y subiendo hasta mi muslo ¿está dormido y sueña? Jadeo.

Otra mano sube a mi espalda y toca mi cuello, me gusta que me toque, a veces le he dejado que toque un poco de mi cuerpo desnudo; disfruto de la caricia.

Louis me toma con fuerza de la cintura y me vuelve hacia él, me besa, dejo que lo haga, de todos modos me gusta— mi cumpleañera quiere atención— me besa otra vez—, cómo puedo negárselo— el siguiente beso me saca un jadeo— ¿en serio quieres hacer el amor?— me ha escuchado, no lo puedo negar, asiento— dilo— me molesta— si no lo dices no tendrás nada.

Yolo miro sin dudar— quiero—, él sonríe, me besa suavemente, comienza a desnudarme y acariciar mi piel, y mis manos, no sé cómo, se mueven solas en su cuerpo...


— Ay niña rica— se apoya en mí—, fue mejor de lo que esperaba— mi respiración está agitada y mi cuerpo muy caliente, de él también—. Me tomaste por sorpresa— dice, acaricia mi cuerpo desnudo y besa mi cuello. Mi mente está confusa. Cada minuto pasado lo he disfrutado en grande, jamás había sentido algo así. Me acurruco a su lado—, mañana será mejor, te lo aseguro— me besa en la frente—, hoy fue distinto porque eres virgen o eras virgen— me besa de nuevo y me pega a su cuerpo tan desnudo como el mío.

— ¿Ya estuviste con alguien?— creo que pregunto o solo lo pienso, mi mente está deliciosamente adormecida.

— Qué quieres escuchar— susurra él, mis párpados caen pesados.

— Que solo soy yo— murmuro y el sueño me domina más y más.

— Solo eres tú— me responde— y es la verdad.

Dueña de mi LibertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora