Dueña de mi Libertad

UN POCO DE SU VIDA

Mientras Louis observa cómo ha crecido el lugar, yo me quedo con el pastor a cargo del sencillo templo. Mi familia y yo vamos a uno que nos queda más cerca de casa, pero no nos sentimos tan a gusto, es diferente al que estamos acostumbrados y éste me agradó desde aquel día de mi huida, tal vez pueda convencerlos de venir hasta aquí, solo nos costó hora y media llegar, con varias paradas de exploración.

— ¿Y cómo va su madre?— me pregunta el buen hombre en un momento de nuestra conversación— hace tanto que no viene por aquí, me daré un tiempo para ir a verla.

— Se lo agradezco— digo ocultando mi sorpresa al enterarme que mamá vino más de una vez por estos lugares, ella siempre fue muy reservaba con respecto a sí misma—. Mamá se encuentra bien— informo—, viene a visitarme de forma seguida y se lleva bien con mi esposo y mis hijos— Joy ha progresado mucho cuando su padre tomó las riendas de su conducta.

— Es bueno saberlo— y dice distraídamente—, siempre me sorprende lo mucho que ha cambiado.

— A mí también me sorprende— le digo y él se da cuenta que ha hablado en voz alta.

— No me refería a este último cambio— y aclara avergonzado—, al de estos últimos años. Hablaba de cuando fue una doncella y de sus primeros años de matrimonio.

De eso no sé nada, solo sé que yo nací a los cinco años que estuvo casada con papá— ¿fue distinta?— pregunto.

El hombre me mira como analizándome— no debería decirlo, pero usted es su hija y es quien más cerca de ella está.

— ¿Y su esposo?

— No, él no tiene idea de cómo es su madre— el hombre mueve la cabeza a los lados—, ese hombre solo vive para tener aventuras, casadas y solteras— respira indignado—, no vale la pena hablar de él.

— Papá no le habría hecho eso jamás— digo con molestia, no por mamá sino por el hombre a quien hasta hoy no conozco.

— Es cierto— confirma el hombre—, su padre siempre se mostró como una persona decente y de buena reputación. Él no era de estas tierras— eso lo sabía— y su madre no fue su primera prometida sino su otra hermana mayor— ¿mamá tuvo más hermanas?—, pero la muchacha falleció inesperadamente y la familia de su madre no quería perder una buena oportunidad porque su padre, aunque heredero de menor título, siempre tuvo mayores propiedades que cualquier otro de estos lares y eso era una gran peso a su favor.

— Y mamá obtuvo el lugar dejado por su hermana fallecida— imagino.

— Su madre era muy joven, más que usted cuando se casó— ¿así de joven?—, su segunda hermana mayor sí tenía la edad, pero ya estaba comprometida y no podían hacer un cambio porque estaban a semanas de casarse, así que sus padres tuvieron que ir a conversar con los padres del suyo y convencerles que la hija menor había sido educada igual que sus hermanas y que incluso era mejor que ellas, en fin, que era una buena opción.

Hasta donde sé mamá no se casó tan joven.

— Su padre no veía con buenos ojos casarse con una muchacha tan joven, pero fue presionado por sus padres para aceptar y puso como condición que esperaran por lo menos dos años para el matrimonio y todos aceptaron— si saco cuentas exactas, creo que eso coincide más—, pero como usted sabrá la hija menor no tiene derecho a heredar nada de ellos y sus padres la mandaron a casa de su futuro esposo por casi un año antes del matrimonio.

— ¿Y allí cambió?— no entiendo el punto del pastor.

— Algo así— dice—. Ella fue educada como alguien de alta clase y supongo que fue muy impresionante ver que su futuro esposo no era como ella, conversaba con la gente del pueblo sin creerse más e iba a pie por la ciudad como si fuera un igual. Me agradó desde el primer momento que lo vi— asiente—. Volviendo a su madre, ella era toda refinada tal como usted la conoció, pero era agradable, le gustaba ir a caballo y acompañaba a su propio padre en la cacería, también era bastante risueña y hasta antes de irse venía a verme, yo apenas había empezado en este templo y fue una agradable compañía, me hablaba por horas de su futuro esposo y de lo buena esposa y madre que sería. Era una muchacha muy dulce, con el debido respeto.

Sorprendida por esas palabras, trato de buscaren mis recuerdos algo que le hubiese afectado de tal manera que arranque lo dulce de ella— ¿y cómo fue que cambió?— pregunto más para mí que para el pastor.