VOZ DE MADRE

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Me siento en la cama y espero ¿Qué me ha pasado? ¿Cómo he podido dejar que se me mueva de mi lugar? Me levanto de golpe, debo ir allá, él me necesita.

Mamá entra y cierra la puerta, solo estamos ella y yo.

— Mamá...— comienzo a protestar.

— Te quedas ahí— ordena con la fuerza que creía que había desaparecido en ella—, estás embarazada— me enoja— ¿cómo se te ocurre exponerte así?

— Yo estoy bien— protesto, es mentira, pero qué más puedo decir.

— Tú crees estar bien, pero ese niño no lo está— ella es firme, así siempre era, pero no me dejaré amilanar.

— Mamá...

— No dejaré que te ocurra lo mismo— una lágrima se le asoma—, no permitiré que destruyas tu familia— ¿destruir?—, que destruyas a tus hijos— a ellos nunca—, que destruyas todo lo que has construido— no fue por mí, una lágrima se me escapa— y sobre todo que te destruyas a ti— niego—. No dejaré que te vuelvas como yo.

Dueña de mi LibertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora