RUMBO A MI VIEJA PRISIÓN

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Por primera vez, en casi diez años, escribiré a Miranda. Este paso que voy a dar es muy grande y necesito de ella.

No tengo miedo y no tengo vergüenza, vuelvo a aquel lugar del que escapé sin dudar y por mi propia voluntad.

No me importa el qué dirán, cómo me mirarán o si la gente habla a mis espaldas. La gente de clase alta no sabe lo que es la vida, y no me dirán como es que creen que debí vivir la mía.

No estoy arrepentida de nada, si me lo dan a elegir lo vuelvo a hacer con toda seguridad. Aquí está mi familia y ellos son todo para mí, su sonrisa y alegría es lo primordial y no dejaré que la pierdan.

¡Qué curiosa es la vida! Salí de estas tierras a escondidas y vuelvo rodeada de pompa. En vez de dos caballos, dos carruajes; en vez de viaje a oscuras, las mejores horas del día; en vez de solo dos personas, mi familia, dos cocheros y algunos jinetes que mantienen el camino libre de asaltantes, y por supuesto Navegante, Niebla y Sombra.

Mamá viaja conmigo, no quiero que piense que soy débil o que no quiero su compañía. Estoy un poco resentida con ella, me ha sacado de mi bella vida en libertad y me ha traído a esta otra de etiqueta. Vuelvo a estar erguida y nada de cabecear, pero esta vez no porque ella me lo ordena sino por mí misma, porque no quiero que vean que he vuelto a rastras, derrotada, humillada, como una bestia que ha sido domada.

Las puertas de mi vieja prisión se abren y me dan la bienvenida a mi cárcel, mi vieja cárcel. La miro con recelo cuando el carruaje se detiene frente a la misma fría y siniestra mansión. Todos los sirvientes esperan en línea para darnos la bienvenida.

Respira hondo Joane, esta vez no será igual, ya no eres una niña, ahora eres una mujer, una madre, una esposa, la fuerza y lazo que mantiene junta a toda una familia.

Alzo la cabeza y miro al frente. Ahora este es mi hogar y lo haré ver como tal. Sonrío.

Dueña de mi LibertadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora